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Pensamiento critico en el desarrollo del emprendimiento


Enviado por   •  23 de Abril de 2025  •  Apuntes  •  3.257 Palabras (14 Páginas)  •  17 Visitas

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Detalle

Artículo 1

Artículo 2

Marco teórico

Marco referencial (origen)

Este estudio surge a partir del fuerte impacto que tuvo la pandemia de COVID-19 sobre la economía mundial, especialmente en los pequeños emprendimientos. En países como Perú que representan el 99.5% del total de empresas y generan más del 60% del empleo, fueron las más afectadas. Según datos del INEI el Instituto Nacional de Estadística e Informática, solo en el primer semestre del 2021 más de 2.1 millones de peruanos perdieron su empleo en este sector (MYPES).

Frente a esta realidad crítica se plantea que el pensamiento estratégico es una herramienta fundamental para que los emprendedores puedan adaptarse, tomar decisiones con visión de futuro y transformar sus negocios. A través de la creatividad, el análisis del contexto y la capacidad de innovar, este tipo de pensamiento permite diseñar estrategias claras y efectivas que ayuden a enfrentar la nueva realidad económica y social.

Aunque las propuestas por parte de los entes públicos y privados para la reactivación económica luego de la pandemia, se han impulsado medidas como créditos, reducción de impuestos y programas de capacitación, estas no han sido suficientes si no se cuenta con emprendedores capaces de liderar el cambio. Por ello, Vera y Urribarri (2022) destacan la necesidad de fortalecer las cualidades del pensamiento estratégico, especialmente en tiempos de crisis como la pandemia para reactivar el ecosistema emprendedor.

En este marco, el presente estudio se enfocó en identificar y analizar las cualidades del pensamiento estratégico (espíritu creador, espíritu gerencial y espíritu empresarial) como mecanismos clave para impulsar el emprendimiento en la ciudad de Chiclayo en Perú, proporcionando elementos concretos para reflexionar sobre cómo enfrentar los desafíos actuales y futuros.

 El problema central es la elevada tasa de cierre de pequeñas y medianas empresas (pymes) en Chile, especialmente en sus primeros años de vida, periodo conocido como el “valle de la muerte”. Este fenómeno se agrava en contextos como la pandemia de COVID-19. Se menciona que uno de los principales factores que explican esta vulnerabilidad es la falta de pensamiento estratégico y planificación estratégica en las pymes. Además, se destaca la importancia de una cultura empresarial sólida que favorezca la innovación, el sentido de pertenencia y la proyección sostenible del negocio.

Posicionamiento Teórico (teoría)

  Se posiciona teóricamente en las teorías del pensamiento estratégico en el ámbito de la gestión y el emprendimiento, entendidas como un conjunto de capacidades cognitivas, reflexivas y prácticas que permiten anticiparse, adaptarse e innovar en contextos de incertidumbre.

Este posicionamiento se fundamenta especialmente en las propuestas de Kenichi Ohmae (2007), quien define el pensamiento estratégico como una habilidad que combina análisis racional, intuición y creatividad, en Robert, Racine y Días (2011), quienes lo conceptualizan como un proceso de reflexión colectiva orientado a la acción futura y Kluyver (2015) quien señala que  el pensamiento estratégico puede surgir desde dos grandes enfoques.

1. Kluyver (2015), señala que el pensamiento estratégico ha estado determinado por dos enfoques:

a) Enfoque orientado al entorno externo

  • El pensamiento estratégico parte de analizar el contexto o entorno en el que opera la organización.
  • Considera factores como:
  • Competencia
  • Tendencias del mercado
  • Cambios políticos, sociales o tecnológicos
  • Necesidades de los clientes
  • La lógica es adaptativa: la organización debe leer el entorno y formular estrategias

 b) Enfoque basado en los recursos internos

  • Es decir que se construye desde dentro de la organización, es decir, desde sus recursos y capacidades propias.
  • Se enfoca en:
  • Conocimientos técnicos y experiencia del equipo
  • Talento humano
  • Cultura organizacional
  • Activos intangibles (marca, reputación, relaciones)
  • La lógica aquí es constructiva o transformadora:  aprovecha sus fortalezas internas para crear ventaja competitiva.
  • Esta doble perspectiva analiza cómo los emprendedores usan tanto sus recursos personales como el conocimiento del contexto para tomar decisiones efectivas.

