Organizaciones Saludables, Generar experiencia positiva en el trabajo

ORGANIZACIONES SALUDABLES.

        “La salud no lo es todo, pero sin  ella, Todo es Nada”

           ( Shopenhauer, 1788-1860, filósofo  Alemán)

¿Es posible que un Trabajador este feliz  y satisfecho con su trabajo diario que pierda la noción del Tiempo?   Existen Empresas  que no solo se preocupan de la prevención de los riesgos laborales, sino que dan un paso más allá, con la creación  de climas saludables y ambientes positivos de trabajo, lo que tiene como fin lograr una organización sana Psicológicamente.

En los últimos años, el mundo de las organizaciones tiene tendencia hacia las políticas de prevención, mejora de la calidad y,  finalmente, el desarrollo de técnicas que permitan la mejora continua. Frente a esta obligación  que demandan dichas políticas, algunas empresas paulatinamente son conscientes de su eficacia y, por consiguiente, de la importancia de utilizar nuevos métodos y líneas de actuación  que conduzcan a mejorar la calidad de vida laboral y satisfacción de los empleados.

Desde la Psicología del Trabajo, como también, desde las organizaciones  tradicionalmente se han intentado diagnosticar  y detectar  los problemas  que padecen las personas en el contexto laboral para poder encontrar soluciones a estas deficiencias.  Pero al plantear un tema recurrente como el Estrés,  ¿Qué ocurre si   nos encontramos ante una organización cuyos miembros presentan bajos niveles de Estrés? ¿Nos encontraríamos ante una organización psicológicamente sana?, inclusive, ¿se podría decir que los niveles  de satisfacción  y productividad de los empleados serian altos?     Dichos afirmaciones  son difíciles de responder  sin  contar con mayor información de  la organización, pero lo que sí es obvio es que la ausencia de algún malestar o conflicto  no implica necesariamente  la presencia de bienestar  y satisfacción en una Empresa.    

Esto lleva a Plantearse  que en la cultura de la prevención y la calidad a la que se tiende  en la actualidad, de manera de anticipar las situaciones que pudieran generar conflicto o los  problemas que pudiere generar una empresa, se centra en  los aspectos que funcionan bien,  en cuestionarse las causas de ese funcionamiento óptimo y potenciarlo,  en lugar de utilizar estrategias  que busquen enfocarse en los aspectos de carácter negativo y solucionar dichos problemas.  Resultado de esta forma paradójico que la prevención actualmente consista solo en actuar después de ver cuáles son las deficiencias o los problemas de un sistema.

Generar experiencia positiva en el trabajo

El objetivo fundamental de las organizaciones  es crear valor añadido  a través de la labor  de personas que trabajan en conjunto para una causa o meta común.   Una de las formas de conseguirlo es crear ambientes  donde los empleados  realmente disfruten de la labor diaria y se desarrollen en el proceso de realizarla.  Las empresas que son capaces de lograr este objetivo  no solo consiguen atraer  al personal más calificado sino que también son capaces de retenerlos.

Aunque no fuéramos conscientes, con seguridad, en  más de alguna ocasión de nuestras vidas hemos experimentado experiencias positivas en el ámbito laboral. Solo hay que pensar en que nos sentimos a gusto realizando una actividad o tarea.   Esta sensación se demuestra  sintiéndose inmerso en la actividad realizada, en que el tiempo  se pasa volando, perdiendo de esta forma la noción de él.  Sintiendo que se cuenta  con metas y objetivos claros, notando que las acciones se desarrollan  de forma consecutiva, con suma facilidad, por lo que surge la sensación de competencia para desarrollar la labor. No precisamente porque parezca sencilla, sino por  percibirla  como motivadora en sí misma, Sintiéndose  feliz y  satisfecho al concluirla.   No hay que confundir esta experiencia con algo místico o muy poco probable de experimentar. Estas prácticas positivas se pueden dar en cualquier actividad que se realice, siempre y cuando se den las características mencionadas. No obstante, las principales causas son dos: que la actividad sea percibida como un reto, y  que la persona cuente con las habilidades y competencias necesarias para llevarla a cabo.

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