Hacendario

SISTEMA FEDERAL HACENDARIO

En el país observamos un federalismo que ha significado la subordinación de niveles locales de gobierno al nivel federal, llámese Pacto Federal, cuyo fundamento se encuentra en el artículo 40 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

El principio de solidaridad fiscal entre los estados se da a través del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal. El SNCF consiste en que los estados aceptan ceder parte de sus poderes tributarios a la federación, mediante un convenio de adhesión al sistema celebrado con el gobierno federal, a cambio de tener derecho a obtener una participación en los fondos federales.

La Ley de Coordinación Fiscal (LCF) resulta ser el instrumento que instituye las directrices para coordinar parte del sistema fiscal federal con los sistemas fiscales de las entidades federativas. Se puede decir que la espina dorsal de la LCF es el sistema de participaciones, conformado por el Fondo General de Participaciones (FGP), mediante el cual el gobierno federal participa a las entidades un porcentaje respecto a la totalidad de la Recursos Federales Participable de los llamados impuestos federales (artículo 73 fracción XXIX constitucional), incluso de aquellos en los que hay materias concurrentes.

Asimismo y de acuerdo con lo estipulado en el capítulo quinto en la LCF, la federación transfiere a las haciendas públicas estatales y municipales, recursos por concepto de aportaciones federales (ramo 33) y cuyo destino específico es el gasto social y de inversión.

Uno de los principales problemas, que ha tenido que enfrentar el federalismo, es la enorme disparidad entre los grados de desarrollo de los estados y municipios del país, lo cual ha provocado que algunos sigan dependiendo enormemente de la federación.

Sin embargo, el objetivo del federalismo hacendario es contar con una coordinación fiscal integral.

AUTONOMÍA HACENDARIA PARA LOS MUNICIPIOS

Formalmente el país es una federación en la que los tres ámbitos de gobierno poseen algún grado de autonomía, tanto en su capacidad para recaudar ingresos como en sus decisiones de gasto. Sin embargo, en la práctica tal autonomía ha estado muy limitada por la concentración excesiva de funciones en el gobierno federal.

El Municipio constituye la base de la organización política y administrativa tanto de los Estados como de la Federación (artículo 115 constitucional).

La vida económica municipal aunque existente, en la práctica es inconsistente; las facultades conferidas para aprobar bandos, reglamentos, circulares y demás disposiciones administrativas necesarias para organizar la hacienda municipal no le son suficientes.

De ahí que la Ley de Coordinación Fiscal, en su artículo 6º, estipula que:

“Las participaciones federales que recibirán los Municipios del total del Fondo General de participaciones

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