Comercio Abierto

ARGUMENTOS A FAVOR DEL COMERCIO ABIERTO

Los argumentos de carácter económico a favor de un sistema de comercio abierto

basado en normas multilateralmente convenidas son bastante sencillos y se basan en

gran medida en el sentido común comercial, pero también apoyado en la experiencia

adquirida en materia de comercio mundial el crecimiento económico desde la segunda

guerra mundial.

En este sentido se puede hablar por ejemplo que los aranceles aplicables a los

productos industriales han bajado considerablemente.

Los datos demuestran que existe una relación estadística entre un comercio más libre

y el crecimiento económico, basada en la teoría económica.

Todos los países, incluidos los más pobres, tienen activos que pueden emplear para

producir bienes y servicios bien para sus mercados internos o para competir en el

exterior.

El principio de ventaja competitiva significa que los países prosperan principalmente

aprovechando sus activos para concentrarse en aquello que pueden producir mejor, y

posteriormente intercambiar estos productos con otros países.

En otras palabras, las políticas comerciales liberales, aquellas que permiten la

circulación de bienes y servicios sin restricciones, intensifican la competencia,

fomentan la innovación y producen éxito.

Sin embargo, la capacidad de competir bien en determinados productos puede

desplazarse de una empresa a otra cuando cambia el mercado o cuando la aparición

de una nueva tecnología hace posible la fabricación de productos mejores y más

baratos.

La experiencia demuestra que la competitividad puede desplazarse también de unos

países a otros. El éxito comercial no es estático. Así, un país que quizás haya gozado

de una ventaja porque el coste de mano de obra era menor o porque tenía un buen

suministro de ciertos recursos naturales, puede también perder su competitividad a

medida que evoluciona su economía.

Sin embargo, con el estímulo de una economía abierta, el mismo país puede pasar a

ser competitivo en otros bienes o servicios.

La tentación de evitar el problema que puede suponer las importaciones competitivas

a la economía interna de un país está siempre presente, y es más probable que los

gobiernos más ricos acudan al proteccionismo para obtener un beneficio político a

corto plazo, mediante subvenciones, procedimientos administrativos complicados y la

utilización de objetivos de política legítimos como pretexto para proteger a los

productores.

La protección conduce en definitiva a la creación de empresas de producción

desmesurada en ineficientes que suministran a los consumidores productos

desfasados y carentes de

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