La Continuidad En La Empresa Familiar
Enviado por LDan04 • 16 de Julio de 2014 • 542 Palabras (3 Páginas) • 284 Visitas
La preparación de la sucesión es un proceso que suele llevar varios años de preparación. Se trata, en primer lugar, de buscar y formar un sucesor en la gestión, es decir, un empresario que tome el testigo y continúe la empresa. Un empresario no se improvisa de la noche a la mañana, por eso es necesario tan largo plazo. Además, es necesario crear las restantes condiciones favorables para que el cambio generacional, cuando llegue, se produzca sin sobresaltos. Esto implica concienciar a la familia propietaria de lo que es distinto en la Empresa Familiar y de la necesidad de fijar unas reglas de juego que objetiven los límites entre familia y empresa, para evitar que los problemas de aquélla puedan afectar negativamente a ésta. Se trata de compaginar y resolver cuestiones personales, familiares, económicas, afectivas y legales. Si no se hace así las posibilidades de supervivencia de la Empresa Familiar quedarán bastante mermadas. La tarea no es fácil, pero el resultado merece la pena: la continuidad de la empresa.
El hecho es que, vistas las estadísticas, son muy pocos los empresarios familiares que acometen ese proceso de sucesión. Basta un dato para demostrarlo: de las casi mil empresas que forman parte de las Asociaciones Territoriales de Empresa Familiar, que obviamente son las más sensibilizadas, sólo el 15% dispone de Protocolo Familiar. Por ello, conviene insistir en la necesidad de sensibilizar, informar y formar al empresario familiar, como viene recomendando la Unión Europea desde el año 1994. Es importante evitar que la fiscalidad de la transmisión de la empresa ponga en peligro su supervivencia, pero aún lo es más conseguir que el empresario familiar acometa con el tiempo y la dedicación suficientes el proceso de sucesión. De nada sirve resolver la fiscalidad si no preparamos el cambio generacional. Y en este punto el déficit de sensibilización e información de muchos de nuestros empresarios familiares es alarmante.
No obstante, y pese a ser muy importantes esas debilidades, hay una que constituye el principal reto al que se enfrentan las empresas familiares: superar el cambio generacional. En este punto la calificación para muchos empresarios familiares, muy a nuestro pesar, no puede ser otra que un rotundo suspenso.
La estadística lo demuestra: La esperanza de vida de una empresa familiar en España es la mitad que la de otra empresa que no sea familiar. Sólo algo más de un tercio de empresas familiares llega a segunda generación. Y a la tercera sólo llegan entre un 10 y un 15% de empresas familiares.
Las razones de esta alta tasa de mortalidad, tradicionalmente, han sido dos: por una lado, la fiscalidad asociada a la transmisión de la empresa a los herederos, es decir, el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones que éstos han de pagar a la Hacienda Pública por la adquisición de la empresa por vía hereditaria o por donación y, por otro, la falta de preparación de
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