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La encantadora historia de Leonard Read "Yo, El lápiz"


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2012  •  Ensayo  •  3.342 Palabras (14 Páginas)  •  710 Visitas

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YO, ELLÁPIZ

Por Leonard E. Read

Introducción de Milton Friedman

La encantadora historia de Leonard Read "Yo, El lápiz" se ha convertido merecidamente

en un clásico. No se de ninguna otra pieza de literatura que, tan sucinta, persuasiva y

efectivamente ilustre, tanto el significado de la mano invisible de Adam Smith -la

posibilidad de cooperación sin coerción- como el énfasis de Friedrich Hayek respecto de

la importancia del conocimiento disperso y el rol del sistema de precios en transmitir

información que "hará que los individuos produzcan los bienes deseados sin tener alguien

que les indique qué hacer".

Hemos utilizado la historia de Leonard en nuestro programa de televisión "Libertad para

Elegir" y en el libro del mismo título para ilustrar "el poder del mercado" (título del

primer segmento del show de TV y del capitulo uno del libro).

Resumimos el relato y a continuación expresamos:

"Ninguna de las miles de personas involucradas en la producción del lápiz efectuaron su

tarea porque deseaban un lápiz. Muchos de ellos nunca vieron uno y posiblemente ni

supieran para sirve. Cada uno vio a su trabajo como una forma de obtener aquellos bienes

y servicios que querían -bienes y servicios que produjimos con el propósito de obtener el

lápiz que deseábamos.

Cada vez que nos dirigimos a una tienda y adquirimos un lápiz, estamos intercambiando

un poquito de nuestros servicios por la cantidad infinitesimal de servicios de cada uno de

los miles que contribuyeron a producir el lápiz.

"Es aun más pasmoso que el lápiz fuera producido. Nadie sentado en una oficina central

impartió ordenes a miles de individuos. Ninguna policía militar hizo cumplir aquellas

ordenes que nunca se dieron. Estas personas viven en diferentes lugares, hablan distintas

lenguas, practican diferentes religiones, pudiendo incluso odiarse mutuamente -aunque

ninguna de estas diferencias les ha impedido cooperar para producir el lápiz . ¿Cómo

pudo suceder?

Adam Smith nos dio la respuesta doscientos años atrás."

"Yo, El lápiz" es un típico producto de Leonard Read: imaginativo, simple pero sutil,

respirando el amor a la libertad que imbuyó todo lo que Leonard escribió o hizo. Como

en el resto de su obra, él no estaba tratando de decirle a la gente qué hacer o cómo

comportarse. Estaba simplemente tratando de realzar la comprensión de sí mismos por

parte de los individuos y del sistema en el que les toca vivir.

Ese era su credo básico y lo que el defendió consistentemente durante su largo periodo al

servicio del público - no servicio público en el sentido de servicio gubernamental.

Cualquiera fuere la presión, rehusó comprometer sus principios. Eso hizo que fuera tan

efectivo en mantenerlos vivos desde un comienzo y en difundir la idea básica de que la

libertad humana precisa de la propiedad privada, de la libre competencia y de un

gobierno severamente limitado.

El Profesor Friedman, premio Nóbel de economía en 1976, es Investigador Senior en la

Hoover Institution de Stanford California.

"YO, EL LÁPIZ"

por Leonard E. Read

Yo soy un lápiz de grafito, el típico lápiz de madera tan conocido por todos los chicos,

chicas y adultos que saben leer y escribir.*

Escribir es al mismo tiempo mi vocación y mi distracción, eso es todo lo que hago.

Ustedes se preguntarán por qué debo confeccionar mi árbol genealógico. Bueno, para

empezar mi historia es interesante. Y además, yo soy un misterio, mayor aún que el que

puede representar un árbol, un atardecer o un relámpago. Lamentablemente, quienes me

utilizan dan por sentado que soy un mero incidente, carente de todo pasado. Esta actitud

me relega al nivel de algo meramente trivial. La humanidad cae así en una especie de

penoso error, con el cual no podrá persistir mucho tiempo sin peligrar.

Yo, el lápiz, si bien en apariencia soy algo sencillo, merezco vuestro asombro y

admiración, por las razones que más adelante probaré. En realidad, si ustedes logran

entenderme -lo que realmente es mucho pedir de alguien-, si consiguen darse cuenta del

milagro que vengo a simbolizar, podrán ayudar a salvar la libertad que desgraciadamente

la humanidad de a poco va perdiendo. Tengo una profunda lección que enseñar. Y puedo

trasnmitirla mejor que lo que un automóvil, un aeroplano o una lavadora de platos

podrían hacerlo, en virtud de ser aparentemente algo muy simple.

¿Simple? Sin embargo, ni una sola persona sobre la tierra sabe cómo hacerme. Esto suena

fantástico ¿no es cierto?. Especialmente cuando se toma conciencia que alrededor de cien

a cien millones y medio de unidades como yo son producidas en los Estados Unidos cada

año.

Tómenme y obsérvenme. ¿Qué es lo que ven? Sus ojos no encontrarán gran cosa - hay un

poco de madera, barniz, la etiqueta, la mina de grafito, algo de metal y una goma de

borrar.

Imnumerables antecedents

Así como para Uds. sería casi imposible trazar su árbol genealógico yendo muy hacia

atrás en el tiempo, también lo es para mi citar y explicar todos mis antecedentes. De

cualquier manera, desearía mencionar algunos de ellos a efectos de impresionarlos con la

riqueza y complejidad de mi curriculum.

Mi árbol familiar comienza con lo que en los hechos es precisamente un árbol: un cedro

de fibra recta que crece en el norte de California y Oregón. Contemplen ahora todos

aquellos elementos que la tarea de cortar el árbol y transportar los troncos hasta la vía

muerta del ferrocarril requiere: sierras, camiones, sogas y muchos otros pertrechos.

Piensen en todas las personas y en las innumerables técnicas que intervinieron en su

fabricación: en la extracción del mineral, la obtención del acero y su conversión en

sierras, ejes, motores; el cultivo del cáñamo y su paso por todas las etapas hasta llegar a

la soga pesada y resistente; los campamentos de los obreros con sus camas y comedores.

Incalculables miles de personas han intervenido solamente en cada taza de café que

beben los leñadores!.

Los troncos son transportados hacia un aserradero en San Leandro, California. ¿Pueden

ustedes imaginar a todos aquellos individuos que participan en la fabricación de los

...

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