  1. Robert, Racine y Días (2011) – Reflexión estratégica.
  • Estos autores complementan la visión anterior, definiendo el pensamiento estratégico como una capacidad reflexiva colectiva.
  • Es decir, no es solo un proceso individual, sino que se construye en interacción con otros, orientado a:
  • Compartir visiones del futuro entre miembros de una organización o equipo.
  • Diseñar colectivamente los caminos que se deben seguir para alcanzar objetivos.
  • Evaluar opciones y tomar decisiones con base en la experiencia colectiva.

  • Adaptarse de forma conjunta a las circunstancias externas.

 El artículo se apoya en diversas teorías sobre estrategia y administración estratégica. Por ejemplo, se menciona a Hill y Jones (2009), quienes consideran que una estrategia está compuesta por acciones estructuradas que los administradores aplican para mejorar el desempeño de la empresa. David (2007) define la administración estratégica como una disciplina que combina arte y ciencia para formular e implementar decisiones que permitan alcanzar objetivos. Hax y Majluf (1995) destacan que la estrategia constituye un marco conceptual que permite la adaptación de la empresa a un entorno cambiante. Estas teorías sostienen la relevancia del pensamiento estratégico como herramienta clave para la toma de decisiones en las organizaciones.

Marco conceptual (conceptos o definiciones con citas textuales)

 1. Pensamiento estratégico:

  • Según los autores,  Ohmae (2007) y Robert et al. (2011), el pensamiento estratégico es un proceso analítico y creativo, orientado al futuro que permite al individuo adaptarse a entornos cambiantes, generar alternativas y tomar decisiones con visión de largo plazo.

Desde esta base, los siguientes autores identifican tres dimensiones claves del pensamiento estratégico:

  1. Espíritu creador
  2. Espíritu gerencial
  3. Espíritu empresarial

Espíritu creador

Vera y Urribarri (2022), el espíritu creador es comprendido como la capacidad para innovar, generar ideas originales y romper con esquemas mentales tradicionales. Según Vivas (2010), esta cualidad se manifiesta con mayor eficacia cuando el emprendimiento se encuentra en una fase estable.

Vera y Urribarri (2022),  la innovación también enfrenta resistencias internas en las organizaciones, muchas veces existe miedo al cambio. En este sentido, Peeler (2016) destaca que en contextos adversos, como el de la pandemia, suele ser difícil lograr mejoras significativas, debido a la tendencia natural a permanecer en la zona de confort.

Desde esta visión la creatividad no se limita a productos, sino que alcanza procesos, estructuras, servicios y hasta la propia misión y visión. Esta capacidad exige valentía para desafiar el sentido común predominante, así como disposición para introducir innovaciones en todos los niveles (Vera y Urribarri, 2022).

  -Espíritu gerencial

El espíritu gerencial es definido por Vivas (2010) como la capacidad de administrar eficazmente los recursos de la organización, y de aplicar métodos que favorezcan la eficiencia mediante el compromiso personal y colectivo.

Este espíritu se manifiesta cuando los colaboradores aportan activamente sus competencias personales al logro de metas organizacionales, favoreciendo el uso óptimo de los recursos disponibles. Esta participación voluntaria se traduce en procesos más eficientes y cohesionados (Vera y Urribarri, 2022).

    -Espíritu empresarial

El espíritu empresarial, según Vivas (2010), es la capacidad para detectar oportunidades donde otros no las ven, trascendiendo la capacidad creativa o administrativa. Se considera un nivel superior del pensamiento estratégico, ya que implica visión, intuición, iniciativa y atracción de oportunidades para el emprendimiento. Es decir no solo involucra pensar en nuevas ideas o administrar lo existente, sino proyectar una visión a futuro y trabajar estratégicamente para materializarla.

Estas tres dimensiones: espíritu creador, espíritu gerencial y espíritu empresarial, son interdependientes y complementarias. En conjunto, permiten que el pensamiento estratégico:

  • Genere ideas disruptivas (espíritu creador)
  • Las transforme en procesos eficaces (espíritu gerencial)
  • Y las convierta en oportunidades reales de negocio (espíritu empresarial)

Siendo el desarrollo de estas cualidades lo que permite a los emprendedores no solo adaptarse a contextos complejos como la pandemia, sino innovar, reinventarse y liderar transformaciones con sentido estratégico.

  El artículo establece un marco conceptual centrado en tres pilares fundamentales para la gestión organizacional en contextos complejos: la estrategia, el pensamiento estratégico y la planificación estratégica. Además, se integran conceptos clave como la filosofía organizacional, los Factores Críticos de Éxito (FCE), el análisis FODA, y la ventaja competitiva.


