La importancia del desarrollo personal en el ámbito laboral

DESARROLLO PERSONAL Y DESARROLLO PROFESIONAL

*** Quien tiene un “por qué” para vivir, soporta casi cualquier cosa ***

Friedrich Nietzsche (1844-1900)

La importancia del desarrollo personal en el ámbito laboral

INTRODUCCIÓN

Hay una estrecha relación entre el desarrollo personal y el desarrollo profesional, puesto que ambos conceptos están íntimamente relacionados. Si no logramos un desarrollo personal, difícilmente se puede lograr alcanzar un desarrollo profesional.

El desarrollo personal se conoce como la superación que tienen las personas para salir adelante, es por ello que la motivación de “querer”, cobra importancia si se desea obtener éxito en la vida. Por esta razón, el desarrollo personal es un factor determinante al momento de conseguir logros en el ámbito laboral.

Albert Einstein dijo “si continúas haciendo las cosas como siempre las has hecho, obtendrás los mismos resultados.” Bajo esta premisa, la persona no puede esperar que las cosas tengan un cambio por sí solas, se debe actuar y salir de la zona de confort que cada individuo asocie a su hábitat existencial, para ir en busca de los objetivos y metas en la vida.

LA IMPORTANCIA DEL DESARROLLO PERSONAL

Para lograr tener un desarrollo personal, tendremos que fijarnos metas a futuro, colegibles con plazos y objetivos alcanzables; y aunque en el camino se nos presenten dificultades, debemos aprender a superar estos obstáculos y de esta forma estaremos creciendo en ámbito personal.  Sin embargo, si nos quedamos sentados sin hacer nada, esperando que la vida pase, sin querer avanzar, sin tener claro nuestro fin, el desarrollo se verá estancado o nulo, sin logros, ni metas, ni deseos de un estar feliz por lo que hago y por lo que deseamos en la vida, que no necesariamente significa sólo tener logros monetarios, sino que estar bien consigo mismo, sentirse bien.

Cuando las personas se proponen metas en la vida, no debieran tener que ver necesariamente con alcanzar objetivos sólo en el ámbito profesional; ni tener una estabilidad solo emocional, traducidas en sentimientos abstractos e individuales, como podría ser una relación amorosa, superar una pena, etc.;  sino que es un poco más de todo, como tener tiempo libre, tener buenas relaciones con los demás, sentirse pleno con lo que se tiene, con lo que le gusta, con la sociedad, etc., ya que los individuos humanos por naturaleza simbiótica somos seres que necesitamos del perfecto equilibrio entre cada una de esas variables para armonizar nuestro proyecto de vida de forma integral.

Es por ello, que aquella persona que encuentra el equilibrio en todos los aspectos de la vida; ya sea en lo personal, en lo laboral, en la sociedad y lo hace con lo que realmente quiere, no espera que pasen las cosas, sino que actúa de manera proactiva y no reactiva. Se debe tener una actitud positiva, pujante y con una alta resiliencia y estar consciente de que, para mejorar la calidad de vida, depende casi siempre, de la manera de adecuarnos a los factores externos que no podamos controlar y rescatar lo positivo de cada experiencia de cambio.

TENER METAS PARA UN DESARROLLO PROFESIONAL

“La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito”, esta frase del filósofo estadounidense, Ralph Waldo Emerson”,

Emerson nos motiva a pensar que, si no tenemos confianza en nosotros mismos, nadie la tendrá por nosotros, por lo tanto, se debe creer en el potencial de cada uno para lograr lo que se quiere en la vida.

“No hay logros, sin metas” Robert J McKain,

Se debe tener metas y una actitud positiva para alcanzar lo que cada individuo se proponga en el ámbito laboral, para lo se requiere conocer cuáles son sus aptitudes, sus valores y habilidades, sus conocimientos y todas las herramientas con las que cuenta la personas para enfrentar los nuevos desafíos donde quiera desarrollarse. De esta forma, es necesario plantearse metas y objetivos claros, alcanzables y fundamentalmente, sostenibles para estar satisfecho, siendo complementos éstos mismos de la más férrea cohesión con el equilibrio de la emocionalidad que sustenta cada desafío.

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