Microeconomia Rentabilidad Y Solvencia
GUERITA7415 de Julio de 2013
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RENTABILIDAD Y SOLVENCIA
Desde el punto de vista de la Administración Financiera, la rentabilidad es una medida que relaciona los rendimientos de la empresa con las ventas, los activos o el capital. Esta medida permite evaluar las ganancias de la empresa con respecto a un nivel dado de ventas, de activos o la inversión de los dueños. La importancia de ésta medida radica en que para que una empresa sobreviva es necesario producir utilidades. Por lo tanto, la rentabilidad está directamente relacionada con el riesgo, si una empresa quiere aumentar su rentabilidad debe también aumentar el riesgo y al contrario, si quiere disminuir el riesgo, debe disminuir la rentabilidad.
Desde el punto de vista de la inversión de capital, la rentabilidad es la tasa mínima de ganancia que una persona o institución tiene en mente, sobre el monto de capital invertido en una empresa o proyecto.
Desde el enfoque de Marketing, la rentabilidad mide la eficiencia general de la gerencia, demostrada a través de las utilidades obtenidas de las ventas y por el manejo adecuado de los recursos, es decir la inversión, de la empresa.
Integrando las anteriores definiciones se puede afirmar que al tratar de definir la rentabilidad lo que cambia es el enfoque desde donde se mire el concepto y no su esencia, razón por la cual se puede afirmar que la rentabilidad es el porcentaje o tasa de ganancia obtenida por la inversión de un capital determinado.
ANÁLISIS DE LA SOLVENCIA.
Lo principal de este análisis es determinar la garantía que la empresa ofrece a sus prestamistas, proveedores, acreedores y terceras personas; conocer el grado de liquidez para solventar las obligaciones inmediatas, así como evaluar el grado de endeudamiento y si existe equilibrio financiero. A través de este análisis se observan la composición, comparación y tendencia de las diferentes inversiones y fuentes de financiación.
ANÁLISIS DE LA SOLVENCIA A CORTO PLAZO.
El estudio de los estados contables desde la perspectiva del corto plazo consiste en analizar, entre otras cuestiones, la capacidad de la empresa para cumplir con el compromiso de satisfacer las obligaciones inmediatas.
La actividad empresarial desarrollada ha de ser capaz de generar liquidez, para hacer frente a dichas obligaciones, sin que se resienta la rentabilidad de la empresa.
Las empresas para garantizar su permanencia en el mercado han de satisfacer, al menos, dos objetivos:
1. Atender con puntualidad sus compromisos de pago.
2. Alcanzar un resultado que sea suficiente para remunerar adecuadamente a sus accionistas o propietarios.
Estos dos objetivos vienen siendo denominados como equilibrio financiero y equilibrio económico.
Se entiende por solvencia a la capacidad que tiene la empresa de generar recursos financieros suficientes y líquidos, y así poder cumplir con puntualidad sus obligaciones. Todo ello supone que el potencial económico materializado en las existencias y en el inmovilizado se transforme en medios líquidos con los cuales puedan ser reembolsadas las deudas. Además, debe cumplirse que:
1. Se recupere a través de las ventas de productos o prestación de servicios todos los costes, incluso los de oportunidad, tales como la supuesta retribución sobre los recursos propios y el sueldo del empresario-propietario, en su caso.
2. Los ingresos han de ser superiores a los factores empleados, valorados a su coste de reposición, para permitir, entre otras cuestiones, la reposición de los inmovilizados.
La diferencia entre ambas corrientes viene a ser el excedente para la autofinanciación del crecimiento.
Las retenciones de recursos generados, a través de los ingresos principales en la cuantía de las amortizaciones, no son suficientes para reponer los inmovilizados, debido a dos factores que no se contemplan en el cálculo del resultado: la depreciación monetaria y el desgaste por la obsolescencia; por ello, una parte de la porción sobrante de los ingresos, que se corresponde con el beneficio neto, ha de engrosar las reservas de la empresa.
En caso de que haya una falta de liquidez, puede implicar varios inconvenientes:
1. Imposibilidad de aprovechar ventajas derivadas de descuentos por pronto pago sobre compras.
2. Desaprovechamiento de oportunidades comerciales tales como descuentos en facturas, bonificaciones sobre compras, etc.
3. Puede conducir a la venta de activos fijos, disminuyendo el nivel de actividad y, en el peor de los casos, a la insolvencia o suspensión de pagos.
