PRESENTACIÓN

Argumento del capítulo: La embajada a Aquiles – Súplicas

Entre los relatos de los cantos VIII y IX, la guerra de Troya empieza a ser dominada por los troyanos, quienes se acercan cada vez más a las naves de los arqueos. Agamenón se torna enfurecido y a la vez desesperado, puesto que Zeus no le cumple la promesa de derribar las fortalezas de Ilión (Troya), y porque éste le ordenó al resto de los dioses que se abstengan de intervenir en la contienda, motivos por los que lo trata de cruel, falso y prepotente. En miras de la grave situación, Agamenón convoca al ágora y se dirige a los amigos, capitanes y príncipes diciéndoles: “Huyamos en las naves a nuestra patria tierra (Argos), pues ya no tomaremos a Troya”. Por supuesto, todos quedaron enmudecidos por la propuesta tan inesperada. Diomedes (domador de caballos) fue quien interrumpió el largo silencio, diciéndole a Agamenón con tono serio y dominante que la guerra tenía que seguir, y señaló: “Si tu corazón te incita a regresar; parte, nosotros y los melenudos arqueos nos quedaremos hasta destruir la ciudad de Troya”. Todos lo aplaudieron y en ese momento Néstor (el más anciano) indicó que debían actuar con astucia y que lo primordial era mantener la vigilancia contra los troyanos.

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