Costos de oportunidad.
Enviado por driannet • 23 de Octubre de 2016 • Monografía • 972 Palabras (4 Páginas) • 316 Visitas
Costos de oportunidad
El efecto de costo irrecuperable (ECI) ha sido determinado como una tendencia a preferir o continuar un curso de acción una vez que se ha realizado una inversión anterior de dinero, tiempo o esfuerzo. El efecto de costo irrecuperable (ECI) se presenta como una tendencia a preferir o extender una acción una vez que se ya ha hecho una inversión antepuesta de dinero, tiempo o esfuerzo (Arkes & Blumer, 1985 los individuos solo evalúan las pérdidas potenciales y ganancias futuras, con lo cual los costos irrecuperables no tendrían que dañar a los métodos de elecciones actuales, sino que estas deberían establecerse solo en los costos y beneficios aumentados(Pérez, 2009).Para mejor comprensión distingo el siguiente ejemplo:
Por ejemplo, al adquirir un auto, se lo puede trasferir posteriormente; sin embargo, es posible que no se lo pueda revender por el precio único de compra. La merma económica es la diferencia (comprendidos los precios de transición). El monto inicialmente pagado no debe afectar ninguna disposición futura racional sobre el automóvil, independientemente de cuál sea su valor de reventa: si el dueño puede obtener un mayor valor si vende el automóvil que si no lo vende, entonces debe venderlo, sin interesar qué precio haya pagado por él. En este sentido, el costo hundido no es una cuantía precisa, sino una expresión económica de la cantidad pagada, en el tiempo pasado, la cual ya no es selecto en la toma de decisiones sobre el futuro; a ser manejado en forma inconsistente en un modo cuantitativo para simbolizar el costo original o la posible merma económica. A veces también es utilizado como un término para hacer reseña a un error de observación a causa del disimulo de costo irrecuperable, una toma de decisión insensato o, absolutamente datos irrelevantes. Otro ejemplo es cuando sacamos un ticket para ver un concierto y resulte que el día está lluvioso, entonces nos cae la culpabilidad de haber gastado el dinero en vano y se siente en la obligación de asistir aun cuando no es lo que deseamos hacer. También lo podemos ver en la vida cotidiana en la relación de pareja cuando tal vez no nos va bien, pero nos aferramos por el hecho de pensar en lo que fue bonito sin mirar que en el futuro nos ira mejor y no pensar en el pasado pues si la mantenemos nos puede ir peor. Y evidentemente en la toma de decisiones los costos hundidos poseen una clara autoridad en las decisiones de los individuos debido a nuestra aversión a la pérdida, a la frustración y al apego emocional. No saber gestionar este tipo de impresiones o no querer aceptar la realidad puede incurrir en que tomemos malas decisiones en prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida.
Para evitar caer en la falacia del costo hundido compensamos tomar decisiones más con la cabeza que con el corazón. Convenimos ser capaces de tomar arbitrajes racionales
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