Impacto De La Factura Petrolera En El Salvador 2010-2011

El incremento en los precios del petróleo arrastra al alza a gran parte de los demás precios en cualquier economía. En este sentido, El Salvador no es inmune a los efectos que genera el aumento de la factura petrolera (importaciones de petróleo y derivados) en el país, sobre todo en el presupuesto de las familias de menores recursos.

Para tener una idea del efecto, podemos comparar los precios mostrados al cierre del año anterior y al término del primer trimestre de 2011. A diciembre de 2010, la tasa anual de inflación (medida como la variación porcentual del IPC) cerró en 2.1%, llegando hasta 2.7% anual al cierre de marzo 2011. Si comparamos abril 2011 contra el mismo mes de 2010, la inflación llega hasta un elevado 6.0%, dado el incremento en 15.5% de los precios en el rubro “Alojamiento, Agua, Electricidad, Gas y Otros Combustibles”1. El alto precio del petróleo, sumado a la cotización al alza de los commodities alimentarios, ocasionó que el Gobierno Salvadoreño eleve2 en abril su proyección de inflación para el 2011, desde 2.8% hasta 4.8%.

Lo señalado en el párrafo anterior es solo el reflejo del impacto que ha tenido el aumento del precio del crudo sobre la factura petrolera nacional. Así, durante el primer trimestre de 2011, ésta llegó a US$ 458.1 millones3, siendo este monto mayor en US$ 128.1 millones al presentado el primer trimestre del año anterior (cuando era US$330 millones), señalando un aumento interanual de 38.8%.

Hay que destacar que el gobierno actual ha tomado ciertas medidas paliativas para poder sobrellevar dichos impactos. Entre ellas están la generación de una nueva fórmula para el cálculo mensual de los precios de referencia para las distribuidoras, la focalización del subsidio del gas propano y por último, la eliminación temporal (hasta diciembre) de la contribución obligatoria al Fondo de Estabilización de Fomento Económico - FEFE4.

Sin embargo, es muy probable que este grupo de medidas sean insuficientes para paliar el efecto adverso de los precios internacionales sobre la economía, puesto que estos están determinados por factores de oferta y demanda a nivel global, independientes en buena medida de cualquier acción gubernamental. Con esta perspectiva, podría resultar interesante considerar medidas que permitan un menor consumo y un mayor ahorro de combustibles y sus derivados por parte de la población, como por ejemplo, el reordenamiento del parque vehicular, el establecimiento de horarios para el uso de vehículos de transporte público, entre otras.

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