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La mercantilización de todas las cosas: La producción del capital


Enviado por   •  19 de Mayo de 2016  •  Práctica o problema  •  2.562 Palabras (11 Páginas)  •  1.555 Visitas

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Alumnos: Blanco González Ernesto Fidel

                 Espinosa Rodríguez Christian

Profesora: Márquez López Lisett

El Capitalismo Histórico

Autor: Immanuel Wallerstein

La mercantilización de todas las cosas: La producción del capital

Wallerstein nos sumerge en su idea de capitalismo bajo la primicia de que se trata de un sistema social histórico, va desglosando cada parte que conforma este concepto que rige mundialmente. Nos habla que para poder entender sus orígenes es necesario observar la realidad, propone que es necesario estudiarlo desde tres perspectivas: su práctica, su funcionamiento y su desarrollo

El capitalismo se deriva de capital y esto viene significando la acumulación de la riqueza, un punto clave para el capitalismo, pues el propósito aquí es el de generar capital para poder aumentar esta riqueza, pero dentro del capitalismo histórico, el capital tiene un significado más complejo; aquí podemos encontrar que se trata de una serie de acumulación de esfuerzos de un trabajo pasado que aún no han sido gastados, entonces bajo esta definición se puede afirmar que el capitalismo viene desde mucho tiempo atrás, inclusive desde la época del hombre neandertal, ya que desde aquellos años se maneja de esta forma.

Como sabemos, los capitalistas son aquellos que tienen el capital necesario para invertir y producir, buscando su bienestar mediante una expansión, pero para que esto sea posible es necesario que cuenten con un uso de trabajo, esto significa que requieren de una serie de individuos forzados o atraídos para estar a la orden del capitalista, dando inicio a la producción. Ya teniendo al trabajador y el producto, es necesario comenzar a comercializar las mercancías, y para que esto sea posible es necesaria la existencia de un sistema de distribución además de un grupo garantizado de compradores, ya con todos los ingredientes completos se iniciará la búsqueda por encontrar las ansiadas ganancias. El capitalista tiene que mostrarse inteligente, para que después de obtener sus primeras ganancias pueda dar el siguiente paso que es una inversión segura, una que le traiga a futuro todavía más capital. Es curioso como en la antigüedad este proceso no se desarrollaba por completo, se veía incompleto pues se veía como un acto inmoral, sumando que no existían los mercados y los procesos mercantilistas adecuados.

Es la avaricia del capitalista (su obsesión por la obtención de más capital) la que al final abrió un mercado y dieron paso a los procesos mercantilistas. En el ADN del capitalista está la acción de sobresalir, obtener más que el otro, ser el vencedor en la competencia por el capital; el triunfador mostrará ser el mejor, el más listo y mejor capacitado, incluso abriendo un acceso en la política. Un punto más que es indispensable para maximizar la riqueza del capitalista es la fuerza de trabajo, tomando en cuenta su disponibilidad y coste. Para el capitalista, el obrero ideal es aquel que proviene de una unidad familiar semi proletaria, provocando así que ese individuo no tenga una expectativa alta sobre su salario.

El capitalismo histórico ha podido ocultar las desigualdades que sea crean por su culpa, con la simple acción de separar la “arena económica” de la “arena política”, creando una transnacionalidad de las cadenas de mercancías. Ante eso surge una temible invasión geográfica de las empresas, las cuales buscan algún sitio donde pueden encontrar mano de obrar barata y así reducir costos, ante esto el gobierno no levanta la mirada, incluso da el visto bueno. Esto último nos hace dudar de quien realmente tiene el poder. Era de esperar que surgieran algunas consecuencias ante este problema, como los es una restructuración del sistema mundial, una sobreproducción mercancías, así como una proletarización que provocará la reducción de la ganancia, un punto contradictorio dentro del capitalismo.

Algo que no se nos puede pasar es el intercambio desigual que también se crea por culpa del sistema capitalista, se crea un flujo económico completamente dispar donde las ganancias por lo general van dirigidas a las zonas céntricas, dejando a un lado, y con las manos vacías, a las zonas periféricas. El dinero que se mueve en ambas zonas es tan diferente que lo podemos aprecia en sus niveles salariales.

Para cerrar esta primera parte de la lectura, será bueno retomar las palabras de Wallerstein cuando escribe que vivimos en un sistema realmente absurdo, donde la acumulación del capital para obtener más capital no es algo natural inherente en el ser humano, al final de cuentas lo que trae el capitalismo es un terrible miseria, ya que las grandes ganancias solo van dirigidas a un pequeño sector de la población mundial; acaparando el poder financiero, acaparando el poder mundial.

La política de acumulación: La lucha por los beneficios

Otra triste verdad que nos cuenta Wallerstein es la del papel que juega el Estado dentro de este mundo capitalista,  ya que este se ha encargado de garantizar la subsistencia del capitalismo, manteniendo esa vieja rivalidad entre los grandes acumuladores de capital y los trabajadores. La conquista del poder del Estado es un objetivo clave, no sólo para los actores políticos, también lo es para los capitalistas, conseguir este poder significaría engrandecer su hegemonía.

En relación a esto, el autor menciona los puntos que conforman los elementos del poder:

  1. La jurisdicción territorial
  2. El derecho legal de los Estados para regular las relaciones de producción
  3. Capacidad impositiva de los Estados

Los capitalistas son inteligentes y saben cómo manipular los aparatos del Estado para su beneficio, esquivando cualquier traba que se les pudiera presentar, ya sea por medio de  la diplomacia, contratos o tácticas de “guerra”. Una guerra entre capitalistas ante la creciente competitividad, pero no podemos olvidar esa otra guerra, las llamadas luchas de poder, que no se limitan a un conflicto entre beneficiario y victimas del sistema capitalista, sino que podemos encontrar a las luchas anti imperialistas que se gestaron donde el Estado posee un poder limitado; aquí encontramos dos vertientes, una es la lucha de clases y la otra es la lucha lingüística racial-cultural, aunque son diferentes comparten una serie de similitudes e cuento objetivos como es la búsqueda de la libertad, el establecimiento de nuevas reformas bajo un formato justo y si es necesario el uso de una revolución. Parece ser que estas luchas nunca acabaran, pues el trabajador sigue sufriendo de injusticias y explotaciones, las vive desde la revolución industrial hasta hoy en día en alguna fábrica transnacional, pareciera que la bestia del capitalismo es como la hidra de Lerna, aquel monstruo mitológico que al amputarle alguna cabeza es totalmente capaz de regenerar dos cabezas totalmente nuevas.  

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