Etica de las profesiones
Enviado por gunshde • 2 de Diciembre de 2013 • Ensayo • 968 Palabras (4 Páginas) • 612 Visitas
A continuación expondré brevemente cómo entiendo la “ética de las profesiones”.
Para ello aclararé lo que entiendo por “ética” y explicaré que la ética de las profesiones puede
ser contemplada en la actualidad como una de las llamadas “éticas aplicadas”. En ellas se
orienta la acción elaborando un saber ético al que hacen su aportación distintas fuentes: los
profesionales actuales mismos, las tradiciones heredadas en el seno de la profesión, las
demandas de los usuarios y de la sociedad en general y el aporte de la reflexión filosófica.
En cada profesión se elabora una ética específica que es revisada y puesta al día
periódicamente. En nuestro momento histórico las distintas éticas profesionales han de
respetar y apoyar el marco ético de la ética cívica, verdadero soporte moral de la convivencia
en sociedades pluralistas, y desde ahí han de aportar sus propios valores correspondientes a
la profesión de que se trate.
Finalmente argumentaré que las profesiones que aspiren a estar a la altura de la
conciencia moral de nuestro tiempo, deberán buscar la excelencia en un doble sentido: superando el
burocratismo a través de un nuevo concepto de vocación profesional como proyecto
personal de vida buena, y ofreciendo un servicio de calidad a la sociedad y a la humanidad, teniendo
en cuenta también a las generaciones venideras, lo cual conecta con la noción de ciudadanía
entendida en su dimensión ética de compromiso cívico de las personas con la sociedad local y
global a la que pertenecen.
Emilio Martínez Navarro: “Ética de la profesión: proyecto personal y compromiso de ciudadanía” en Revista
VERITAS (Valparaíso, Chile) nº 14 (2006), páginas 121-139.
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1. Las profesiones: un poco de historia
Las profesiones son instituciones sociales con una larga historia. Durante siglos, el
concepto de “profesión” estaba reservado a sólo tres actividades humanas: las que hoy
podemos llamar “profesiones clásicas”, que incluían a los sacerdotes, a los médicos y a los
juristas (particularmente a los jueces y a los gobernantes en tanto en cuanto eran también
administradores de justicia). Lo demás eran “oficios”, pero no profesiones propiamente
dichas. Se reservaba la noción de “profesión” para las más altas responsabilidades: las que
tenían encomendado el cuidado del alma (sacerdotes), el cuidado del cuerpo (médicos) y el
cuidado de la comunidad (jueces, juristas, gobernantes). Estas tres “profesiones clásicas” se
regían por un estatuto especial que distinguía claramente a quienes las ejercían:
- En primer lugar, el acceso al ejercicio profesional estaba restringido a un pequeño
número de personas. El largo proceso de aprendizaje que era exigible se regulaba por
normas muy precisas que no regían para los oficios; en especial, se exigía una especial
“vocación”: sólo aquéllos que tuviesen acreditadas las aptitudes y las actitudes
necesarias para ejercer la profesión de un modo excelente, podrían ser considerados
candidatos al ingreso en ella.
- En segundo lugar, se exigía algún tipo de juramento solemne para acceder a la
profesión: un compromiso público explícito del candidato de
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