🧠 Estrategia

La estrategia es entendida como el punto de partida para la supervivencia y proyección de las empresas. Según Hill y Jones (2009), se trata de “un conjunto de acciones estructuradas que los administradores adoptan para mejorar el desempeño de su compañía” (p. 84). David (2007) define la administración estratégica como “el arte y la ciencia de formular, implementar y evaluar decisiones multifuncionales que le permitan a una organización lograr sus objetivos” (p. 84). Por su parte, Hax y Majluf (1995) señalan que “la estrategia constituye un marco de referencia que permite a la empresa desarrollar sus actividades en un contexto cambiante” (p. 84).

Estas definiciones coinciden en que la estrategia es adaptativa, orientada al entorno, y fundamental para la toma de decisiones estructuradas que favorezcan la continuidad de las organizaciones.


🧩 Pensamiento estratégico

El pensamiento estratégico es considerado la base previa a toda planificación, ya que permite visualizar el futuro y anticipar desafíos. El autor lo define como “la base para los procesos de toma de decisiones estratégicas, ya que busca garantizar la viabilidad (o supervivencia) a largo plazo de la empresa” (p. 85).

Este pensamiento se caracteriza por ser perceptivo e intuitivo: “se basa en la lógica de la percepción, en el juicio, en la intuición, y en la interpretación de la realidad desde fuera de la empresa” (p. 85).

Morrisey (1996) complementa esta idea al señalar que “los pensadores estratégicos deben tener la habilidad de imaginar el futuro y anticipar los cambios, para luego traducir esas ideas en estrategias efectivas” (p. 86).

Por tanto, el pensamiento estratégico es una forma de pensar flexible y creativa, orientada a detectar oportunidades y construir caminos sostenibles.


📋 Planificación estratégica

Es la herramienta que operacionaliza el pensamiento estratégico. Según Armijo (2009), se trata de “un proceso sistemático de desarrollo e implementación de planes para alcanzar propósitos u objetivos” (p. 85).

El autor diferencia este tipo de planificación de la tradicional, subrayando que es “abierta, estructurada, de naturaleza evolutiva, con uso de información cuantitativa y cualitativa, y orientada al futuro” (p. 85).

Esta planificación permite definir la visión, misión, metas, políticas y estrategias, con base en el análisis interno y externo, utilizando herramientas como el FODA y la identificación de Factores Críticos de Éxito (FCE).


 Factores Críticos de Éxito (FCE) y análisis FODA

El autor destaca la importancia de enfocar la estrategia en lo realmente relevante. Para ello, propone una fórmula práctica:

“1 FCE + 1 FODA aplicado específicamente = 3 veces más probabilidad de lograr objetivos.” (p. 86)

Esto sugiere que realizar un FODA enfocado en un FCE permite desarrollar estrategias mucho más efectivas, ya que se actúa directamente sobre aspectos decisivos para el éxito empresarial.


💬 Filosofía organizacional y cultura empresarial

El artículo también vincula el pensamiento estratégico con la filosofía organizacional, definida como el conjunto de valores y principios que orientan las decisiones empresariales. Se afirma que:

“La filosofía empresarial debe guiar el desarrollo de la cultura, dando sentido a las decisiones y a la construcción del pensamiento estratégico” (p. 86).

Una cultura organizacional bien definida favorece la cohesión interna, la innovación y la alineación entre estrategia y ejecución.


🏆 Ventaja competitiva

Por último, el artículo sostiene que la ventaja competitiva surge de un pensamiento estratégico constante. No es fruto de la improvisación, sino del análisis continuo y la toma de decisiones bien fundamentadas. Se afirma:

“La ventaja competitiva no es consecuencia de la improvisación, sino del pensamiento estratégico constante, que permite ver oportunidades donde otros ven amenazas.” (p. 86)

Esto implica que las PYMES deben construir su posición en el mercado a partir de la reflexión estratégica y del aprovechamiento inteligente de sus capacidades.

Estado del arte (investigaciones que hace referencia respecto al tema)

  En tiempos de crisis, como durante la pandemia de COVID-19, diversas investigaciones han resaltado la importancia del pensamiento estratégico como herramienta de resiliencia y adaptación. Estudios como los de Casimiro et al. (2019), Cardona et al. (2013) y Palleja (2013) han mostrado que emprendedores con alto nivel de pensamiento estratégico son capaces de reestructurar sus modelos de negocio, innovar en sus procesos y liderar iniciativas colaborativas. Tales investigaciones respaldadas por estudios de caso y encuestas empíricas han evidenciado que el pensamiento estratégico permite no solo sobrevivir en entornos adversos, sino también generar valor económico y social sostenible.

