MERCADOTECNIA
Enviado por shagy28 • 1 de Marzo de 2014 • 3.377 Palabras (14 Páginas) • 232 Visitas
Los Mercados Financieros internacionales son aquellos a los que acuden agentes de distintos países a realizar sus operaciones de inversión, financiación o compraventa de activos financieros.
El fuerte crecimiento de los Mercados Financieros internacionales y el creciente interés de las empresas por estos mercados, pone de manifiesto que, en la búsqueda de fuentes de financiación, no existen barreras nacionales. Esta realidad es especialmente cierta para las empresas multinacionales. Un claro ejemplo es la empresa Telefónica de España, que recurre a los principales Mercados Financieros internacionales para captar fondos, tanto a través de Instrumentos de renta fija como ofreciendo acciones que cotizan en los principales centros financieros.
Los Mercados Financieros internacionales pueden ser de dos tipos:
-Mercados de financiación, que pueden dividirse en mercados de financiación pública y mercados de financiación privada:
En el caso de España, en los mercados de financiación pública se negocian bonos matador (bonos emitidos en pesetas por gobiernos extranjeros) y deuda pública extranjera. Los mercados de financiación privada comprenden las bolsas de valores extranjeras, las cámaras privadas de compensación, y todas las operaciones realizadas fuera de las diferentes bolsas de valores.
-Mercados de coberturas de riesgos:
Los Mercados Financieros internacionales de cobertura de riesgos se dividen a su vez en mercados organizados, que son todos aquellos mercados extranjeros de futuros y opciones sobre todo tipo de activos, y mercados no organizados o mercados OTC, en los que se negocian SWAPs, FRAs, CAPs, Forwards en divisas vinculadas a operaciones de financiación exterior, etc.
Un contrato derivado es cualquier contrato cuyo precio dependa o derive de otro activo principal, al que se llama activo subyacente. La operativa en derivados permite neutralizar el riesgo de precio o de mercado. Las tres especies de derivados son los contratos de opción, contratos futuros y los contratos de swap.
¿Qué son los contratos de opción?
Son contratos de compraventa sobre futuros, por el cual su comprador adquiere el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender cierta cantidad de un activo a un precio determinado en una fecha futura. A cambio de ese derecho, el comprador de la opción abona al vendedor una prima.
¿ Qué son los contratos futuros?
También son contratos de compraventa, pero aplazados en el tiempo, donde hoy se pacta el activo a intercambiar, la cantidad, el precio y la fecha futura en que se llevará a cabo la transacción.
¿ Qué son los swaps ?
Los swaps son contratos derivados que permiten a los usuarios de los mismos adaptar su exposición a potenciales incrementos o caídas en la tasa de interés.
Si bien nuestro país tiene una larga tradición en materia de contratos futuros y opciones sobre productos agropecuarios y de la importancia de los contratos derivados en la vida financiera moderna, no se han realizado trabajos jurídicos que los analicen en profundidad. Es por ello que este trabajo es un valioso aporte original al estudio del Derecho comercial y tributario analizando un tema novedoso.
Resulta indispensable contar con una visión práctica sobre cómo funcionan y qué utilidad tienen los instrumentos derivados, y también sobre la manera como operan los mercados donde se intercambian para aprovecharlos en la cobertura de riesgos, para reducir costos financieros, o bien como instrumento de especulación racionalmente planeada.
Es imposible comprender el estado actual de los mercados de crédito sin aclarar cómo se han realizado las coberturas del riesgo de impago de préstamos por parte de la banca. Éstas se han operado en los mercados de derivados de deuda mediante opciones precisamente sobre la cobertura del impago. Aquí es donde entran los famosos CDS o Credit Default Swaps. ¿Cuál es la naturaleza de este instrumento? Los swaps de deuda son una forma de cobertura sobre el riesgo crediticio, como una póliza de seguro para cubrir el posible impago de una deuda. Ese contrato derivado tiene la apariencia de una operación estándar de seguro: hay una prima y una transferencia de dinero cuando ocurra el evento definido en el contrato (por ejemplo, si la persona X es incapaz de pagar su hipoteca, el asegurador paga al acreedor asegurado el monto del crédito). Pero hay grandes diferencias. Para empezar, estas operaciones no están reguladas al mismo nivel que los están los seguros.
Es decir, las entidades que ofrecen este tipo de contratos no están obligadas a mantener reservas relacionadas con estas operaciones. Algo que sí sucede en un contrato de seguro estándar. Y que además, en caso de ser excesivas las reservas de cobertura, la prudencia en el negocio obliga a diluir el riesgo mediante reaseguros. Los CDS fueron inventados por los bancos precisamente para evitar los requerimientos crecientes de reservas que suponía provisionar un mayor riesgo de impago.
Si un tercero (otra entidad como AIG, por ejemplo) absorbía el riesgo a cambio de una prima, el banco podía liberar sus reservas e incrementar en consecuencia sus operaciones y su riesgo. Los CDS también fueron usados para darle la vuelta a las restricciones que tenían inversionistas institucionales (como fondos de pensiones) para prestar recursos a empresas o comprar productos financieros con una calificación insuficiente. Pues al quedar asegurado el riesgo en el mercado de derivados de deuda, se podía mejorar la calificación de los bonos de estas empresas o de los productos financieros relacionados con deuda. El gran problema viene porque los que compran los swaps de deuda no son propietarios del instrumento subyacente (la deuda original), del mismo modo que una opción o un futuro sobre una materia prima no supone la compra de esa materia prima, sino sólo una opción o derecho de compra.
Es decir, en contraste con un contrato de seguro, el comprador de un CDS no tiene ninguna obligación legal para demostrar que en caso de impago él será directamente afectado y en consecuencia deberá cubrir la morosidad. Por eso los swaps de deuda dejaron de parecerse a operaciones de cobertura de riesgo crediticio y se fueron convirtiendo cada vez más en apuestas sobre si tal o cual empresa caería en bancarrota. Otra diferencia es que las compañías aseguradoras administran riesgos sobre la base de un análisis estadístico en el que las pérdidas son estimadas a través de variantes de la ley de los grandes números (que no es otra cosa que un teorema probabilístico).
En cambio, el riesgo de cobertura en los swaps de deuda es administrado con los parámetros de los mercados de derivados. Es decir, las coberturas de riesgo de impago evolucionaron desde una forma de seguro tradicional hacia otra más
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