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La Economia Del Pais


Enviado por   •  8 de Abril de 2015  •  1.262 Palabras (6 Páginas)  •  215 Visitas

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A principios de los ´80 en la escuela nos empezaron a mencionar tres palabras desconocidas. Dos de ellas fueron dictadura y democracia. No teníamos muy en claro de qué se trataban, pero intuíamos, por lo que nos decían y por el tono empleado, que la democracia era algo nuevo y deseable, que había que celebrar y cuidar. Por el contrario, la dictadura era despreciable, pasaban ciertas cosas que “Nunca más” debían ocurrir. Pero ¿de qué se trataban precisamente?

La tercera era la más terrible e inasible: “desaparecidos”.

Fue a través de una película, “La noche de los lápices”[1], que comprendí, al igual que muchos de mi generación (tengo 30 años), su atroz y demencial significado. Recuerdo perfectamente la primera vez que la vi. Estaba en la cama de mi mamá y ella, que conocía la historia, encontró excusas para quedarse cerca de mí. Lo bien que hizo...

La película se basa en el libro[2] del mismo nombre, que a su vez, relata un hecho real ocurrido el 16 de septiembre de 1976. Durante la madrugada de ese día fueron secuestrados varios adolescentes, de entre 14 y 18 años, cuyo terrible delito consistió en reclamar por el Boleto Estudiantil Secundario. Para ello, habían realizado una serie de marchas, sentadas, petitorios; acciones que hoy nos parecen normales, o molestas (para algunos sectores) pero a las que jamás castigaríamos con el secuestro, la desaparición, la tortura o la muerte.

En ese momento, fueron motivo de todo ello junto.

No se trató de un hecho aislado, ni del error de un grupo de personas fuera de control. Desde el 24 de marzo de 1976, a partir de la instauración del “Proceso de Reorganización Nacional”, “las violaciones a los más elementales derechos humanos que he denunciado no han sido simples excesos o errores metodológicos o estratégicos; tales violaciones respondieron a un minucioso manual doctrinario de represión”[3]

El régimen militar elaboró un plan sistemático de represión y exterminio, enunciado desde el mismo día del "Golpe". En la Proclama publicada al día siguiente en los principales diarios, dejaron en claro que “a par que se continuará combatiendo sin tregua a la delincuencia subversiva, abierta o encubierta, y se desterrará toda demagogia, no se tolerará la corrupción o la venalidad bajo ninguna forma o circunstancia, ni tampoco cualquier trasgresión a la ley u oposición al proceso de reparación que se inicia”[4]

La ciudad de La Plata fue una de las más castigadas. Allí vivían Claudio de Acha, María Claudia Falcone, Horacio Úngaro, Daniel Alberto Racero, María Clara Ciocchini, Francisco López Muntaner y Pablo Díaz.

Claudio tenía 16 años al momento de desaparecer. Estaba enamorado en secreto de Adela. Amaba la lectura, la música... y a Estudiantes.

María Claudia tenía sueños de artista, y por eso se había anotado en el Colegio de Bellas Artes. Apenas alcanzó a disfrutar su noviazgo con Roberto y sus “dulces 16”, cuando la alcanzó la pesadilla en medio de la noche.

Horacio detestaba adherir a una idea sin conocerla a fondo y por eso devoraba libros de historia y política mientras escuchaba a Sui Géneris y a Mercedes Sosa.

Daniel era amigo de Horacio. De chico había soñado con ser “El llanero solitario”. A los 18 años, sus ambiciones eran más realistas, quería ser tornero o mecánico. Pero tampoco lo dejaron.

María Clara vivió sus 17 años con la guitarra a cuestas. Con su música había llegado a La Plata desde Bahía Blanca, para estudiar Medicina, pocos meses antes de su último viaje, cuyo destino final aún se desconoce.

Francisco tenía apenas 14 años. Era hincha de Gimnasia y el mejor amigo de María Claudia. Estaba peleado con su hermano, porque a los dos les gustaba la misma chica.

Pablo, con sus 18 años, fue el único que vivió para contarlo.

Tenían los mismos gustos y

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