Además, en las últimas décadas, diversas investigaciones han abordado el pensamiento estratégico como una competencia clave dentro del ámbito de la gestion.Autores como Robert, Racine y Días (2011) aportan un enfoque más colectivo y reflexivo del pensamiento estratégico, señalando que esta capacidad puede ser construida de forma conjunta. En sus investigaciones se plantea que la reflexión estratégica colectiva permite a los grupos proyectarse hacia el futuro, tomar decisiones compartidas y adaptarse con mayor eficacia a escenarios complejos.

En el contexto específico del emprendimiento, estudios recientes han identificado dimensiones prácticas del pensamiento estratégico que influyen directamente en la capacidad emprendedora. Investigadores como Vargas (2013), Jiménez (2015), Vivas (2010) y Silva y Ferrer (2021) han contribuido significativamente a este campo, al proponer una estructura tridimensional del pensamiento estratégico compuesta por el espíritu creador, el espíritu gerencial y el espíritu empresarial. Estas investigaciones han sido aplicadas en estudios de microempresas, emprendimientos familiares y en la formación de competencias emprendedoras en contextos educativos y comunitarios.

 Se menciona estudios actuales relacionados con el impacto de la pandemia en las pymes a nivel internacional. Por ejemplo, se cita a Gourinchas et al. (2020), quienes reportan un aumento significativo en la tasa de quiebras de pymes en 17 países. Fairlie (2020) observa una fuerte disminución de pymes activas en Estados Unidos durante el primer mes de restricciones sanitarias. Humphries et al. (2020) señalan que las expectativas de crecimiento de las pymes se han deteriorado por las dificultades para acceder a ayudas gubernamentales. Estas referencias muestran la dimensión global del problema y respaldan la pertinencia del estudio.

Desarrollo investigativo

Objetivo

 El propósito de la investigación fue determinar cómo se manifiestan las tres dimensiones del pensamiento estratégico (espíritu creador, gerencial y empresarial) en emprendedores de la ciudad de Chiclayo Perú en el contexto de crisis generado por la pandemia.

 Comprender y explicar por qué muchas pymes chilenas, específicamente en Melipilla, fracasan en sus primeros años, y proponer un modelo estratégico que les permita sobrevivir, innovar y crecer. La investigación forma parte de una tesis doctoral que busca ofrecer una propuesta de valor basada en pensamiento y planificación estratégica como solución de negocios para las pymes.

Metodología

 Enfoque y diseño:

  • Tipo de investigación: cuantitativa
  • Diseño: descriptivo, no experimental
  • Paradigma: positivista
  • Población: Emprendedores de la ciudad de Chiclayo

Muestra:

  • Se trabajó con 40 emprendedores de la ciudad de Chiclayo, seleccionados por muestreo no probabilístico intencional (por conveniencia).

Para analizar los datos del estudio, Vera y Urribarri (2022),  tuvieron en cuenta que la variable principal —el pensamiento estratégico— es de tipo cualitativo ordinal. Esto significa que las respuestas se organizan en niveles o categorías con un orden (por ejemplo, desde “completamente de acuerdo” hasta “completamente en desacuerdo”), pero no son números continuos. Por esta razón, utilizaron estadística no paramétrica, que es adecuada cuando los datos no siguen una distribución normal ni son numéricos estrictos.

 El enfoque metodológico del estudio consistió en la aplicación de encuestas a una muestra de 45 empresas de la comuna de Melipilla. Aunque no se especifica si el enfoque es cualitativo o cuantitativo, se deduce que se trató de una indagación aplicada, con base empírica, orientada a detectar patrones de comportamiento estratégico en las pymes locales. No se detallan elementos como el diseño del estudio ni el tipo de análisis de datos.

Instrumento y procedimiento

 Instrumento:

  • Se aplicó un cuestionario digital estructurado, compuesto por 18 ítems, organizados según las tres dimensiones del pensamiento estratégico.
  • Se utilizó una escala de tipo Likert de 5 niveles (de “totalmente en desacuerdo” a “totalmente de acuerdo”).

