El Aprendizaje Informal En La Formación En El Trabajo

Todos somos educados y formados en los distintos centros educativos del país mediante un aprendizaje formal pero, si nos paramos a pensar un instante, son los profesores que salen de esa estricta formalidad los que suelen ser reconocidos por sus alumnos como un buen profesor. El aprendizaje formal es visto básicamente, desde mi punto de vista, como una manera de enseñar mediante el respeto y la educación hacia a los demás. Sin embargo, ese respeto y esa educación a la hora de dirigirnos al resto no tienen por qué desaparecer en una interacción más cercana e informal.

El aprendizaje formal es importante, nos educa como he dicho antes desde el respeto y la educación, nos enseña a comportarnos como es debido con la gente, la que conocemos y, sobre todo, la que no. Pero esto no le debería de quitar importancia al aprendizaje informal.

En algún momento de nuestra vida todos hemos escuchado, ya sea a una persona o a un personaje visto en la televisión, que en la calle es donde realmente se aprende lo importante. Este dicho hace referencia a que en la escuela no suele aprenderse nada de provecho y que esas enseñanzas son fruto de conversaciones y vivencias fuera de lo reglado, lejos de la estricta formalidad, sin estructuraciones ni intencionalidad alguna. Surgen de la cooperación entre compañeros que se ayudan y pasan momentos juntos por propia voluntad. Obviamente el aprendizaje informal no tiene porqué entender de recintos, no tiene grado de estructuración, puede suceder en cualquier lugar. Y esta cooperación en la mayoría de organizaciones no sucede por la estructuración establecida.

En la época en la que vivimos el aprendizaje informal cobra mayor importancia pues, ahora más que nunca, es necesaria toda formación que acabe certificándose con un título que otorgue esperanzas de conseguir un empleo. Y la dificultad de muchos ciudadanos para pagar sus estudios o los de sus hijos, complica que se puedan apuntar a clases de repaso o cursos extraescolares. Por todo ello el aprendizaje informal puede ser, sobretodo en este momento, una gran ayuda.

Existen diversas formas de aprender informalmente: la lectura de un libro durante el tiempo libre, el visionado de películas, series, documentales o noticias, la simple oída de una conversación entre dos pasajeros de un bus, etc. Todas ellas pueden ser individualmente y aun quedarían las colectivas: una conversación entre amigos sobre los acontecimientos del día, la vivencia junto a la pareja, los entrenamientos con el equipo, etc.

Como bien dice Coombs “el aprendizaje informal es peramente y a lo largo de toda la vida; tiene lugar en la espontaneidad de las relaciones entre las personas y sus contextos y ambientes diversos”. Sin importar el tipo de organización, mediante el aprendizaje informal los empleados más experimentados pueden ser un ejemplo para los trabajadores que van llegando. El aprendizaje formal siempre estará presente pero el informal puede marcar la diferencia dentro del funcionamiento de una organización. Una organización se mantiene en activo gracias a sus RR.HH, al trabajo que todos sus empleados hacen y, no hay mejor formación que la que se puede recibir de las personas que tienes a tu alrededor. Mirando el beneficio empresarial y el personal, es un aprendizaje que el empleado recibe gratis, no supone ningún gasto para nadie y si una mejora en el rendimiento y eficacia de ese trabajador y, en lo global, de la empresa. Todo ello conlleva unos beneficios mayores tanto en calidad como en renta.

Si no es posible que se de este aprendizaje dentro de la empresa tanto como se desearía, como ya se ha mencionado con anterioridad, el aprendizaje informal no entiende de estructuraciones, no se limita a un solo entorno, se puede dar en cualquier situación y de distintas formas. Vivimos rodeados de tecnologías, tantas que incluso en ocasiones se habla más a través de ellas que cara a cara. Mucha culpa de todo esto la tienen las redes sociales y las nuevas aplicaciones de los móviles,

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