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Los sobornos transnacionales como práctica institucionalizada Caso Odebrecht


Enviado por   •  18 de Octubre de 2018  •  Ensayo  •  2.115 Palabras (9 Páginas)  •  121 Visitas

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Caso 5

Área: Contabilidad

Autores responsables:

Alicia Núñez

Romina Aranda

Carolina Aranda

Caso Odebrecht[1]

Los sobornos transnacionales como práctica institucionalizada

Odebrecht es una empresa brasileña de gran prestigio a nivel mundial. Como parte de su forma de entender el trabajo, ha plasmado en una serie de principios su perspectiva ética, moral y conceptual respecto a la actuación de los integrantes de la organización. A pesar de ello, una serie de hechos han empañado su labor en los últimos años. La organización se ha visto involucrada en acusaciones de soborno y coima a funcionarios públicos y actores políticos alrededor de 12 países, la mayoría en el continente americano. A raíz de lo anterior, Odebrecht se ha visto obligada a firmar acuerdos con la Fiscalía estadounidense y brasileña, que ha significado el pago de multas por $US 2,6 billones, además del puesto de diversos actores influyentes. El escándalo y las investigaciones continúan destapando ilícitos cometidos por la organización. ¿Cómo pudo producirse semejante alianza por la corrupción? ¿Qué mecanismos protegen el entramado ideado por Odebrecht?

Odebrecht es una organización brasileña que posee negocios en el área de Ingeniería, Construcción, Industria, Infraestructura y Energía[2] (Odebrecht, 2017). Su origen se remonta al año 1944, cuando el ingeniero Norberto Odebrecht crea la empresa. Actualmente, la compañía se encuentra presente en 27 países alrededor de todo el mundo, en lugares como Sudamérica, América Central y el Caribe, Norteamérica, África, Europa y Medio Oriente. Su filosofía guarda relación con el desarrollo del ser humano, entendiéndolo como el punto de partida y llegada de todas las acciones que realiza la organización. Lo anterior queda plasmado en la Tecnología Empresarial Odebrecht (TEO)[3], donde se establece que “el genuino empresario es un tipo muy especial de ser humano. Su objetivo en la vida es servir a sus semejantes, liderando la producción de riquezas, es decir, de bienes y servicios que nuestra especie requiere para sobrevivir crecer y perpetuar” (Odebrecht, 2014).

En relación a lo anterior, la organización va más allá en términos de normar aquello que espera de sus empleados. Por lo mismo, establece un código de conducta que se deriva de la TEO, en el cual se plantean directrices en torno a la conducta individual de los empleados, la relación que se debe tener con agentes públicos o privados, la política de obsequios dentro de la empresa, la transparencia de los asientos contables, el respeto a las leyes, entre otras[4]. A pesar de lo anterior, a fines del año pasado la Corte Federal de Nueva York presentó una demanda en contra de Odebrecht. Dicha demanda establece las múltiples coimas de dinero y sobornos[5], que habrían realizado en los últimos 20 años a funcionarios públicos del gobierno de 12 países, con el fin de adjudicarse contrataciones públicas. De este modo, según informa la revista Infolaft[6], entre el 2001 y 2016 Odebrecht habría entregado alrededor de 800 millones de dólares a funcionarios públicos en el extranjero, directivos de partidos políticos y candidatos a cargos públicos (EMOL, 2017). Todo esto, con el fin de obtener ventajas frente a otros competidores y así adjudicarse o mantener negocios y contratos en países como: Angola, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela, entre otros países que aún se investigan[7] (Matute, 2016).

Lo anterior fue posible, ya que en la organización se generó una estructura financiera secreta que, con los años se transformó en un área corporativa autónoma: la División de Operaciones Estructuradas (DOE). Esta área era la responsable de todas las transacciones en relación a los pagos corruptos que se entregaban a funcionarios públicos y los partidos políticos de diferentes países. La DOE funcionaba con parámetros diferentes al de otras áreas al interior de la organización, puesto que sus transacciones estaban exentas de los requisitos de transparencia y soporte en el asiento contable. Además, manejaba un presupuesto en la sombra o paralelo. Esto último se realizaba por medio de dos herramientas: el Drousys, que es un sistema de comunicaciones diferente al del resto de la empresa, por ende extraoficial, el cual posibilitaba que los integrantes de la DOE se comunicaran por medio de correos electrónicos y mensajes instantáneos cifrados. La segunda herramienta era MyWebDay, sistema que era utilizado para hacer la solicitud, procesamiento, hoja de cálculo y registro cifrado de los pagos indebidos (Infolaft, 2017).

Sumado a la estructura establecida al interior de la organización, se contaba con empresas subsidiarias, las que permitían generar los recursos que se destinaban a coimas. Dichas coimas eran realizadas por medio de sobrecostos y tarifas ficticias en contratos que parecían legales, apropiación de recursos en la compra de activos, y operaciones de autoaseguramiento. Estos registros nunca figuraron en los libros de contabilidad oficiales. Un ejemplo de sobrecostos y tarifas ficticias es lo que consigna el diario HOY de República Dominicana, en donde se expone que “la mayoría de las obras que ha levantado la constructora Odebrecht en el país han terminado con un costo mucho mayor a su presupuesto original, sin las explicaciones que justifiquen los incrementos”[8] (Mejías, 2016). Esto le habría permitido a la organización no perder ganancias al desembolsar dinero para los sobornos, sino que esto le era devuelto por medio de sobre valoraciones de las obras.

Posterior al proceso previamente mencionado, la DOE conducía el dinero no registrado a sociedades fachada en paraísos fiscales, los que tampoco figuraban en los registros contables de Odebrecht. Desde ahí, se transfería los sobornos y, en paralelo se disfrazaba el pago. Esta operación implicaba que el dinero era transferido al menos cuatro veces antes de llegar al destinatario final, por medio de diferentes cuentas bancarias offshore alrededor del mundo. Para ello Odebrecht, por medio de la DOE, pagaba un porcentaje del dinero movilizado a los ejecutivos de cuenta de los bancos, habiendo un empleado exclusivo para gestionar estas relaciones ilícitas con las entidades financieras.

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