Procedimiento:

  • El cuestionario fue distribuido a través de medios virtuales, y se aplicó durante un periodo en el que se mantenían restricciones de movilidad por la pandemia.

Luego de recolectar los datos se elaboraron tablas y gráficos para describir e interpretar los resultados. Se aplicó estadística descriptiva, utilizando medidas como media, moda, mediana y desviación estándar, además de distribuciones de frecuencia. También se analizó cada una de las tres dimensiones del pensamiento estratégico:

  • Espíritu creador
  • Espíritu gerencial
  • Espíritu empresarial

Todo esto permitió tener una visión general de cómo se manifiestan estas cualidades en los emprendedores evaluados.

No se proporciona información detallada sobre el procedimiento de recolección de datos. No se indica cómo se seleccionaron las empresas, en qué período se aplicaron las encuestas ni cuál fue el proceso de análisis de los resultados.

Resultados

 En la investigación se evaluaron tres dimensiones del pensamiento estratégico: espíritu creador, espíritu gerencial y espíritu empresarial, en una muestra de 40 emprendedores de Chiclayo.

  • Espíritu creador: obtuvo una media de 21.35, lo que se ubica en la categoría muy alta. La mayoría de los encuestados se posicionó en los niveles superiores, con una moda y mediana de 23. La desviación estándar fue de 5.11, lo que indica una dispersión media de los puntajes . Aunque hubo algunos valores bajos, la tendencia general fue muy positiva.
  • Espíritu gerencial: fue la dimensión más destacada, con una media de 22.10, moda de 25 y mediana de 24, todas dentro de la categoría muy alta. La dispersión también fue moderada (DE = 4.03), y los valores se distribuyeron entre bajo y muy alto, pero con clara tendencia al rendimiento elevado.
  • Espíritu empresarial: mostró una media de 21.80, moda de 25 y mediana de 22.5, igualmente ubicadas en la categoría muy alta. La dispersión fue la menor entre las tres dimensiones (DE = 3.70), con valores que oscilaron entre bajo y muy alto, pero concentrados en los niveles altos.

Los resultados indican que los emprendedores de Chiclayo poseen un alto nivel de pensamiento estratégico, especialmente en su capacidad para gestionar recursos, liderar equipos y mantener la organización operativa en tiempos de crisis. Hay una predominancia del espíritu gerencial, definido por Casimiro et al. (2019) como la expresión de responsabilidad, eficiencia y respeto en la práctica diaria, sugiere que los emprendedores están bien preparados para enfrentar situaciones complejas como las generadas por la pandemia.

Aunque en menor proporción, también se encontró una valoración muy alta del espíritu creador y del espíritu empresarial, lo que indica que los emprendedores también son capaces de generar ideas nuevas, adaptarse e identificar oportunidades de negocio. No obstante, Vera y Urribarri (2022) sugieren que estas dos dimensiones podrían ser aún más fortalecidas.

En conjunto, los resultados reflejan que los emprendedores no solo actúan por intuición o necesidad, sino que poseen cualidades estratégicas consolidadas, lo que les permite adaptarse, innovar y mantener sus emprendimientos en marcha.

Por tanto, si bien los emprendedores de Chiclayo destacan por su capacidad de gestión, el estudio sugiere la importancia de fortalecer también la creatividad y la visión empresarial para que puedan innovar continuamente y adaptarse mejor a los desafíos del entorno.

 Los principales hallazgos fueron:

  • Las pymes no cuentan con infraestructura tecnológica adecuada.
  • No desarrollan ni comercializan productos nuevos o mejorados.
  • No aplican pensamiento estratégico en la toma de decisiones.
  • No utilizan planificación estratégica de manera formal ni sistemática.
  • No existe una articulación entre sus acciones y su filosofía organizacional.
  • Las estrategias no están alineadas con la visión ni orientadas a anticipar cambios.

Estos resultados coinciden plenamente con los antecedentes internacionales. Las empresas que no planifican estratégicamente ni tienen una visión clara, carecen de herramientas para enfrentar crisis, adaptarse o innovar. La falta de una cultura empresarial sólida impide que exista cohesión, aprendizaje organizacional y crecimiento sostenido.

Además,  la falta de pensamiento y planificación estratégica es una de las principales causas del fracaso de las PYMES. Este déficit impide que las organizaciones anticipen riesgos, construyan ventajas competitivas y proyecten su crecimiento de forma ordenada.

El autor subraya que no basta con elaborar planes, sino que se necesita un cambio profundo en la forma de pensar y liderar las empresas.

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