LA ECONOMÍA DE LIBRE MERCADO

LA ECONOMÍA DE LIBRE MERCADO

La economía de libre mercado, tiene como objetivo otorgar libertad de producción e intercambio de bienes y servicios, basándose en el mecanismo de los precios. Estos valores reflejan las condiciones tanto de la oferta como la demanda, lo que se traduce en información relevante y valiosa para productores y consumidores a la hora de elegir cuando vender o comprar. Todo lo anterior, sin mediar la intervención por parte de los Gobiernos.  

En este sentido, es que al gravar un determinado producto o servicio mediante un impuesto, obviamente traerá efectos de variación en los precios, y por tal motivo dejara de ser un indicador real, es decir, su aumento de precio ya no reflejará una menor oferta o una mayor demanda en el mercado.

Sin duda alguna esta acción trae consecuencias a hora de tomar decisiones tanto en la producción como en el consumo, esto debido a la distorsión que se genera en la asignación de recursos, lo que impedirá el normal funcionamiento del mercado.

En una economía de libre mercado, se debería velar y respetar siempre las transacciones voluntarias y la propiedad privada de los medios de producción, a fin de que los recursos vayan en camino hacia aquellas líneas de producción que satisfagan las necesidades de todos los consumidores y que en cada mercado consideren como "urgentes", es decir, que les produzcan más valor. De esta forma, el sistema de precios actuaria con más eficacia por ejemplo, a la hora de emitir de forma oportuna la información relevante asegurando que los bienes que se produzcan, sean los menos costosos posibles para los consumidores.

Las economías de mercado generan una distribución del bienestar económico que suele ser muy inequitativa, por lo tanto, se le asigna a los Gobiernos de turno la tarea de producir una redistribución del bienestar económico que satisfaga algún criterio de equidad o que al menos reduzca la inequidad inicial.

Si bien es cierto, los impuestos no suelen ser económicamente neutros. Los principios económicos nos muestran que los controles de precios y otras acciones en la que intervienen los Gobiernos, sin duda alguna distorsionan el sistema de precios, lo que al final de cuentas impide que los bienes circulen hacia dónde más se necesitan.

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