Habana Cuba

VAMOS POR BUEN CAMINO: DIALOGOS DE PAZ HABANA CUBA

Colombia hace más de cinco décadas está sumergida en una guerra civil desatada por unos grupos guerrilleros que han destruido la tranquilidad de más de 45 millones de colombianos, con sus acciones violentas sus ataques despiadados, el desplazamiento forzado, el secuestro, el narcotráfico y otras actividades ilícitas han puesto en jaque la imagen y la confianza de la comunidad internacional de un país muy rico en recursos naturales que poco a poco va saliendo de una categoría no muy privilegiada pero que a pesar de sus esfuerzos todavía le falta concretar y cerrar un capitulo en su historia que es conseguir la tan anhelada paz.

Ya hace algunos años en el periodo presidencial del señor Andrés pastrana Arango se llevaron a cabo unos diálogos de paz en san Vicente del caguan ( Caquetá-Colombia) con las fuerzas armadas revolucionarios de Colombia ejercito del pueblo FARC-EP y el gobierno nacional, intento fallido de ambas partes por falta de compromiso y por no sentarse en la mesa de diálogos a discutir temas puntuales encaminados a desarrollar objetivos y metas reales como el cede al fuego unilateral y definitivo por parte de la guerrilla, la entrega inmediata y sin condiciones de los secuestrados y la restitución de las tierras a las personas desplazadas ocasionado por el conflicto armado colombiano.

El proceso de paz que se inició con la guerrilla de las FARC- EP, ya hace algunos meses en la habana cuba es de aplaudir y nos alegramos los colombianos que por fin se esté yendo por bueno camino, es un gran reto para el actual presidente de Colombia y los alzados en armas, se ha avanzado en los temas propuestos agendados por parte ambas pero es de recalcar en estos diálogos es muy importante que las discusiones se han enfocadas en la necesidad de que las Farc reconozcan que han sido unos de los principales victimarios en la historia reciente del país, que han estado directamente vinculadas en actividades de narcotráfico y que, en este proceso, han despojado a muchas familias de sus tierras. Con este reconocimiento debería venir un proceso de reparación a las víctimas, que incluya la restitución de las tierras despojadas a muchos campesinos y un compromiso firme de abandonar las armas y el narcotráfico y poder firmar definitivamente la paz en Colombia.

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