Mejora continua en productividad empresarial

Los procedimientos de gestión en las empresas tienen el objetivo de mejorar los resultados e incrementar su utilidad. La filosofía y metodología adoptada por las empresas es definida con base en la misión, visión y valores de la misma.

La evaluación de los resultados tras la implementación de un sistema de gestión de calidad es fundamental porque permite medir el desempeño de los procedimientos, considerando que los procedimientos son siempre mejorables, existen filosofías cuyos objetivos son la mejora continua.

Mejora continua

Se entiende que todos los procesos son siempre mejorables. La mejora continua agrega valor competitivo a las empresas que buscan la excelencia operacional.

Para lograr implementar la filosofía de mejora continua en las empresas es necesario que todo el personal este comprometido a llevarla a cabo.

Lograr el involucramiento del personal a todos los niveles depende, entre otras variables, del estilo de liderazgo gerencial. Si se desea que el personal este comprometido y participe de manera activa todos los días, es necesario que la dirección fomente la confianza y compromiso. Una deficiente e inadecuada cultura organizacional, tales como: personal desmotivado, sin sentido de pertenencia, son el peor enemigo de la mejora continua.

No hay pequeños aportes en la mejora continua, la participación activa del personal y el valorar sus ideas es fundamental, lo que creemos que puede ser un pequeño cambio puede tener repercusiones considerables en la disminución de costos, mejora de los procesos, reducción de tiempos

Por lo anterior, al implementar estrategias de mejora continua es imprescindible involucrar al departamento de capacitación y desarrollo organizacional dentro del área de recursos humanos,  tomando en cuenta la misión, valores y cultura de la organización que permitan evaluar el estatus actual de la organización para generar cambios organizacionales en todos los niveles; orientados a agilizar los procesos, elevar los niveles de habilidad, así como el desarrollo de talentos.

Tal como menciona Armstrong y Taylor (2014), a través de la confianza continúa en el trabajo en equipo, el liderazgo efectivo, la innovación, las habilidades de autogestión y la capacidad mejorada de todo el personal se aumenta el valor agregado manteniendo la competitividad de la estrategia. Por lo que es necesario que el aprendizaje continuo, la participación y gestión del desempeño sean las bases para el cambio. Lo anterior fomenta el compromiso de todos en la organización y el establecimiento de una cultura de mejora continua, los cuales contribuirán a generar los cambios necesarios hacia un alto rendimiento. De esta forma la calidad y la mejora continua son una responsabilidad común compartida entre los gerentes y el personal de cada función; esto a su vez fortalece las relaciones laborales, generando en el personal un sentido de pertenencia respecto a lo que hacen y logran, lo cual favorece su motivación a logro, satisfacción laboral y fortalece el contrato psicológico con la organización y sus objetivos.

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