Cuales son los Temas de vecindad entre EUA y México
Enviado por Oswal123 • 6 de Noviembre de 2015 • Informe • 4.737 Palabras (19 Páginas) • 79 Visitas
Temas de vecindad entre EUA y México
Calderón está librando una batalla muy seria con criminales implacables. Calderón necesita una garantía de que Obama cumplirá su palabra y que estará allí cuando el líder mexicano lo necesite, incluso si se convierte en algo impopular en Estados Unidos.
Escrito por Rubén Navarrette
Domingo, 19 abril 2009 00:00
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Colaborador de LA PRENSA GRÁFICA
San Diego, California. Cambio es la palabra que corre en ambos lados de la frontera de estos dos países. ¿Pero cuánto han cambiado las cosas realmente?
Hace veinte años, cuando el presidente George H.W. Bush fue anfitrión del presidente Carlos Salinas de Gortari en la Casa Blanca, entre los temas tratados figuraron la inmigración, el comercio y las drogas. Las conversaciones de mediados de semana en la ciudad de México entre los presidentes Barack Obama y Felipe Calderón incluyeron en alguna medida estos asuntos, aunque con algunas vueltas de tuerca.
En primer lugar, la inmigración, que ha sido una inquietud apremiante para ambos países en años anteriores, pasará a segundo plano. Ambos hombres ya han tratado el tema de esa manera en sus respectivos niveles. Calderón ha declarado que su guerra contra los carteles de la droga es su máxima prioridad; Obama está más concentrado en asuntos económicos.
Así debería ser, pero la reforma migratoria es también una reforma económica. Si se arreglara el sistema migratorio se acabaría con la injusta desventaja que tienen los trabajadores ilegales con respecto a los ciudadanos estadounidenses.
Haga lo que haga, el gobierno de Obama debería escoger un carril y dejar de zigzaguear. La semana pasada, el gobierno pareció adoptar posturas en conflicto sobre la reforma migratoria dentro del mismo ciclo de noticias. Después de que un artículo del New York Times citó a funcionarios de la Casa Blanca que dijeron que el presidente Obama encararía la reforma migratoria este año, comentaristas de programas radiales y blogueros conservadores se pusieron hechos un basilisco. Así fue como antes de finalizar el día, otros funcionarios aseguraron a CNN que la Casa Blanca no presionaría para que el asunto se tratara este año porque, en palabras del portavoz de la Casa Blanca, Nick Shapiro, “la economía es lo primero”.
Segundo, es probable que la conversación sobre comercio constituya una cuestión muy delicada. En el pasado, el énfasis se colocó sobre la expansión de los mercados y en mejorar la relación entre Estados Unidos y México, nuestro socio comercial n.º 2 (después de Canadá). Esta vez, hay un tufillo de proteccionismo de parte de Estados Unidos, y los funcionarios mexicanos se están apretando la nariz.
Ambos países se acercan lentamente a una guerra comercial abierta sobre si se debe permitir o no que los camioneros de larga distancia mexicanos entreguen productos dentro de Estados Unidos. Se suponía que se había arreglado el asunto hace años. El Tratado de Libre Comercio de 1994 abrió las carreteras de Canadá, México y Estados Unidos a camiones de los tres países. Pero a alguien se le olvidó dejar en claro ese punto con el Sindicato de Camioneros de Estados Unidos, que tira de los hilos de los demócratas en el Congreso. Al sindicato le gusta el sistema actual por el que los camioneros mexicanos descargan su carga en camiones estadounidenses después de cruzar la frontera. Los mexicanos obtienen los negocios y los estadounidenses se los roban.
El mes pasado, los demócratas insertaron una estipulación en una ley de gastos, que eliminó un programa piloto por el que, en los últimos años, se permitió que varias docenas de camiones mexicanos viajaran por todo Estados Unidos. México tomó represalias imponiendo aranceles aduaneros sobre productos de exportación de Estados Unidos por un valor de 2,400 millones de dólares y amenazó con elevar los aranceles si Estados Unidos no restaura el programa de los camiones.
En el tercer gran tema de discusión –las drogas– el gobierno mexicano tiene la intención de expandir la discusión sobre el narcotráfico para incluir la mención del tráfico de armas. De hecho, el periódico mexicano El Universal informa que Calderón tratará de convertir la reducción del flujo de armas de Estados Unidos a México en el punto principal de su reunión con Obama. En el programa de CBS “Face the Nation”, el embajador Arturo Sarukhan dijo que la cuestión esencial de la cumbre es “cómo puede ayudar Estados Unidos a detener esas armas y a detener el volumen de efectivo que está proporcionando a los narcotraficantes de México los medios para corromper, sobornar y matar”.
Calderón necesita también convencer a Obama de que no se trata de una misión de caridad del Peace Corps. Esta guerra es tanto una guerra de Estados Unidos como de México. Los estadounidenses no solo proporcionan las armas sino que consumen las drogas que proveen a los carteles de los fondos para comprar esas armas. Si Estados Unidos llega alguna vez a entregar los 1,400 millones de dólares en asistencia a México aprobados por el Congreso, o autoriza que las Fuerzas Especiales que ya entrenan al ejército mexicano lancen una estrategia de contrainsurgencia contra los carteles, no será tanto una instancia de ayuda de Estados Unidos a México, sino también de Estados Unidos ayudándose a sí mismo, protegiendo a su propia población de la violencia que se extiende a Estados Unidos desde México.
Calderón está librando una batalla muy seria con criminales implacables. Calderón necesita una garantía de que Obama cumplirá su palabra y que estará allí cuando el líder mexicano lo necesite –incluso si se convierte en algo impopular en Estados Unidos–. Y dada la parcial retirada en inmigración y comercio, más le vale a Calderón obtener esa promesa por escrito.
Ni refinería, ni automotriz | ||
José María Carmona | ||
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Muy malas noticias para el desarrollo del estado de Michoacán, primero fue que el Grupo Salinas dio a conocer su decisión de no invertir en la automotriz china en esta entidad, debido a la situación de crisis por la que pasa no solamente el país, sino también la rama automotriz a nivel global, esta noticia sorprendió al secretario de Desarrollo Económico, Eloy Vargas, y como respuesta inmediata dijo que si el Grupo Salinas no estaba ya dispuesto a arriesgar su inversión en dicho proyecto, el gobierno de Michoacán entablaría negociaciones directas con los inversionistas chinos para que la instalación de la fábrica continúe, pero lo más interesante es que las autoridades estatales se enteraron a través del portal de CNN Expansión tomándolos por sorpresa. |
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