Criterio de cuando callar y cuando hablar

1. Criterio de cuando callar y cuando hablar

El callar y el hablar es un arte que consiste en saber decir algo oportuno en el momento justo; en mantenerse en el centro del diálogo o permanecer prudentemente al margen. Es saber jugar de pívot o comodín, sin sufrir de una verborrea espantosa, ya que no puede dejar de hablar (o de escucharse), y por el tono monótono, auto referencia constante y diálogo aburrido, esa persona, da una muy mala impresión.

Recuerda que es mejor no dañar a reconstruir. Es bueno callar cuando el interlocutor está subiendo el tono de voz en una pelea. Ese deseo de querer aclarar las cosas tendrá lugar cuando la situación esté menos tensa. Cuando hay tensión en el diálogo es el momento más adecuado para guardar silencio y terminar la reunión.

No hay que pecar de indiscretos, no cuentes toda tu vida. No cedas ante quien desea sacarte información o pide tu opinión. Responde con un sabio: “¿porqué me preguntas esto?”. Ojo, no se trata de vivir a la defensiva, sino con prudencia de no soltar prendas del pasado de manera innecesaria.

Hay que saber observar los silencios oportunos para no interrumpir a quien está hablando. Es más, es deseable dar un feed back. “Estoy entendiendo esto: …, ¿es correcto?”. Así la persona siente y acredita que estamos acompañando el contenido de su diálogo.

Respeta la opinión de tu interlocutor, no eres el dueño de la verdad por más doctor que seas. No ironices ni hagas chistes de sus opiniones. Mira a los ojos de la persona con la que hablas.

No uses términos muy técnicos en tu conversación. Cuida tu tono de voz. No abrumes a tu pareja de charla.

Respeta los turnos para hablar, con un cortes: “¿Puedo decir algo?”. Por último, evita decir: “Yo”; “siempre”; “nunca”; “jamás”. Y sobre todo, sonríe

Recuerda que la comunicación es el espacio donde la educación es posible.

María Cecilia Betancur hace una tipología del interlocutor:

El altavoz, es el que interrumpe a la fuerza una conversación, y si se le intenta cortar, habla más alto para que no le quiten el espacio. Si deja de hablar, llega una paz silenciosa.

El corito, es el que tiene una conversación pusilánime, por falta de seguridad en si mismo y solo logra levemente tocar la idea o tema que quiere abordar.

El contrapunto, es quien se hace sentir en base a la falta, la contradicción o corrige y refuta con argumento o sin él, incluso con bromas insulsas. Hace lo que sea para dejar en claro su presencia y genialidad aparente.

Contestador automático. Quien dice las mismas mentiras de siempre sin pensar.

Dulce María. Vive paralizado del “qué dirán”, y prefiere aprobar, renunciar, callar, antes de enfrentarse y causar una mala impresión o un rechazo a sus sentimientos.

Dólar azul. Su objetivo es agradar o evitar contrariedades, pero cuando la persona se va, habla mal de él o ella.

Recreacionista. Es una persona encantadora, con charla graciosa salpicada de anécdotas.

Vinagre. Es el que desde su aspecto tono de voz lleva la conversación a la pelea, descontento, irritación y desacuerdo. No se preocupa de escucharse a si mismo y dulcificar su forma de expresarse.

Charlas con la novia o el novio es una de las experiencias más ricas de las que podemos disfrutar, y la buena noticia es que no se acaba con el noviazgo, sino que puede continuar por los largos años del matrimonio.

Si desea explorar temas de conversación con su pareja, le recomiendo mi libro: “VEINTE PREGUNTAS QUE LE DEBES HACER A TU NOVI@ ANTES DE CASARTE”.

Recuerda que esta es una de las dimensiones más importantes del noviazgo saludable. Mucha literatura entrena a las parejas para aprender a comunicarse bien y de manera saludable, sin embargo, también son muchas las dificultades que surgen por no hacer caso a los consejos. Recuerda que hacer caso al consejo implica salir de tu zona de comodidad para ponerlo en práctica.

En cuanto a la transmisión de las emociones por el diálogo, Sanford (2012) encontró en un estudio desarrollado con 83 parejas que hay emociones que pueden ser fácilmente comunicadas como la ira y la molestia aunque no sean abiertamente expresadas; mientras que las emociones “suaves” como la tristeza y el dolor pueden ser identificadas con la expresión más ínfima. Este investigador propuso que la pareja debe desarrollar un nivel de comunicación que le ayude a expresar sus emociones con asertividad, buscando la comprensión.

La comunicación saludable, entonces, pasa por desarrollar estrategias de comunicación emocional y reconocimiento de las mismas, así como de las emociones positivas, siempre en el marco de la asertividad.

Recuerda que para comunicarte asertivamente debes:

1. Expresar clara y francamente como te sientes: “Estoy enojado”, “estoy triste”, “estoy harta”.

2. En segundo lugar debes expresar, sin dar rodeos, ¡ojo!, las causas que te generaron esas emociones negativas. Debes ser claro y objetivo, dejando de lado suposiciones e imaginaciones. Se objetiva. “¿Por qué me hiciste esperar?, quedamos en una hora y no llegaste”, “¿Por qué mehiciste quedar mal con tus amigos al burlarte de mi”.

3. En tercer lugar, debes expresar el cómo debió haber actuado la persona de manera correcta: “Recuerda que no debes burlarte de nadie”.

4. Cuarto, debes de expresar como te sentirías si actuara de manera diferente.

Estos pasos te ayudarán a ordenar mejor el diálogo que has de establecer con tu novio (a), o cónyuge para arreglar algún conflicto

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