Camila.

jEn esta mini sociedad disciplinaria y teledirigida Lincoln conoce a dos personas que serán importantes en el desarrollo de la historia: Jordan, una chica ingenua de la que Lincoln se enamora y que ha sido la última premiada en el sorteo, y McCord (Steve Buscemi), un trabajador del complejo que mantiene una amistad con Lincoln, a pesar de saber que esto podría provocar su despido.

En ese lugar, cada día se celebra una lotería donde uno de los residentes podrá visitar la isla, el único lugar –aparentemente- no contaminado del planeta y así volver a poblar el mundo.

Lincoln empieza a demostrar rasgos diferenciados con respecto a los demás internos; este se encuentra desorientado debido a pesadillas inexplicables. Insatisfecho por la vida que lleva, comienza a cuestionar cada vez más las restricciones que le han impuesto. Una pseudos actividad filosófica se inicia dentro suyo cuando deja de lado las respuestas míticas sobre el origen de todo lo que le rodea y de su propia existencia, comienza a sospechar que todo es tan perfecto que no suena a real y se empieza a preguntar: ¿por qué son así las cosas? ¿quién toma las decisiones?, ¿que hay detrás de todo esto? (En ese sentido, son importantes dos secuencias: una, la conversación que mantienen Lincoln y el creador de este complejo Merrick (Sean Bean) tras haberse planteado el primero interrogantes acerca de su forma de vida; la otra, una conversación con McCord sobre el significado de la palabra “Dios” -“Dios es aquel que, cuando pensas y deseas algo con muchas ganas, te ignora”-, le dice McCord quien, al igual que David Hume, cree que Dios es solo una idea).

Debido a la elección de Jordan para viajar a La Isla, Lincoln y Jordan huyen del lugar, a pesar de que los fugitivos son perseguidos y que, además, desconocen todo del mundo exterior. Ambos contemplan atónitos la verdad que se oculta tras las instalaciones en las que reside junto a decenas de individuos que aguardan con esperanza a que la suerte les permita ser trasladados a un paraíso que no existe. Además, Merrick ha contratado a un comando para capturarlos vivos o muertos.

Lo que sucede en La Isla, pasa en dos mundos distintos: el mundo regimentado, fabricado y monocromático de la residencia del instituto y el colorido e impredecible mundo de arriba de una sociedad capitalista donde la principal motivación es el hedonismo. Cuando los agnates Lincoln y Jordan salen de su confinamiento y descubren el mundo exterior (cuando, en definitiva, ven el sol y la naturaleza por primera ver), se encuentren en un mundo inhóspito. Y lo primero que descubren es que sí pueden respirar el aire como una metáfora

...