La situación de insolvencia permanente conducirá a enajenaciones de activos fijos, expedientes de regulación de empleo por la disminución de actividad y otras medidas drásticas, lo cual provocará grandes pérdidas de carácter extraordinario que, a su vez, puede empujar a la empresa a una quiebra y posterior liquidación.
INDICADOR DE CIRCULANTE.
Se le conoce también con la denominación de indicador de solvencia a corto plazo. Se le define como al cociente entre el activo circulante y pasivo circulante; en el activo y pasivo circulantes se incluirán aquellas inversiones y fuentes de financiación, con plazo original a largo plazo, que estén próximos a su vencimiento.
Por lo general, este indicador ha de ser superior a la unidad, y cuanto mayor sea, mejor para sus acreedores y proveedores; no obstante, aunque ello suponga para la empresa el no tener problemas de liquidez, puede que encierre otros problemas tales como exceso de existencias en almacén, como consecuencia de la obsolescencia de sus productos, descenso en el ritmo de ventas, pérdida de cuota de mercado, mala gestión de las existencias, etc.; excesivo crédito concedido a clientes y deudores, etc.
Para conseguir un indicador más significativo, se debería de deducir del activo circulante las existencias de seguridad, los envases a devolver por clientes disminuyendo el saldo de los mismos; y del pasivo circulante, los envases a devolver a proveedores, disminuyendo el saldo de las cuentas a pagar con proveedores.
INDICADOR SOLVENCIA INMEDIATA.
El indicador circulante anterior puede resultar engañoso debido a existencias excesivas. Las existencias, a pesar de ser inversiones circulantes, son activos no monetarios relativamente alejados de su conversión en liquidez; las existencias de factores almacenables necesitan ser transformadas, sus valores incorporados al coste de los productos y, mediante la venta de los mismos y posterior cobro de derechos de cobro con clientes, ser recuperadas en liquidez; en cuanto a las existencias de productos terminados se requieren ser vendidas y, posteriormente, cobradas para poder hacer frente a las obligaciones inmediatas.
Para evitar este efecto ilusorio se utiliza el indicador de solvencia inmediata, como cociente entre el activo circulante, definido en el anterior cociente, deducidas las existencias; en cuanto al pasivo circulante, idéntico al del indicador circulante.
Establezcamos también que el cálculo correcto de este indicador exige excluir del pasivo circulante los anticipos de clientes, habida cuenta de que los mismos encuentran su contrapartida en las existencias de productos terminados; también se deducirán los ingresos anticipados, por no considerarse obligaciones de pago.
El nuevo numerador se corresponde con el activo circulante monetario, más próximo a su conversión en dinero y, además, equiparable para ser comparado con el denominador, ya que el pasivo circulante, salvo raras excepciones, es enteramente monetario.
Por otro lado, en épocas de crisis uno de los efectos que se manifiestan en las empresas es el crecimiento desmesurado de sus existencias debido, entre otras causas, a la disminución de la demanda.
El valor que ha de tomar este indicador es relativo, depende de la empresa de referencia y del sector al que pertenece; éste ha de ser cercano a la unidad; por término medio, entre 0,85 y 0,9. Cuanto mayor sea de la unidad, mejor para los proveedores, acreedores y prestamistas a corto plazo.
INDICADOR DE TESORERÍA.
Este indicador nos muestra la relación entre los medios líquidos disponibles con los que cuenta y las deudas a corto plazo.
El indicador debe ser complementado con la información derivada del presupuesto de tesorería por operaciones corrientes para uno o dos meses siguientes; sobre las posibilidades que la empresa cuenta para obtener recursos a corto plazo a través de líneas de crédito; así como activos financieros fácilmente convertibles en dinero.
El valor de este indicador, al igual que para todos los demás, dependerá del tipo de empresa en cuestión, si es estacional o continua. No debe olvidarse que un exceso de disponibilidades líquidas va en detrimento de la rentabilidad y eficacia, porque la empresa está soportando un coste por la financiación, tanto ajena como propia, y la rentabilidad obtenida sobre los recursos materializados en efectivo es muy baja, por no decir nula. Por el contrario, un defecto o escasez puede ocasionar, cuando menos, unos costes adicionales de carácter financiero, debido a la utilización de recursos ajenos o propios.
LIMITACIONES A LOS INDICADORES EN LA EVALUACIÓN DE LA SOLVENCIA DE LA EMPRESA.
Los coeficientes e indicadores calculados en base a variables estáticas adolecen de fallos y limitaciones para informarnos acerca de la solvencia, ésta se apoya en un fenómeno
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