LA DINASTIA ROCKEFELLER

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LA DINASTIA ROCKEFELLER

Ensayo

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Cuando William Rockefeller y Eliza Davison concibieron a John Davison en 1939 en Richford, Estados Unidos, quizás jamás se les pasó por sus mentes el tremendo imperio que un día su hijo iba a formar.

Desde pequeño John mostró sus grandes dotes empresariales y su inquietud excesiva con lo que pasaba en su entorno, y aunque su familia no era adinerada, se las arreglo con sus propias habilidades para sobresalir y conseguir lo que quería. Tanto fue así que a tan solo 20 años de edad ya era millonario (Semana, 2017) con participación en firmas como “Hewit and Tuttle” a la que renunció en  1858 para dedicarse al mundo del petróleo y otras inmersas en el sector cafetero. No obstante, después de 10 años de mucha experiencia y en vista de la guerra de secesión o guerra civil estadounidense, decidió fundar Standard Oil en 1870 junto con algunos de sus hermanos, y de allí para adelante se empezó a crear una dinastía sin precedente alguno.

Pensar en John Davison Rockefeller, es pensar en un mundo de astucia reunido en una persona, él en definitiva supo leer su tiempo, su espacio y su futuro al igual que el de los demás y el de la misma nación. Lo más probable es que antes de que llegará, vio venir la segunda revolución industrial y el papel tan crucial que ya habían empezado a jugar los hidrocarburos en su época. Sus jugadas en el mundo petrolero, se convirtieron sin duda en el mejor camino hacia el poderío y monopolio absoluto en Estados Unidos. Sin embargo, el mérito de dicha insignia no es tan transparente como parece. Para llegar a ese punto “de supremacía dominante”, Rockefeller tuvo que acudir a acciones deshonestas egoístas en contra de la competencia y de muchos otros entes asociados a su gremio, para obtener su acometido.

En esta instancia es donde “lo bueno, no es tan bueno”. Muchas refinerías fueron diluidas por causa del movimiento Rockefeller al no poder competir con este, abundaban los sobornos masivos y la intimidación a través de amenazas a los transportadores y a pequeñas empresas petrolíferas. Además de esto, Estados Unidos corría el riesgo mortal de que la superpotencia no pudiese satisfacer a todos sus demandantes y por ende crear un caos mundial. Afortunadamente las cosas no terminaron así y su preeminencia empezó a disminuir un poco con la muerte de John y la llegada de su hijo John Davison Rockefeller Junior, al igual que la implantación de nuevas políticas gubernamentales y restrictivas en contra de los monopolios.

Cabe destacar que no todo terminó mal en la vida de John. Después de que empezaron a salir a la luz tantos planes oscuros, él mismo Rockefeller decidió ponerse al servicio de la humanidad a través de varias obras sociales de inmensa magnitud. De allí se desprenden edificaciones como La universidad de Chicago, El Centro Rockefeller de New York, la construcción de viviendas sociales, la conservación del patrimonio histórico y la creación artística, entre muchas otras.

Lo anterior como una forma de enmendar lo que hizo o con el fin de recomponer su buena imagen, en realidad no se sabe muy bien, de lo que si se tiene claridad es que sus aportes están en pie y han contribuido en gran manera a su país Estados Unidos junto con muchos otros.

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