El Plusvalor Como Eje Organizador De La Vida Contemporánea
Enviado por lore99 • 16 de Enero de 2015 • 2.573 Palabras (11 Páginas) • 817 Visitas
El plusvalor como eje organizador de la vida contemporánea.
Desde el siglo XV la historia ha dado cuenta del origen y evolución de la economía moderna, o más específicamente la economía de mercado y el capitalismo. La economía de mercado básicamente se refiere al intercambio de mercancías, al proceso que se forma entre el campo de la producción y el consumo.
Y es precisamente el consumo lo que define la era en la que vivimos, como consecuencia del desarrollo del capitalismo. El capitalismo, como señala Braudel, surge de la relación con otras latitudes internacionales y se convierte en el principal sistema socioeconómico mundial. Consiste en un proceso que ejerce la dominación sobre países subdesarrollados, por parte de grandes monopolios que concentran el poder tanto económico, como político, social, cultural y tecnológico. Y la clave dentro de dicho proceso es el capital, el dinero. Es éste el que domina la vida de las sociedades modernas y sin el cual, literalmente, no se mueve un solo dedo.
Los ejemplos los tenemos a simple vista: para pagar el taxi, el pesero o la gasolina del auto; la comida, la vestimenta, la escuela, la renta, los impuestos, los servicios como agua, luz, teléfono, cable, internet; la salud; la diversión, en fin la lista es interminable. Todo se resume a que la vida de cada uno de los seres humanos gira en torno al dinero.
Sin embargo, esto no quiere decir que la mayoría de la población nos veamos beneficiados ya que existe un desequilibrio enorme en cuanto a que los bienes y servicios son cada vez más caros y los salarios apenas y alcanzan a cubrir las necesidades primordiales de las personas, entonces existe una distribución de la riqueza inequitativa porque los dueños del dinero no somos las masas o la sociedad en general sino los capitalistas. Son ellos, un reducido grupo, los más beneficiados del papel que los demás jugamos como trabajadores a su servicio, al igual que como consumidores; son ellos quienes dictan las reglas y las masas las encargadas de acatarlas.
Pero las acciones de los capitalistas tienen una razón de ser. Su ambiciosa dominación dentro del proceso de circulación de mercancías no se debe sólo al hecho de querer tener el poder sobre los aspectos económicos, políticos, sociales y culturales de la vida de un país menos desarrollado, sino que su mayor aspiración se centra precisamente en el aspecto económico: la obtención de ganancias o plusvalía.
De acuerdo con Marx, el plusvalor puede generarse gracias a la fuerza de trabajo y los medios de producción, en donde la fuerza de trabajo es el conjunto de obreros, trabajadores o empleados; y los medios de producción son toda la maquinaria, tecnología y materias primas que se utilizan para aumentar la producción de mercancías en un menor tiempo, pero ¿quiénes tienen la posibilidad de adquisición de “fuerza de trabajo” y “medios de producción”?
Definitivamente sólo los capitalistas, los dueños de los grandes monopolios que se aprovechan de su privilegiada posición para tratar a los obreros como un objeto más, a pesar de ser éste la pieza clave de generación de plusvalía o riqueza del capitalista.
La obtención del plusvalor asegura la permanencia de los grandes monopolios ya que puede reinvertirse en la producción lo cual se traduce en un incremento de la capacidad productiva; sin embargo, esto implica también una sobreexplotación del trabajador. Esta sobreexplotación se da porque entre más tiempo y vida invierta el trabajador en la producción de mercancías más plusvalor y poder le estará generando al capitalista pero de este plusvalor nada ve el obrero, el patrón no intenta siquiera recompensar su trabajo y esfuerzo,( sólo se asegura de darle lo necesario como comida y techo para que rinda en sus actividades, a esto nos referimos cuando decimos que el obrero es tratado como un objeto).
Estos aspectos, sin lugar a dudas, acentúan la desigualdad y la brecha entre ricos y pobres ya que no todos tienen la posibilidad ni los recursos para poner un negocio y mucho menos de obtener éxito si existe una competencia con más dinero y poder. Quienes lo intentan deben conformarse con apenas vivir al día o en el peor de los casos desistir al verse en total desventaja ante esos monstruos capitalistas que se rehúsan a que exista la libre competencia, a propuestas innovadoras y de calidad que no sólo los beneficien a ellos sino también a todos los que participamos ya sea como trabajadores y como consumidores, esto porque claro, están en juego sus intereses.
El objetivo del capitalismo pues, es convertir al mundo en un inmenso mercado en donde pueda mover conforme a sus intereses las mercancías y el capital. Esto es de por sí alarmante pero aún más alarmante es el hecho de que desafortunadamente nuestros gobiernos contribuyen también al éxito del capitalismo facilitándoles el libre funcionamiento de las leyes del mercado dentro de nuestros territorios y poniendo trabas a las pequeñas y medianas empresas locales que al final terminan abandonando sus aspiraciones.
Por lo tanto, es posible decir que el plusvalor es característico de los más ricos, de los monopolios multi y trasnacionales excluyendo y afectando por completo a las “mayorías” segregándolas y haciéndolas aún más pobres pero afectando tristemente también a los recursos naturales por medio de saqueos como la tala de árboles y la extracción del petróleo así como la contaminación del agua, aire y el suelo. Y toda esta destrucción únicamente para cumplir con sus egoístas ideas de expansionismo y poder político y económico, a costa del bienestar y de los intereses de la sociedad en general.
Un ejemplo claro de cómo los negocios y las ganancias están por encima de las conveniencias de la sociedad es el carísimo mundial de Brasil, que es catalogado como el más caro de todos los tiempos. La “Copa del Mundo” es una mezcla de poderosos ingredientes de nuestro tiempo: globalización, nacionalismo, identidad, juego, sexualidad, espectáculo, dramatismo, injusticia pero sobre todo dinero.
Es un muy jugoso negocio cuyo único beneficiario es la FIFA. El mundial de Brasil generará 4,000 millones de dólares en ingresos totales para la FIFA, 66% más que el torneo anterior, Sudáfrica 2010, de los cuales el 50%, es decir 2,000 millones de dólares serán sólo las ganancias de la FIFA. Hará pagos totales de 576 millones de dólares a las asociaciones participantes, los clubes de los jugadores participantes y al Programa de protección de clubes, 37% más que en Sudáfrica. La mayor parte del pago se destinará al pago en efectivo de 70 millones de dólares al campeón, todo un récord y 75% más que en la competencia de 2010. El equipo campeón de 2014 recibirá
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