La historia de IKEA

IKEA emerge de un nuevo concepto empresarial. Tiene como objetivo ofrecer diferentes gamas de producto en relación a la decoración y mejora de los hogares, pretendiendo ser asequible para la mayoría de los públicos, y no solo para un segmento determinado de la población. Combinan la funcionalidad, calidad, diseño, innovación y autonomía, teniendo siempre en cuenta la sostenibilidad. Este concepto está presente en todas las acciones que lleva a cabo, ya sean de comunicación, distribución, etc. En definitiva, tienen como finalidad amueblar los hogares a través del diseño, el concepto low-cost y la autonomía. Ikea pretende hacer disfrutar más y mejor de sus hogares creando, para ello, productos que se adecuen a las necesidades de cada uno.

El nombre IKEA combina las iniciales del fundador de IKEA, Ingvar Kamprad (IK), con la primera letra de la granja y el pueblo donde se crio: Elmtaryd y Agunnaryd (EA). El logotipo de IKEA apenas ha cambiado a lo largo de la historia de la compañía, y en 1967 se convirtió en el popular símbolo de la empresa IKEA.

Su filosofía de empresa es que todos juntos (empresa y clientes) hacemos algo grande. Ellos ponen su parte (materiales, muebles, atención al cliente, etc.) y los clientes la suya (montan los muebles, cuidan el medio ambiente, dan opiniones, etc.) logrando así complementarse y superar uno de los mayores problemas de toda empresa: ahorrar dinero. A esto lo llaman el proceso de diseño democrático.

IKEA cuenta con una gran cantidad de sucursales por todo el mundo, y cada año amplían sus horizontes. De esta forma, el concepto IKEA sigue perdurando y mejorando con el paso de los años. Esta claro que les gusta ser creativos y mejorar sus propios productos continuamente y, así, enriquecer la calidad de vida de sus clientes.

La multinacional es conocida porque cada uno de sus productos tienen su historia, aunque la base de todos ellos es mejorar la vida cotidiana en el hogar. IKEA, todos los años, lleva a cabo un estudio en cientos de hogares para comprobar si sus productos cumplen las expectativas, y además, intentar descubrir nuevas necesidades y deseos de los consumidores. Después, proceden a diseñar nuevos productos, los cuales deben de ser funcionales, poseer calidad, pero con un precio bajo. Los diseñadores deben de encontrar el equilibrio perfecto entre funcionalidad-precio-calidad, por lo que es un nuevo desafío cada diseño.

También, se caracteriza por crecer de una forma sostenible. Obtiene el dinero de los recursos propios, lo que quiere decir que lo ganan antes de gastarlo. Por lo que pueden realizar inversiones a largo plazo, que en un futuro les gratificará con beneficios económicos y no económicos.

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