Ensayo desmotivados.

Planeación Estratégica de la Mercadotecnia

Desmotivados = Improductivos

Inmaculada Cerejido

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Equipo 4:

Fátima González Villaseñor

Samantha E.  Salinas
Brian Israel Vega
José Luis Macías

La autora Inmaculada Cerejido profesional senior de recursos humanos, 18 años de experiencia en línea y en consultoría liderado proyectos de cambio y desarrollo organizativo. Alto nivel de interlocución y alta capacidad en la gestión de proyectos y definición y seguimiento de presupuestos. En la última etapa he integrado a mi actividad profesional las acciones de evaluación y prevención de riesgos psicosociales. Estableciendo un abordaje integral de la persona en el entorno profesional desde un enfoque de salud.

A lo largo de mi vida laboral he compatibilizado mi actividad profesional con la actividad docente en universidades y escuelas de negocio y la escritura de artículos y libros acordes con mis investigaciones y aprendizajes realizados en la práctica profesional.

Soy una profesional con buenas habilidades sociales y capacidad de comunicación, capacidad de liderazgo basada en la ilusión por lo que hago y cómo lo transmito a los que me rodean, muy comprometida y creativa. Siempre enfocada a objetivos de negocio. Generó un ambiente de trabajo fácil y conciliador.

Busco poner en práctica lo que sé y lo que soy, compartir mi experiencia y conocimiento y ponerla al servicio del crecimiento del proyecto. Estoy en un momento vital en el que tengo la certeza que un profesional tiene valor cuando se integra plenamente en la organización y el proyecto para el que trabaja.

La autora nos habla acerca de lo que es la motivación laboral, la cual sin duda alguna es fundamental para que se de un buen ambiente de trabajo dentro de las empresas logrando de esta manera que los empleados mantengan un rendimiento adecuado y se de el compromiso hacia las actividades.

A pesar de que se puede considerar “fundamental” es difícil encontrar en la mayoría de las empresas motivación en los empleados ya que los mismos directivos no saben cómo identificar la falta de esta y como propiciar para que se dé un mejor ambiente. Incluso si no se logra motivar a los trabajadores estos se sentirán desmotivados por lo que no tendrán razones para realizar sus actividades y esto puede afectar directamente tanto a la salud de los empleados como a los ingresos de la empresa ya que si estos se sienten motivados “aumenta un 19% los ingresos operativos” según la cita de la autora.Tampoco basta con saber que el equipo está desmotivado sino que incluso se tiene que identificar individualmente qué clase de desmotivaciones es para lograr buscar y encontrar una buena solución.

En el texto se nos habla acerca de cuatro tipos de personas que están desmotivadas en el ambiente laboral los cuales son:  Los insatisfechos, frustrados, cansados y los realmente desmotivados. A los profesionales insatisfechos los define los empleados que realizan sus actividades de buena manera pero que no han obtenido algo que esperaban como un reconocimiento o incluso un ascenso. Para evitar este tipo de desmotivación como directivos se debe tener cuidado con lo que son las expectativas y procurar que no se generen demasiadas ya que al final los puede decepcionar el resultado. Y si se es un empleado en esta situación hace falta valentía para lograr expresar lo que espera.

En cuanto a los profesionales frustrados nos dice que son los empleados a los que les gustaria hacer mas de lo que se les permite ya que ellos mismos piensan que pueden hacer más porque tienen la capacidad.

El problema con los profesionales frustrados en parte es culpa del directivo ya que normalmente estos empleados no sienten ser escuchados por estos mismos si no que el directivo los suele limitar porque no saben dirigir  y solamente busca el beneficio personal cuando se debería de buscar el común.

Por el lado contrario a los profesionales frustrados están las personas cansadas o profesionales que necesitan tomarse un tiempo. Esto se debe a que se le exige demasiado al empleado, que el ritmo de trabajo es muy alto aunque también se debe a las actividades personales.

Por último están los profesionales realmente desmotivados. Ellos simplemente consideran que no tienen ninguna razón para realizar actividades y no saben cual es el sentido de su tarea. En cierta forma para llegar a ser un profesional realmente desmotivado se debió de haber pasado por alguna de las etapas anteriores que sin duda alguna se enlazan en cierta manera. Todo esto ocurre por falta de motivación y de saber dirigir a los empleados.

Después de haber identificado las posibles razones de falta de motivación se tiene que tener un buen liderazgo y buscar soluciones específicas para cada caso, ya que el aplicar un solo plan solo puede generar una solución y seguirá habiendo tres problemas con falta de motivación.

El ser humano, en origen, es un animal cazador, territorial y jerárquico: necesita retos para mantenerse sano emocional y mentalmente. Las organizaciones convierten a los cazadores en animales de granja que viven día a día sin más reto que continuar igual que ayer, con el único objetivo de mantener el status quo.

Decir que nuestro equipo está desmotivado es una afirmación poco concreta que encierra multitud de realidades y nos ofrece una definición muy difusa del problema. Entre los equipos de los que están desmotivados conviven cuatro tipos de profesionales: insatisfechos, frustrados, cansados y los realmente desmotivados.

La importancia de los objetivos. La evidencia de que los profesionales son autónomos y responsables es que asumen sus objetivos, así como la evaluación de  su rendimiento en función de su cumplimiento. Una de las principales causas de desmotivación es la falta de objetivos o el carácter inalcanzable de estos.

Muchos de los profesionales que parecen desmotivados en realidad son víctimas de un jefe que ha confundido las funciones con los objetivos. Confundir funciones y objetivos significa que no se materializan los objetivos, que se piden tareas sin indicar el para qué, el cuánto o el hasta cuándo.

Imaginemos que tuviéramos en nuestra plantilla a un atleta. No deberíamos decirle que su tarea es correr, sino qué carreras debe ganar y cuáles son los tiempos que debe mejorar. Él ya sabe que su función es correr, lo importante es que sepa para qué lo hace y, sobre todo, hacia dónde.

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