“ Compliance Legal de la Empresa, una tendencia regulatoria mundial ”
Enviado por beniii • 24 de Mayo de 2019 • Ensayo • 2.128 Palabras (9 Páginas) • 359 Visitas
UNIVERSIDAD ANÁHUAC DE OAXACA
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MAESTRÍA EN ALTA DIRECCIÓN DE EMPRESAS
SISTEMAS DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS PARA
LA DIRECCIÓN
ENSAYO:
“ Compliance Legal de la Empresa, una tendencia regulatoria mundial ”
Profesora:
Dra. Verónica González Acevedo
Autor:
Omar Sebastián Hernández.
Jalpan, Oax. ABRIL, 2019
El libro “Compliance Legal de la Empresa”, una tendencia regulatoria mundial de Carlos Requena nos muestra de manera clara el nuevo contexto en el que se desarrolla la empresa mexicana y en general la tendencia para las empresas en todo el mundo. A partir de la caída del muro de Berlín, el mundo entra en un nuevo proceso, queda atrás la etapa de la guerra fría y sus dos grandes bloques económicos, diferentes entre sí y que marcaba una división mundial, por un lado el bloque socialista, y por otro lado el bloque capitalista; la caída del muro de Berlín significó el triunfo del capitalismo sobre el socialismo, pero más importante que eso, marcó el inicio de la etapa de la globalización. Desde la perspectiva del autor, la globalización puede definirse como un fenómeno regulatorio y gubernamental de carácter supranacional basado en criterios de la praxis capitalista del mercado, fue una época de grandes expectativas para un cambio profundo en la civilización mundial, basada en el desarrollo de una era tecnológica en la que el conocimiento científico de la sociedad y sobretodo del mercado dotarían de contenido a las nuevas políticas regulatorias, ahora las guerras serían en el terreno comercial y no en el militar, venía una nueva era de paz. Los estados pasaban de ser economías cerradas y se aperturaban al mercado mundial. Problemas como la corrupción y el paternalismo excesivo de los estados provocó que agotaran sus recursos y se produjera una crisis, la cual hizo que el sistema regulatorio estatal no pudiera mantenerse en pie, lo que dio lugar a que el Estado compartiera algunos ámbitos de regulación, empezó así el fenómeno de la privatización, tendencia que se observó en todo el mundo, y que consistía en delegar a la empresa ciertas funciones que eran exclusivamente del estado, como la telefonía, ferrocarriles, la banca, por citar algunos ejemplos que se dieron en México. La globalización dio pie a que se hiciera una regulación mundial basada en el libre juego de la oferta y la demanda, como producto de esa nueva regulación surge una gran variedad de tratados y convenciones en los que participaron muchos países, México uno de ellos; al firmar las convenciones los países participantes se comprometían a incluir dentro de sus leyes y sistemas normativos, las nuevas normas que se habían convenido en los tratados, hay gran cantidad de ejemplos en nuestro país, desde tratados de derechos humanos hasta diversos tratados comerciales. La globalización tuvo un auge muy precario, abarca el período comprendido entre 1989 y entró en decadencia con el atentado de las torres gemelas en 2001, y recibió un tiro casi mortal en la crisis financiera de 2007-2008. Son dos los hechos que marcan una diferencia con el siglo XX: la desregulación estatal de las actividades económicas, y, el paso a los mercados y al capital internacional. Esta apertura de los mercados produjo relaciones sociales cada vez más complejas a un ritmo bastante acelerado, lo cual dio como resultado un hueco legal, puesto aunque había una regulación al interior de los estados con respecto a temas comerciales, en el ámbito internacional se fue quedando bastante rezagado, dicha falta de regulación produjo un fenómeno conocido como Soft Law (regulación suave), que consistió en una reglamentación no coercitiva que pintaba más como recomendaciones éticas para los empresarios, un ejemplo es la llamara Responsabilidad Social Empresarial, que consistía en aportar (si es que el empresario tenía “buen corazón” y estaba con el ánimo de otorgar una dádiva) algún beneficio a la comunidad en la que se desenvolviera la empresa, ya sea construcción de escuelas, programas de cuidado al medio ambiente, etc.; también surgió regulación suave proveniente de metaorganizaciones como el FMI o el Banco Mundial, como lo son las normas ISO, su homólogo en México es la NOM (Norma Oficial Mexicana), cuyo incumplimiento si bien no tenía una consecuencia penal, si podría tener consecuencias como desconfianza y/o expulsión de la empresa del mercado donde opera. Este tipo de regulaciones ha ido desplazando a la regulación del Estado a través de reglas, opiniones, resoluciones, protocolos, etc. Dicha reglamentación al no ser vinculante (tener una consecuencia legal) termina siendo más una aspiración o recomendación, que una verdadera regla que sea acatada por todas las empresas. Hay dos tipos de soft law: la proveniente de las metaorganizaciones como FMI, BM, OCDE y por otro lado, aquella que es producto de la actividad regulatoria o autorregulatoria de cada empresa, en la cual se recogen las grandes tendencias de regulación global, pero con matices derivados de las políticas empresariales o de las exigencias culturales del lugar donde se producen esas reglas. Sin embargo, la soft law ha tenido graves consecuencias, una de ellas es el profundo desarraigo que las empresas tienen respecto de la sociedad en las que se encuentran inmersas, puesto que su regulación obedece a las leyes del mercado y no a las de la sociedad, tenemos así que la empresa se beneficia de los recursos naturales, materiales y mano de obra del lugar donde se instala sin aportar nada a cambio, persiguiendo únicamente sus propios intereses; por esta razón las empresas han adquirido una percepción de depredadoras (un ejemplo es la Coca Cola, que ha secado abundantes mantos acuíferos en diferentes lugares donde se ha instalado, para después retirarse del lugar), más que de agentes de cambio positivo para los lugares donde han operado; esta percepción, entre muchas otras razones hicieron que el proyecto de globalización fallara en esta primer etapa (1989 - 2008). Actualmente el Estado pretende recuperar los espacios que ha perdido en el terreno regulatorio, debido en parte al propio repliegue que ha hecho el mismo Estado al dejar sus antiguas facultades en manos de empresarios (privatizaciones), ahora, como el autor señala; el reto es que el Estado deje de fungir como simple puente de comunicación entre los intereses políticos nacionales y los económicos supranacionales, debiendo asumir el gobierno de la complejidad, pero no de manera exclusiva sino en concurrencia o relación colaborativa con los diversos actores sociales, dentro de los cuales destacan las organizaciones empresariales. Para llevar a cabo dicha tarea hace falta más que buena voluntad política, hace falta, en la mayor parte de los países inmersos en los mercados globales, planear y llevar a cabo una reforma regulatoria integral que facilite el engranaje entre la actividad del Estado en pro del interés común y la actividad económica de las empresas nacionales y supranacionales.
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