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La Competencia Perfecta


Enviado por   •  8 de Octubre de 2013  •  2.799 Palabras (12 Páginas)  •  301 Visitas

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Nombre de los estudiantes:

Luis Andrés Villegas Gómez

Jonathan Gerardo Michel Pérez

Nombre del trabajo:

Proyecto de competencia perfecta

Campus: Zapopan

Carrera : negocios internacionales

Nombre del maestro:

La competencia perfecta 2

Libre concurrencia. 5

Homogeneidad del producto. 5

Racionalidad de los agentes. 6

Corto plazo: 7

Largo plazo: 7

ANÁLISIS MARGINAL 8

COSTO MARGINAL 8

INGRESO MARGINAL 9

UTILIDAD MARGINAL 9

A CORTO PLAZO LA EMPRESA HACE FRENTE A GASTOS FIJOS Y A GASTOS VARIABLES. 9

¿QUÉ BENEFICIO OBTIENE LA EMPRESA? 10

LARGO PLAZO 10

BENEFICIOS A CORTO PLAZO 11

BENEFICIOS A LARGO PLAZO 11

La competencia perfecta

La competencia perfecta es una representación idealizada de los mercados de bienes y servicios, que se define como aquel mercado en el que existen muchos compradores y muchos vendedores, y el precio es fijado por el libre juego de la oferta y la demanda, es decir, es fijado de forma impersonal por el mercado. Además, las características del bien que se vende impiden que las empresas intenten diferenciarse: es un bien muy estandarizado.

Por eso a los participantes en el mercado se les considera precio-aceptantes: ninguno puede influir en el precio ni ocupar una posición dominante respecto al resto. El tamaño de las empresas es similar y por tanto todas tienen condiciones parecidas para acceder al mercado.

En un mercado de competencia perfecta, el consumidor sale beneficiado ya que ninguna empresa puede poner precios abusivos puesto que nadie iría a comprar su producto al existir otras empresas que venden a precio de mercado.

Para que el comportamiento de un mercado se considere de competencia perfecta es necesario que se cumplan una serie de supuestos:

Existencia de un elevado número de oferentes y demandantes: la cantidad que cada uno ofrece o demanda es tan pequeña respecto a la cantidad total intercambiada en el mercado que su comportamiento individual no puede tener efectos perceptibles sobre los precios.

El bien ofrecido es homogéneo: no existen grandes diferencias en el producto ofrecido, es decir, los bienes o servicios que ofrecen las

diferentes empresas generan la misma satisfacción en los consumidores.

Son mercados transparentes: la información es perfecta y gratuita, es decir, todos los que intervienen en el mercado, compradores y vendedores, conocen las condiciones generales en las que opera el mercado.

Libertad de entrada y salida: cualquier empresario o empresa puede entrar, atraído por las expectativas de beneficio, a producir el bien o servicio que ofrece el mercado sin ningún tipo de traba. De la misma forma las empresas pueden cesar su actividad cuando lo deseen y redirigir su actividad hacia actividades más atractivas.

Independencia en la toma de decisiones: no existen controles o acuerdos entre empresas que distorsionen el normal funcionamiento del mercado para su propio beneficio.

El funcionamiento del mercado en competencia perfecta genera un precio y una cantidad de equilibrio como resultado del comportamiento conjunto de la oferta y la demanda. A dicho precio las empresas deciden qué cantidad producir, es decir, cada empresa aceptará dicho precio como un dato fijo y a partir del mismo su curva de oferta vendrá determinada por los costes de producción (coste de las materias primas, de la mano de obra, de distribución, etcétera).

En esta situación ninguna empresa puede lograr beneficios extras vía ingresos (recordemos que el precio es el mismo para todas) por lo que tendrá que recurrir a la mejora tecnológica que le permita un mayor aprovechamiento de los factores y, por tanto, un descenso en los costes. No obstante, otra vía para conseguir rentas extras será alejarse de la competencia perfecta y buscar situaciones más privilegiadas en mercados en los que obtengan cierto poder, por ejemplo, intentando diferenciar sus productos de los de sus competidores.

En la realidad no existen mercados totalmente competitivos, sin embargo existen determinados productos cuyos mercados reúnen condiciones similares al menos en relación a algunos de los supuestos de la competencia perfecta. Por ejemplo, la extensión del comercio electrónico permite que aumente la oferta de determinados productos, como los viajes y servicios turísticos. Esto ha llevado a una mayor competencia y a unos precios más ajustados para el consumidor.

No obstante, este modelo ha sido fuertemente criticado ya que es muy difícil pensar en situaciones en las que se cumplan no ya todos, sino varios de sus supuestos. De hecho en la realidad económica nos encontramos barreras de entrada y salida, una fuerte diferenciación de producto que invalida el supuesto de la homogeneidad, concentración empresarial en grupos con enorme poder económico y otros fallos en los mercados que hacen aconsejable la intervención del sector público en los mismos.

El mercado de competencia perfecta. En realidad no existe ningún mercado tan perfecto como éste pero dejaremos el estudio de las diferencias que hay entre la realidad y este modelo.

Libre concurrencia.

Ningún agente puede influir en el mercado. El número de compradores y vendedores es muy alto y las cantidades producidas o demandadas por cada uno de ellos son tan pequeñas en relación con el total que su influencia sobre los precios es inapreciable. Para que haya libre concurrencia es imprescindible la libertad de entrada y salida en las industrias, es decir, que no haya barreras que impidan a una empresa dedicarse a producir cualquier cosa.

La expresión "industria" indica el conjunto de empresas que se dedican a producir el mismo bien.

Esta característica no está presente en las situaciones de monopolio (un único productor), duopolio (dos productores), oligopolio (pocos productores), monopsonio (un comprador) y otros mercados no competitivos. En realidad, para que haya verdadera libertad de entrada y salida sería necesario que no hubiera costes de transformación, es decir, que la maquinaria destinada a una producción pudiera reconvertirse sin coste alguno para producir cualquier otra cosa.

La libre concurrencia en realidad es la excepción y no la regla. Algunos economistas británicos sugirieron

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