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Rockefeller


Enviado por   •  2 de Julio de 2014  •  1.624 Palabras (7 Páginas)  •  387 Visitas

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John D Rockefeller: La Historia de un gigante.

14 de abril de 2013 a la(s) 16:03

Nació en 1839 y es considerado el empresario poseedor de la mayor fortuna que jamás haya conocido la humanidad. La historia de este magnate no es muy distinta a la historia de la mayoría de los grandes triunfos que ya conocemos: Rockefeller es el tipo que empezó desde abajo y se hizo a sí mismo.

Proveniente de una familia humilde, el joven se vio fuertemente marcado por las enseñanzas de su madre, la cual lo formó en la ética calvinista, aquella que señala que el hombre debe hacerse próspero con su propio esfuerzo y su inteligencia, porque solo así será bendecido por el señor. Hacia el final de sus días, Rockefeller recordaba que su madre siempre le repetía algunas máximas que él jamás olvidaría, entre ellas aquella cita bíblica que dice: “¿Ves a un hombre afanoso en su trabajo? Será igual a los reyes.” Y esa otra que le inculcaba el valor del ahorro y la austeridad: “: ¡A derroche desvergonzado, vergonzosa pobreza! Pero su madre también le inculcaría el valor de las palabras y el de los silencios. Rockefeller representaba ese perfil reservado que suele caracterizar a los grandes hombres del mundo empresarial: no era de muchas palabras, pero decía lo necesario. Lo justo. Y hablaba más cuando callaba. “Mi madre decía que las palabras te pueden hundir o te pueden ayudar, igual que los silencios. Yo comprendí que en los negocios esto funciona perfectamente,” confesó tiempo después.

Cuando era niño vendía en la escuela piedras de colores (que el mismo pintaba) y de diferentes formas. Lo recolectado lo guardaba en un tazón de loza azul que guardaba en lo alto de una cómoda de la sala y a la cual se refirió como su primera “caja fuerte”. Producto de ese negocio logró juntar 50 dólares (que para la época era mucho dinero). Ese capital fue prestado a un granjero, quien se lo devolvería con intereses. Y ahí Rockefeller comprendió una máxima de la riqueza, una lección que año tras año se sigue divulgando y sobre la cual cientos han desarrollado exitosas publicaciones, pero que fue él quien nos la dejó como legado consagrándola como una de sus frases en un texto que escribió hace décadas: “Debo hacer que el dinero trabaje para mí y no al revés.”

Desde pequeño ya poseía una libreta donde anotaba todos sus gastos. Absolutamente todos, desde aquellos que podrían pasar como “gastos tontos e insignificantes”, hasta aquellos dólares que invertía en pasajes, alimentación y estudio. Esa libreta se llamaba el “Registro A” y la conservó hasta el final de sus días, cuando ya anciano y retirado decía que en ese registro se encontraba su niñez y su juventud. Refiriéndose a ese valioso documento, Rockefeller sentenció que todo aquel que desea conocer el éxito financiero debe “aprender a hacer hablar las cifras”. “Registrar los números para tener una idea de nosotros mismos.”

Ya a sus 16 años era contador en Cleveland . El joven John recordará a lo largo de toda su vida la fecha en que obtuvo su primer empleo, el 26 de Septiembre de 1855, como un segundo cumpleaños. En su trabajo era brillante. Pronto ascendió, su remuneración también subió, pero, por sobre todo, Rockefeller tendrá presente su primer empleo porque, en sus propias palabras, “lo acercó al mundo de los grandes negocios y lo puso en contacto con personas que le enseñarían mucho.”

A los 19 años se independizó. Gracias al préstamo que le hizo su papácompletó un capital de 1, 800 dólares yjunto a Maurice Clarck, 12 años mayor que él, abrió una pequeña empresa de corretajes.

Pese a que el negocio parecía prometer y todo era cuestión de seguir, cuatro años después, a los 23 años de edad, John conoce a Samuel Andrews, quien era primo de Clarck y juntos estaban empezando a incursionar en el oro negro. Ambos le compartieron a John su entusiasmo y perspectivas por el oro negro. Querían que se uniera como socio comanditario a“Clarck, Andrews y Cía.”, siempre y cuando pusiera un capital de $4000. Rockefeller,algo escéptico, los puso. Con el paso del tiempo Rockefeller comprobó que el oro negro era un negocio para gigantes,y conforme pasaban los días aprendía más y más del rubro, hasta convertirse en experto capaz de conquistar el mundo.

La empresa crecía y crecía, pero los socios (los primos Clarck y Andrew) tenían temor de seguir avanzando. Rockefeller era contrario a detenerse, a diferencia de sus socios,quería seguir avanzando, incluso a ritmo más acelerado. Había comprendido que una regla de todo éxito es

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