Contabilidad Gobierno
Enviado por alme30051992 • 8 de Noviembre de 2013 • 1.244 Palabras (5 Páginas) • 235 Visitas
Para referirnos a la contabilidad en el Perú hay que
remontarnos a la Cultura Inca, muy adelantada en
los procedimientos de cultivo de tierras y en su organización
política.
El Inca era el soberano, habitaba en el Cusco y vivía
rodeado por sus parientes, generales, mujeres,
quipucamayocs y su escolta. Se sabe por la historia
que la yupana era el ábaco que utilizaron los
quipucamayocs o contadores del Imperio Incaico.
Estudiosos como Guamán Poma de Ayala (siglo XVI)
la describen como de superficie rectangular, con
cuatro filas y cinco columnas. Cada una de estas
últimas representaba un orden determinado en el
sistema de numeración decimal: unidades de primer
orden, decenas, centenas, unidades de millar
y decenas de millar. La yupana permitió comprender
el valor posicional de las cifras que representan
los números menores que cien, en base diez y
descubrir las técnicas operativas de la adición y la
sustracción de números menores de cien.
De otro lado, encontramos los quipus, palabra quechua
que significa “nudo”. De origen preincaico, fue
perfeccionado por los Incas, quienes lo vincularon
a la contabilidad de los tributos, los usaban de base
para la representación de hechos litúrgicos o cronológicos,
cumplían la función de almanaques y se
utilizaban, en su mayor parte, para fines contables.
El quipu consistía de una cuerda gruesa y horizontal
de la que colgaban otras delgadas y verticales,
que presentaban nudos de diferentes clases y colores.
Las cuerdas eran de algodón, a las que se les
insertaba mechones de lana y hebras de cabellos
humanos. Los quipus eran de diferentes tamaños,
llegando a medir hasta 1.65 metros de ancho por
67 cm. de largo.
Los quipus eran celosamente conservados para
mantener en memoria las operaciones efectuadas,
con lo que constituían herramientas estadísticas
de gran valor relativas a todo lo que ocurría en
el Imperio, como la evaluación de las cosechas, el
número de animales cazados, el censo de la población,
el registro civil, la fijación de la base imponible
y los inventarios de los recursos materiales y
humanos.
Los quipus eran descifrados por los quipucamayocs,
que eran formados en escuelas especiales.
La figura del quipucamayoc o contador era la de un
funcionario que, por sus conocimientos, alcanzaba
la más alta jerarquía entre los oficios existentes.
En cada ciudad y aldea había quipucamayos (guardianes
de los nudos) que, además de confeccionar
los quipus e interpretar su significado, brindaban
al gobierno las informaciones solicitadas. Cada año
inventariaban los productos cosechados en la región
y enviaban los respectivos quipus a manera
de registros, a la administración central, la cual
disponía, en consecuencia, de información estadística
semejante a la que encierran nuestros archivos
estatales contemporáneos.
Al efectuarse los cálculos con la yupana, el resultado
era trasladado, con igual procedimiento de
notación vertical, al quipu, cuya función era _posiblemente_
reunir y perpetuar una cantidad mayor
de datos de contabilidad. En el aspecto numeral,
el quipu era casi fiel reproducción de la yupana.
CONTABILIDAD GUBERNAMENTAL
Profesora a tiempo parcial por asignaturas del
Departamento Académico de Ciencias Administrativas.
Julio 2006 Contabilidad y negocios 33
En 1529, durante la conquista del Imperio Incaico,
los reyes de España nombraron a un contador de
apellido Antonio Navarro, para controlar las nuevas
tierras de las que se asían. Ese mismo año,
además, se nombró a un tesorero de la provincia
de Tumbes, llamado Alonso Riquelme.
En 1532, cuando los españoles desembarcaron en
Tumbes y empezaban a entrar al Perú, Atahualpa
prometió ofrecer los tesoros de nuestro país (oro
y plata) a Francisco Pizarro. Pese a ello, con engaños,
fue ejecutado.
Al sistema de contabilidad en la época colonial no
se le dio importancia, a pesar de que en el año
1533, a través de comunicaciones escritas entre
Hernando Pizarro y su hermano, Francisco, comentaban
sobre el control que se efectuaba del
ingreso y la salida de los productos almacenados
por el conquistado Imperio, registrándose dicho
movimiento en unos hilos de colores (los quipus) y
verificando la exactitud de los montos distribuidos,
así como el saldo existente.
Los ambiciosos españoles, liderados por Francisco
Pizarro, procedieron a la repartición de todos los
tesoros del Imperio que fenecía. La contabilización
total de los tesoros y la repartición posterior ascendió
a 1’326,539 pesos oro, equivalente a 3 millones
de libras esterlinas, y, en plata, a 51,610 marcos.
En la repartición,
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