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LA NUEVA EUROPA Y EL AMBIENTE DE NEGOCIOS (HARRIS Y MCDONALD).


Enviado por   •  17 de Febrero de 2016  •  Ensayo  •  2.112 Palabras (9 Páginas)  •  310 Visitas

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UNIDAD VI.- LA UNIÓN EUROPEA

6.1 LA NUEVA EUROPA Y EL AMBIENTE DE NEGOCIOS (HARRIS Y MCDONALD)

Las empresas europeas han apostado por una Nueva Europa, más fuerte y más dinámica que compite a una escala mayor.

El 58% de las compañías actuales están invirtiendo en sus negocios; el 24% están invirtiendo en capacitación; el 39% planean invertir en el talento existente, el 18% en crecimiento orgánico y el 11% en infraestructura. Más de la mitad de estos directivos predicen un crecimiento mínimo de 10% para el final de 2011.

Hace algunos años, el pesimismo de los directivos y empresas estadounidenses respecto a la recuperación económica y al futuro de sus compañías era alto.

Hoy las cosas son diferentes, pues ocho de cada diez empresarios europeos predicen un crecimiento saludable de sus negocios durante los próximos doce meses, y debido a ello planean llevar a cabo planes agresivos de negocios en el corto plazo.

Adrian Tripp, director ejecutivo de European Business Awards, afirma que:

“Trabajando con más de seiscientos directores ejecutivos y altos ejecutivos de toda Europa en el estudio Business as usual? identificamos una visión positiva del futuro comercial de los negocios europeos, lo que contradice el reciente pesimismo popular".

"Lo que vemos emergiendo es una ‘Nueva Europa’, que es más fuerte, más dinámica y que compite a una escala mayor. Los negocios que tienen esta visión son los que están definiendo la manera como se ve el éxito comercial en el futuro”.

Uno de los aspectos del reporte que más llaman la atención es el énfasis que las compañías europeas están haciendo en el crecimiento por fuera de la Comunidad Europea; los planes son ir más allá de las fronteras de siempre y no enfocarse sólo en el negocio principal.

Pero, de acuerdo con el reporte, un tercio de los negocios están buscando sacar provecho de nuevos mercados por fuera de las fronteras domésticas; un quinto buscan producir más a partir de mercados globales más allá de la Comunidad Europea; 29% sienten que es esencial diversificar los productos y servicios que se ofrecen; y sólo 6% se están concentrando en su negocio principal.

En cuanto a invertir en personal y en contrataciones, dos aspectos que se ven muy perjudicados en una recesión, las noticias también son positivas. El reporte asegura que 58% de las compañías están invirtiendo en sus negocios; que 24% están invirtiendo en capacitación; y que 39% planean invertir en el talento existente, 18% en crecimiento orgánico y 11% en infraestructura.

Además, un cuarto de los negocios esperan invertir más en su personal en el próximo año y la mitad esperan contratar nuevos empleados.

Se trata de cifras que revelan un ambiente saludable en los negocios en Europa después de la crisis por la que está pasando, no quiere decir que ya lo hayan superado pero sí que hay una esperanza de lograr mejores resultados en un futuro cercano.

6.2.- UNIÓN EUROPEA Y LA IED

Desde que adoptó el Tratado de Lisboa, la Unión Europea (UE) dispone de competencia exclusiva para liberalizar de forma progresiva los movimientos de Inversión Extranjera Directa (IED), por lo que la nueva política europea permite mejorar las inversiones extranjeras en la UE y facilitar el acceso de las inversiones europeas a los mercados de países terceros.

Las inversiones europeas en países terceros deben poder beneficiarse de un entorno favorable y estable, esto significa que no podrán llevarse a cabo en países donde las condiciones jurídicas, políticas y económicas son insuficientes para garantizar la seguridad de las inversiones.

En el futuro, la UE deberá obtener garantías durante sus negociaciones comerciales a manera que sus socios comerciales tengan que comprometerse a proteger y facilitar la circulación de todo tipo de inversiones europeas.

Por su parte, las inversiones extranjeras en la UE deben beneficiarse de condiciones de competencia justas, uniformes y óptimas.

Una política común debe permitir satisfacer mejor las necesidades de los inversores durante cada etapa (planificación, establecimiento en un país, etc.), y esto podría ser a base de incentivos fiscales.

6.3.- MERCADOTECNIA EUROPEA

Cuando hay crisis las empresas tienden a reducir sus gastos en marketing, sin embargo, en Europa, específicamente en España, hay actualmente una tendencia orientada no sólo a no reducir estos gastos, sino a aumentarlos. Esto se debe a que los países europeos están invirtiendo en inteligencia de mercados.

Luego de pasar por una larga etapa de crisis contra la que aún luchan, los empresas europeas han comprendido la importancia de investigar antes de invertir y de conocer mejor el mercado en el que se desenvuelven, de conocer a sus clientes actuales y potenciales y sus posibles comportamientos.

Desde la percepción de los consumidores la crisis poco a poco está quedando atrás, pues hay un nuevo dinamismo en el consumo, debido a esto las empresas que invirtieron en marketing están comenzando a cosechar los frutos de esta inversión.

España, por ejemplo, sufrió durante muchos años una etapa aguda de crisis provocada por los mismos gobernantes que prácticamente mandaron a la quiebra a sus visitantes. La palabra desalojo era escuchada a diario y también el llanto de quienes lo perdían todo debido a la crisis económica.

Actualmente, el país se está recuperando y uno de los cambios se está viendo en los jóvenes, que se están inclinando por carreras afines a la mercadotecnia.

Sin embargo, la recuperación aún es lenta y quienes quieran hacer negocios en Europa deben considerar que en forma constante surgen nuevos canales de distribución en un intento por llegar al consumidor.

Hablamos de diversificación, y esta obliga a las empresas a competir fuertemente por el cliente. Atrás quedó la fidelidad natural, los consumidores europeos, en unos países más que en otros están dispuestos a cambiar de marca siempre y cuando la nueva les ofrezca algo diferente, obviamente mejor.

En resumen, no existe un consumidor europeo típico, sino varios; el consumidor británico es más conservador, prefiere sólo mantenerse con los productos que consume y que además que son producidos localmente.

En España y Francia las cosas son diferentes: hay una mayor propensión a buscar y consumir productos novedosos, aunque se trata de una demanda pequeña en términos relativos sí es importante en términos absolutos.

En términos generales, se está revirtiendo la opción de la preferencia por precio. Con la crisis, los

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