Entorno Competitivo Internacional
Enviado por TereRoKA • 18 de Marzo de 2014 • 4.644 Palabras (19 Páginas) • 609 Visitas
Entorno competitivo internacional.
La experiencia internacional ha demostrado que el objetivo de la competitividad no se logra tan sólo apoyando la estabilidad macroeconómica y abriendo las fronteras a la competencia global. Se ha reconocido que las empresas pueden ser competitivas cuando están ubicadas en países competitivos y por tanto que los gobiernos también juegan un papel importante: deben mejorar la competitividad de los servicios que ofrecen, la infraestructura física, las comunicaciones, la información, la capacitación, la investigación y promover enérgicamente la desregulación administrativa. El gobierno debe ser un impulsor, conjuntamente con el sector privado, del desarrollo regional, potenciando las ventajas competitivas de las localidades y articulando estrategias conjuntas con el resto de la sociedad.
Para emprender el tercer milenio con pasos decididos hacia el bienestar general, la sociedad mexicana tendrá que actuar basada en un consenso acerca de la empresa y la forma de maximizar su contribución a la sociedad. Ciertamente, el progreso de México demanda muchas empresas sólidas y competitivas Y éstas a su vez requieren de las condiciones adecuadas en el entorno para su desarrollo.
El enfoque sistémico de la competitividad pone de manifiesto su carácter circular: las empresas no pueden ser más competitivas que lo que les permita su entorno. Al mismo tiempo, ese entorno no podrá soportar la competitividad regional o nacional más allá de lo que permitan las empresas y las organizaciones. Esta perspectiva circular evidencia que la dinámica del desarrollo está determinada por el esfuerzo dedicado, sistémico y eficaz del gobierno, las empresas y la sociedad para superar simultáneamente las limitaciones y los obstáculos.
Dentro del enfoque sistémico de la competitividad se reconocen cuatro áreas o niveles donde se ubican los factores que la condicionan: el metanivel, en el cual se definen los patrones de la organización social, política y económica de una sociedad (los valores y la cultura); el macronivel, es el de las grandes decisiones para conformar un contexto económico, político y jurídico estable; el mesonivel, es el de las decisiones de política regional y sectorial y; el micronivel, el de las decisiones al interior de la empresa y de las redes empresariales.
Todos y cada uno de estos ámbitos interactúan entre sí permanentemente. Si bien la competitividad se tiene que producir en última instancia en la empresa (micronivel), los demás niveles ejercen una influencia de gran importancia. Así, la capacidad de las empresas en un país para adquirir clientes encuentra una serie de limitantes que pueden ir desde la infraestructura local, pasando por la educación y capacitación de los individuos, hasta los principios y valores que dominan a una sociedad en relación con el mercado, los negocios y el desarrollo. La implantación sistémica de las políticas para el apoyo empresarial supone acciones en todos los niveles del ejercicio gubernamental (federal, estatal, local), así como en los diferentes sectores y regiones económicos. No menos importantes son las acciones del sector empresarial y de la sociedad para el fomento del capital humano y de los valores para orientar las acciones emprendedoras, cooperativas, solidarias y competitivas.
Existe a este respecto un conjunto de condiciones mínimas para el cambio del entorno. Cada una de éstas se puede considerar como necesaria para el logro de una política empresarial, e incluso, para cualquier política de desarrollo que pretenda ser ordenada, coherente y sostenible. Desde otro ángulo, ellas representan una cierta forma de síntesis de una propuesta de política:
La primera condición de este enfoque es que la política propuesta debe ser resultado de un consenso mínimo entre los actores sobre el rumbo del país, que haga partícipes y corresponsables de las decisiones adoptadas a la sociedad civil y a sus organizaciones intermedias, así como a los poderes públicos, legislativo, ejecutivo y judicial, logrando que la política adoptada atraviese efectivamente los cuatro niveles del enfoque sistémico con acciones consensadas, compatibles, armónicas (entre los niveles) y estables.
Determinantes de la competitividad internacional.-
De acuerdo con Michael Porter [1], cuatro factores pueden ser determinantes en la competitividad :
1. La dotación del país, en términos de cantidad y calidad de los factores productivos básicos (fuerza de trabajo, recursos naturales, capital e infraestructura), así como de las habilidades, conocimientos y tecnologías especializados que determinan su capacidad para generar y asimilar innovaciones.
2. La naturaleza de la demanda interna en relación con la oferta del aparato productivo nacional; en particular, es relevante la presencia de demandantes exigentes que presionan a los oferentes con sus demandas de artículos innovadores y que se anticipen a sus necesidades.
3. La existencia de una estructura productiva conformada por empresas de distintos tamaños, pero eficientes en escala internacional, relacionadas horizontal y verticalmente, que aliente la competitividad mediante una oferta interna especializada de insumos, tecnologías y habilidades para sustentar un proceso de innovación generalizable a lo largo de cadenas productivas.
4. Las condiciones prevalecientes en el país en materia de creación, organización y manejo de las empresas, así como de competencia, principalmente si está alimentada o inhibida por las regulaciones y las actitudes culturales frente a la innovación, la ganancia y el riesgo.
En su conjunto, estos cuatro actores determinantes de la competitividad de una nación forman una suerte de sistema dinámico que no se limita a la sumatoria de sus partes, y que funciona como un todo.
En la actualidad, uno de los comunes denominadores más notorios entre la inmensa mayoría de los países en las esferas económica y política es que en mayor o menor grado éstos se hallan empeñados en las tareas conceptuales, políticas y programáticas para redefinir el papel del Estado en la promoción y regulación de la actividad económica.
Se necesita formular e instrumentar una política industrial que permita a su aparato productivo generar las ventajas competitivas requeridas para una inserción exitosa a la dinámica de la economía mundial. Conviene asimismo, erradicar el malentendido que identifica fomento con protección. En un entorno de profundos rezagos estructurales y de numerosos problemas de competitividad, la carencia de mecanismos de fomento ha sido una de las principales deficiencias de la estrategia modernizador.
Las características actuales que afrontan
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