Desarrollo de Negocios Regionales

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1. Dos conflictos actuales entre Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela.

Existe hoy en día un conflicto entre Brasil y Argentina, aunque no es nuevo y dura desde hace varios años. Es un conflicto por razones fitosanitarias dado que mientras las autoridades brasileñas dieron cuenta de la existencia previa de la plaga y de que "los controles oficiales y privados adoptados por la Argentina no fueron eficaces para garantizar el suministro de productos libres de la enfermedad", el Ministerio de Agricultura local sólo se limita a argumentar que "la actual situación de la plaga Cydia pomonella es exactamente igual a la de años anteriores. De hecho que, el ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de la Argentina, junto al Senasa, la Cancillería y la Jefatura de Gabinete han pedido a las autoridades de la República Federativa de Brasil que de manera urgente revea y levante la suspensión a las importaciones de frutos frescos de manzana, pera y membrillo producidos en Argentina tomada por su Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento, hasta tanto se realice la auditoría correspondiente. De ahí que consideraron que la decisión brasileña de suspender la importación de peras, manzanas y membrillos sorprendió a las autoridades nacionales dado que "no hubo una comunicación previa, como es usual en estos casos". Las autoridades argentinas también expresaron que el término "tolerancia cero" publicado en la página web del MAPA brasileño es incompatible con el comercio internacional y el marco regulatorio de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y Mercosur, que ambos países integran. Recuerda Agricultura que "el comercio actual de manzanas, peras y membrillos de la Argentina a Brasil está amparado fitosanitariamente en un acuerdo bilateral que, a través de un Programa, contempla la suficiente garantía sobre la protección fitosanitaria que se brinda al país vecino".

Existe otro conflicto entre Venezuela y Argentina. Ambos países se disputan el título como referente de caso desesperado en la economía Latinoamericana. Ambos han estado viviendo como reyes durante años, repartiendo despreocupadamente las utilidades de un irrepetible auge de mercaderías básicas; petróleo en Venezuela, soya en Argentina. Ambos han estado usando una combinación de intervenciones del banco central y controles administrativos para evitar que caigan sus tipos de cambio sobrevaluados y suba la inflación y ahora enfrentan las consecuencias. La inflación alta es un problema compartido. La tasa de Argentina, impulsada por las relajadas políticas fiscal y monetaria, se sitúa en 28 por ciento. El tipo de cambio oficial de Argentina está sobrevaluado, vendiéndose en 70 por ciento más dólares por peso. Los precios de Venezuela están subiendo aún más rápidamente. Al menos la liberalización parcial de los controles monetarios de Argentina es un paso vacilante hacia la normalidad. Venezuela, donde la situación es incluso más peligrosa, se encamina en la otra dirección. 

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