La botella más famosa de Suecia

Historia

Es la botella más famosa de Suecia. Es el vodka más vendido en Estados Unidos. Sus campañas publicitarias han atravesado el mundo entero, trascendiendo la frontera de lo puramente comercial para meterse en el mundo del arte, de la moda y de la fotografía. Se llama Absolut Vodka. Se fabrica en Suecia y muy pocos consumidores se preguntan alguna vez por qué prefieren consumir un vodka sueco que uno ruso. La cuestión es, al parecer, un mero asunto publicitario. Una campaña hiper exitosa que convirtió a una pequeña compañía en un gigante transnacional. Con apenas 25 años de carrera internacional Absolut ha conseguido lo que muchos soñarán toda su vida: una sociedad entera que identifica y se identifica ante un producto.

La historia —oficial— tiene tintes de leyenda. Hacia fines del siglo XIX, en 1879 para ser exactos, un personaje —Lars Olsson Smith—, comienza a producir vodka en las afueras de Estocolmo. Es el hombre que aparece en todas las botellas de Absolut, en la medalla que corona el cuello del frasco. El producto se convierte en un éxito en su natal Suecia aunque no llega más lejos. De entonces, se dice, viene la formula pura de la bebida: no en vano el nombre original del producto era “Absolut Rent Bränvin” cuya traducción literal del sueco sería: vodka absolutamente puro. Muchos años más tarde es otro personaje quien decide llevar la marca a Estados Unidos: Lars Lindmark. Cuando Absolut Vodka llegó a los almacenes de Estados Unidos era ya básicamente lo que conocemos hoy: la botella de corte muy limpio (inspirada según dicen en las ampollas que se utilizaban en las farmacias suecas donde en principio se había vendido el vodka), la tipografía amplia, bold y moderna, en tinta azul, y el famoso nombre y texto impresos sobre el vidrio —sin ninguna etiqueta adherida, pues la idea era mantener la transparencia de la bebida—. La imagen de Absolut vodka había quedado definida.

Pero el verdadero boom del producto llegó con la publicidad, que se introdujo en 1980 y logró un fuerte impacto desde el primer momento. La primera campaña publicada fue la de “Absolut Perfection” en la que la botella aparecía retratada con un halo sobre la tapa y la leyenda de “perfección absoluta”, en la tipografía ya clásica, en la parte de abajo. Fue Adman Geoff Hayes, de la agencia publicitaria neoyorquina TBWA, el responsable de esta brillante idea. Desde entonces, esa misma botella continuó apareciendo en todas las publicidades, como centro principal de la imagen, acompañada siempre de un pequeño texto: la palabra ABSOLUT seguida de algún termino alusivo a la imagen. Y el resto, sí, es historia.

El mundo del arte, por ejemplo, entró a formar parte del proyecto cuando en 1985, el propio Andy Warhol aceptó jugar también con la botella. Vendrían después otros grandes, como Romero Britto y Keith Harina, entre muchos otros. Lo mismo pasó

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