Libre mercado, una alternativa viable

Jesús Alejandro Murillo Martínez.

Libre mercado, una alternativa viable.

La reciente renuncia de Germán Martínez, exdirector del IMSS, evidencia un sistema de salud en gran deterioro, en donde la falta de medicamentos y el insuficiente número de médicos en los hospitales son solo un par de síntomas, pero, ¿Hay algún ejemplo de un sistema de salud realmente eficiente? ¿Cómo podemos minimizar la pérdida, tanto humana como monetaria?

En este trabajo quiero sentar las bases de cómo es que una economía de libre mercado puede sustituir programas clientelares estatales, de esta manera se disminuye la carga al gasto público, evitando su desfalco y adicionalmente potenciar un sector económico del país en el proceso.

Partimos de la idea de que en el país tienen que existir instituciones sólidas, que garanticen la seguridad jurídica, social y financiera, que hagan posible la eficiencia de los procesos. Por supuesto que esto beneficia a cualquier tipo de gobierno, sin embargo, a menor intervención del estado, existirá menor burocracia, por ende, los costos de los procesos no se elevarán innecesariamente y al existir contrapesos de poder la corrupción se dificulta, que es uno de los principales males que afrontan los gobiernos.

Tomaremos de ejemplo al caso de Singapur, uno de los países que mejor ejemplifica el párrafo anterior. Después de ser decretada como Estado soberano en 1965, con el mandato de su Primer Ministro Lee Kuan Yew, implementó una serie de políticas que le daban una gran apertura económica, al punto de llegar a ser la segunda economía más libre del mundo en la actualidad, según el índice de libertad económica de la fundación Heritage.

Lee Kuan Yew lideró a Singapur a una era de prosperidad, formado en London School of Economics, llegó al país y fundó el Partido de Acción Popular (PAP) del cual fue presidente por 40 años, posteriormente ganó las elecciones para convertirse en el primer jefe de estado de Singapur, desempeñó el cargo de Primer Ministro por 30 años. Durante su mandato, el PIB de Singapur se elevó de 704 millones de dólares a 36 billones, y para el 2017 era de 323 billones. Además, la esperanza de vida ha pasado de 65 años a 82 años y no tienen población por debajo de la línea de pobreza^[1]

Entrando en las políticas, el Estado evitó ocupar secciones cada vez más grandes de la economía, evitó regular cada cosa hasta el mínimo detalle, ni quiso elevar los impuestos, ni expandir el gasto público, el cual ha sido de tan solo del 18% de su PIB^[2]. Acogieron a los inversionistas extranjeros, se convirtieron en un “Estado-empresa” que promovió la competitividad, la inversión y la atracción de empresas, en vez de burocracia y asistencialismo.

Al tener impuestos casi inexistentes y un gasto público muy bajo, la población tiene que hacerse cargo de sus necesidades, sin embargo, el Estado obliga a todos los trabajadores de Singapur a poner una cuarta parte de su salario en un plan de ahorro nacional, llamado Central Providence Fund (CPF), que es controlado por una organización estatal y cuyo dinero es destinado solo a cubrir ciertas necesidades de la población, como la educación, vivienda, fondos de retiro, salud y otros.

La diferencia con otros estilos de gobiernos es que cada ciudadano es capaz de gestionar ese dinero a su antojo, puede decir si poner más dinero a su educación o preferir recibir más comodidades en hospitales. Así se evita dar un impuesto para solventar algo que no necesita y medir que tanta comodidad quieres pagar. De esta manera el Estado logra, aunque de manera algo paternalista, que los ciudadanos no descuiden estas prioridades, a la vez de darles la opción de elegir como gastar sus ingresos.        

Tomando como ejemplo al sistema de salud, en el que el Estado apenas aporta un poco más del 30% del gasto total, el resto lo sustenta la iniciativa privada y el pago directo de los ciudadanos, veremos lo eficiente que pude llegar a ser un sistema bien pensado con instituciones sólidas y dejando que el mercado se encargue de la organización. Tomando palabras de la Dra. Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud:

La OMS sitúa a Singapur en el primer puesto respecto de los principales indicadores sanitarios, especialmente la mortalidad materna e infantil, dos de los indicadores que mejor reflejan el buen funcionamiento de un sistema de salud. Mediante una planificación previsora y visionaria, Singapur ha logrado una atención sanitaria de primer nivel con excelentes resultados sanitarios, a un costo inferior que en cualquier otro país de altos ingresos del mundo.^[3]

¿Y cómo funciona su sistema de salud? Existen centros tanto públicos como privados, aunque la diferencia en el precio entre ser atendido en uno u otro es mínima, porqué al aplicarse los criterios de mercado, estos compiten entre si para la recepción de los enfermos. La diferencia en los precios viene cuando decides las comodidades que quieres recibir en estos centros, para esto existen cinco niveles a elegir; A, B1, B2+, B2 y C, depende de que nivel elijas será la comodidad que recibas, en el nivel A es la elección de una habitación privada y la elección del médico, mientras que, en la C, el centro asigna al médico y estarás en una habitación comunal. Eso sí, la calidad en el tratamiento será la misma en cualquier nivel.

Existen también una amplia variedad de seguros para las diferentes necesidades de los ciudadanos, en el caso del CPF, el fondo para la sanidad se llama Medisave, que se utiliza para las visitas al médico, medicamentos, etc. Para casos graves existe un seguro público llamado medishield life, que tiene un costo aproximado de entre los $10 y hasta $100 dólares mensuales, para casos con mayor riesgo, que teniendo en cuenta que no tienen población por debajo del umbral de la pobreza, es un precio más que asequible, y claro que está la opción de contratar otros seguros privados que mejoren las prestaciones ofrecidas. Para las personas con menor ingreso, existe un fondo de supensión del gobierno, llamado Medifund, de esta manera, ningún ciudadano queda desprotegido.

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