El vendedor optimista
Enviado por richyrey • 17 de Mayo de 2014 • Informe • 396 Palabras (2 Páginas) • 349 Visitas
la hora de tener éxito en el trabajo, o en cualquier tarea que emprendas, son varios los factores que pueden estar interviniendo pero, en muchos casos, el nivel de optimismo que tenga una persona puede ser un factor clave para determinar el éxito o el fracaso.
Supongamos, por ejemplo, que estás tratando de vender un producto y necesitas encontrar clientes potenciales. Tal vez empieces con un gran entusiasmo, presentando el producto, explicando sus virtudes a los posibles clientes, respondiendo a sus preguntas e informándoles una y otra vez sobre todas sus características, esperando hacer una venta lo antes posible, pues tu comisión depende de ello.
Supongamos también que tienes dotes para ser un buen vendedor: caes bien a la gente, sabes informales con claridad sobre el producto, su utilidad y sus características, inspiras confianza y no haces que se sientan presionados o agobiados.
Pero a pesar de esto, pasa el tiempo y no logras hacer ninguna venta. ¿Cómo reaccionas en este momento? La respuesta a esta pregunta puede ser fundamental a la hora de predecir si podrás ganarte la vida con este trabajo o si harás mejor en buscarte otro. Y es aquí donde el optimismo juega un papel importante.
El vendedor optimista
El vendedor optimista no se rinde con facilidad, es perseverante, no se ve demasiado afectado por el fracaso, sino que lo utiliza para aprender, se pregunta qué está haciendo mal y qué puede mejorar y lo pone en práctica. Es capaz de ver su trabajo como una serie de experimentos que sirven para ir comprobando qué estrategias funcionan y cuáles perjudican su actividad, y cada día es una oportunidad para aprender algo nuevo y ser mejor vendedor.
Cuando llega una mala racha no se culpa por no estar vendiendo, sino que tiene en cuenta las circunstancias externas. Sin embargo, a pesar de ser básicamente optimista, tiene también una buena dosis de realismo, de manera que sabe reconocer qué parte de culpa o responsabilidad es de las circunstancias externas (por ejemplo, una situación de crisis), y qué parte le corresponde asumir. Si sabe que está siendo culpa suya no se dedica a autoflagelarse emocionalmente, sino que pone en marcha su mente para buscar soluciones.
Ve interesantes retos a superar donde otros ven el fin del mudo y afronta las dificultades con afán de superación y entusiasmo, como oportunidades de hacer algo difícil y saborear luego aún mejor su éxito.
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