Comercio Exterior
Enviado por edwardgrone08 • 27 de Junio de 2014 • 1.510 Palabras (7 Páginas) • 271 Visitas
RESEÑA HISTORICA DEL COMERCIO EXTERIOR
Si hablamos del comercio exterior en épocas pasadas el intercambio de productos nace en el momento en que el ser humano se vuelve sedentario. La imposibilidad de obtener todos aquellos productos que le son necesarios, junto con el excedente de producción resultante de su trabajo, originan lo que se ha conocido como trueque. Es cierto que era un sistema muy primitivo y que el intercambio se producía sin la intervención de moneda, pero esta actividad fue el inicio del actual funcionamiento del comercio.
El desarrollo de los diferentes imperios que fueron apareciendo tanto en Oriente Medio como en el Mediterráneo dio un verdadero impulso al sistema comercial: se crearon rutas y caravanas, se fundaron ciudades, los productos se intercambiaban a miles de kilómetros, aparecieron los primeros documentos comerciales, se utilizaban los metales preciosos para establecer los precios, surgieron los mercados donde se compran y se venden miles de productos. Nació una profesión: el mercader.
Durante la Edad Media se vivió un periodo oscuro, sobre todo en Occidente, si bien es verdad que el comercio en Oriente siguió su curso y se consolidó con fuerza.
Merece comentarse la realidad de la península Ibérica, donde la situación del momento favorecía el intercambio (durante los casi ocho siglos de ocupación árabe existieron largos periodos de paz), se introdujeron nuevos productos y se produjeron grandes avances en arquitectura y agricultura, especialmente.
El descubrimiento de América y su posterior colonización significaron el empujón definitivo al sistema comercial. El comercio de las metrópolis con las colonias intensificó la creación de compañías especializadas en determinados productos o con licencias reales para controlar las producciones y las exportaciones coloniales. No obstante, el comercio tomó una dimensión mayor a partir de la Revolución industrial y la especialización del mundo del trabajo.
La espiral del sistema productivo aparece después de la segunda Guerra Mundial, con lo que se necesitarán mercados mayores para poder colocar las grandes cantidades de productos. Para incrementar los mercados aparecen nuevas áreas y asociaciones de países que procuran eliminar trabas de comercialización, eliminando tasas aduaneras entre ellos y creando impuestos comunes a las importaciones de terceros países.
El comercio exterior empezó a adquirir importancia a partir del siglo XVI con la creación de los imperios coloniales Europeos, se convierte en un instrumento de política imperialista. Un país era rico o pobre dependiendo de la cantidad de oro y plata que tuviera, y de otros metales preciosos. El imperio buscaba conseguir más riqueza a menor costo. Este modo de comercio se conoció como mercantilismo que predominó durante el siglo XVI y XVII.
Durante los siglos XVII y XVIII los dirigentes descubrieron que promocionando el comercio exterior aumentaba la riqueza y por lo tanto el poder de su país.
Desde 1868 y hasta 1913 Gran Bretaña utilizo el sistema monetario internacional, que se regía por el patrón Oro. Los países acogidos y este sistema expresaban su moneda en una cantidad fija de oro. La ventaja principal de este sistema era que no se presentaba devaluación y por lo tanto daba confianza. Un problema era que los países pobres y en vía de desarrollo limitaban su dinero en circulación a sus reservas de oro lo que aumentaba los desequilibrios entre países y la dependencia económica.
A través de la historia el grado de apertura comercial entre los países ha presentado diversas características que han dado origen a distintas líneas de pensamientos, entre estos podemos mencionar:
El Mercantilismo
Es una doctrina de pensamiento económico que prevaleció en Europa durante los siglos XVI, XVII y promulgaba que el Estado debe ejercer un férreo control sobre la industria y el comercio para aumentar el poder de la nación al lograr que las exportaciones superen el valor de las importaciones. El Mercantilismo no era en realidad una doctrina formal y consistente, sino un conjunto de firmes creencias, entre las que cabe destacar la idea de que era preferible exportar a terceros que importar bienes o comerciar dentro del propio país; la convicción de que la riqueza de una nación depende sobre todo de la acumulación de oro y plata; y el supuesto de que la intervención pública de la economía es justificada si está dirigida a lograr los objetivos anteriores.
El Liberalismo
Desde el punto de vista económico, el liberalismo defendía la libertad plena y total, la supresión de las corporaciones y de los gremios, y de todas las trabas que pudieran suponer un obstáculo para el libre desenvolvimiento de las empresas y de las asociaciones. El Estado burgués debía renunciar a los viejos principios del mercantilismo y a cualquier tipo de intervencionismo en la economía de los países.
David Ricardo; economista inglés, expresaría lo siguiente:
En un sistema de comercio absolutamente libre, cada país invertirá
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