EL CONOCIMIENTO CONTABLE
Enviado por Carlos Loor Giler • 20 de Diciembre de 2020 • Informe • 1.838 Palabras (8 Páginas) • 141 Visitas
UNIVERSIDAD TÉCNICA DE COTOPAXI[pic 1]
INTEGRANTES:
• EVELYN VINUEZA
• CARLOS LOOR
CURSO: PRIMERO DE CONTABILIDAD Y AUDITORIA “A”
MATERIA: EPISTEMOLOGÍA
ING: VIVIANA PANCHI
TEMA:
EL CONOCIMIENTO CONTABLE
Introducción
Desde hace mucho tiempo ser humano el hombre ha estado involucrado con el conocimiento y ha tratado de satisfacer sus necesidades con el descubrimiento de objetos, métodos y acciones para garantizar su existencia en la tierra.
La palabra “conocimiento” es importante, porque está relacionada con la palabra “ciencia”. El conocimiento científico comienza sólo en el momento en que, tras el conjunto de hechos que permiten explicar por qué determinado fenómeno se produce de una forma y no de otra.
Es decir, la ciencia es un conjunto de conocimientos vinculados entre sí por determinados nexos y se condicionan mutuamente. Un concepto más simple de ciencia, plantea que ésta es el conocimiento cierto de las cosas por sus principios y causas. En el caso de la Contabilidad, se puede señalar que ésta nace como producto de todos los actos que mueven a los seres humanos, los de intercambiar, comunicar y relacionarse, para cubrir las necesidades que le hagan más llevadera la vida en sociedad.
Desarrollo
El inicio de la contabilidad se remonta al año 1494 donde Luca Paciolo publica conjunto enciclopédico inserta un tratado especial: Tractarus Particularis de Computis et Scripturis donde explica la contabilidad, utilizando un sistema de
cuentas usado en Venecia. Analiza la forma en que se hacían los registros, cuándo ocurrían las transacciones, las causas que la originaban, haciendo recomendaciones sobre el cómo y por qué deben hacerse, aportando una serie de conceptos (cuentas, caja, inventario, Libro Mayor y, fundamentalmente, el uso de la teneduría de libros por partida doble), esto permite considerar que Luca Paciolo construye toda una teoría contable que se impuso a lo largo de la historia y que ha sido objeto de estudio en academias y universidades
Con su célebre frase “fatua imaginatione que quita bodega sea una persona” deja inaugurada la primera doctrina contable: la personalización de las cuentas. y da a conocer al mundo “el conocimiento contable”, que permanecía en poder de un selecto grupo de la sociedad, sacerdotes en un comienzo, escribas después.
Así en los siglos subsiguientes (XVI y XVII), Besta y Ludovico Flori mantienen la teoría de Paciolo y la mejoran. Sin embargo, las publicaciones sobre el tema contable en el siglo XVII comienzan a fluir caracterizadas por dedicarle poco espacio a la comprensión científica de su porqué, siendo el interés de sus autores didáctico, no obstante la claridad y sistematicidad de sus contenidos.
Justamente en esta misma época surgen otras posturas en el campo contable, donde el uso de la partida doble se somete a la razón por sobre todas las ideas, pues ya que ésta no considera lo medible y cuantificable como válido, las transacciones como tales dejan de tener vigencia y no son, entonces, objeto de estudio del conocimiento contable. Igualmente, desde el punto de vista deductivo surge el basamento teórico del “Balance General”, que se estudia como un conjunto de todas las cuentas del Mayor, avance que se muestra en la obra “Tratado de teneduría de libros”, del jesuita Ludovico Flori.
La filosofía cartesiana se manifiesta en la utilización del plano cartesiano como base para la representación gráfica de la transacción comercial del “Libro Mayor”. Más tarde, en el siglo XIX, Augusto Comte (1788-1857 padre del Positivismo con su pensamiento hace evidente cómo el conocimiento contable se inserta dentro de la filosofía positivista al satisfacer necesidades sociales, cuando describe y registra hechos económicos que se suceden en derredor.
Es tal la correspondencia entre las ciencias contables y el positivismo, que sobre la base de la “teoría de la partida doble” podemos afirmar cómo se evidencia esa relación, toda vez que “el debe dar”, que realmente significa “debe tener”, implica que la Contabilidad, que estudia hechos que ocurren en el entorno, tiene como contrapartida en la sociedad el objeto básico del Positivismo y en los hechos su fundamentación.
Hoy por hoy el sustento que tiene la Contabilidad del Positivismo es su basamento filosófico. No obstante, la objetividad de los hechos por la vía de la medición y cuantificación en la ciencia contable, además de adjudicarse al positivismo, se le endosa, también, a la conducta de los seguidores y detractores de Luca Paciolo, quienes se dedicaron al establecimiento de reglas prácticas; y, además, a la aparición de la Ecuación Patrimonial, en 1735, como traducción matemática del enfoque de Paciolo, en la que el conocimiento se redujo a la expresión:
Según la Gran Enciclopedia Larousse, los “principios son ideas que sirven de base a un orden determinado de conocimientos” que, en nuestro caso, constituyen el soporte sobre el cual se erige la Contabilidad. Desde el punto de vista etimológico, y de acuerdo al Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana (1990), el término contabilidad proviene “de la palabra contar, que viene del latín computare que significa calcular, derivado de puntare“.
Fue en 1330 cuando apareció el primer testimonio escrito de las palabras derivadas: contador, contaduría y cuenta, con el significado de “acción y efecto de contar cada una de las bolitas del rosario que sirven para llevar las cuentas de las oraciones rezadas”.
Otras palabras son contable y contabilidad. Dos connotaciones se manifiestan en la acepción que tiene el término: —Narrar, relatar, anotar las transacciones mercantiles realizadas por el hombre —Contar, cuantificar las mismas transacciones.
La contabilidad es la ciencia social que se encarga de narrar y además cuantificar las transacciones mercantiles que hacen los hombres, para el análisis, interpretación y la posterior toma de decisiones económico-financieras.
En las páginas de la historia económica del mundo se afirma que la marcha y progreso del pensamiento mercantil en las distintas civilizaciones de la antigüedad hebrea, fenicia y griega (entre otras), es un elemento de gran interés para la valoración del proceso contable; sin embargo, no es sino hasta el Renacimiento que se observa un resurgir de la contabilidad, motivado, entre otras razones, al auge del comercio, principalmente al norte de Italia; al mayor uso del dinero como instrumento de cambio y a la introducción de los números arábigos en el mundo occidental que, en sustitución de la numeración romana, proporcionaron mayor flexibilidad a las operaciones aritméticas.
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