La Prosperidad Para Los Pueblos

PROSPERIDAD PARA LOS PUEBLOS

En el mundo sólo una sexta parte de la población ha alcanzado un desarrollo económico, la población restante apenas está un peldaño arriba de la pobreza extrema. El propósito de este texto es exponer algunos argumentos que expliquen de que dependen los pueblos para progresar a partir de las lecturas de John Rawls y Jeffrey Sachs. Para lograr lo anterior, este escrito partirá de la siguiente tesis: los pueblos dependen de una estructura organizada y equitativa, basada en el ahorro, la innovación, el crecimiento demográfico adecuado y el comercio para prosperar en la economía mundial. Constará de cuatro argumentos fundamentales que apoyan la tesis y una conclusión fundada en los dos textos utilizados.

Actualmente es evidente la desigualdad en el mundo donde los países más ricos controlan la economía global. Pero el hecho de que sean ricos no significa que sean abundantes en recursos naturales, inmensos ríos navegables o miles de kilómetros de suelos fértiles, por el contrario, estos son organizados y tienen una estructura política, cultural, social y económica con fundamentos de justicia que aseguran una vida digna para sus ciudadanos.

Poveda, 2

Quizá el principal factor para que una sociedad prospere es un principio de ahorro justo que establezca instituciones democráticas ordenadas y que aseguren el cumplimiento de los derechos humanos. En este sentido, Rawls señala que la excesiva riqueza no es necesaria para establecer instituciones justas o decentes, simplemente con una ordenada inversión de los dineros que entran a partir de recursos o impuestos, se puede romper la barrera de la pobreza. En sus palabras, “la tasa de ahorro como freno del consumo corriente se expresa en términos de capital agregado acumulado, recursos naturales consumidos y tecnología desarrollada para conservar y generar la capacidad del mundo natural para sostener la población humana” (Rawls, 2001: 126).

Por su parte Sachs propone la innovación como método eficaz para romper lo que él llama la “Trampa de la pobreza”. Desde su perspectiva, es difícil vivir en un mundo en el cual la pobreza extrema encierra a la sociedad en un círculo vicioso donde el dinero que entra es gastado inmediatamente por la población para alimentación, sanidad o vivienda, y no es utilizado para su beneficio a largo plazo. Por lo tanto, invertir en la tecnología es crear un ambiente propicio para el desarrollo y la innovación, la cual juega un papel sumamente importante en progreso de una nación. En sus términos:

Los países ricos poseen un mercado grande, lo cual aumenta los incentivos a la innovación y permite comercializar nuevas tecnologías de modo que se eleva aún más la productividad, se amplia el tamaño del mercado y se vuelven a crear nuevos incentivos a la innovación. (Sachs, 2006: 105)

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