Peter Drucker
Enviado por rex1977 • 26 de Mayo de 2014 • 1.227 Palabras (5 Páginas) • 214 Visitas
PETER DRUCKER – AUTOMANAGEMENT
Evidentemente, el tema de la práctica de los valores se torna mucho más
complejo cuando usted tiene el desafío de conducir gente hacia el logro de
ciertos objetivos, cuya concreción a menudo poco tienen que ver con los
valores proclamados por esa organización, ya sea en materia de trato a su
personal, servicio al cliente, prácticas comerciales, etc.
El management por valores
El Management, o la Dirección por Valores, es un enfoque relativamente
“nuevo” y constituye el aporte de la Antropología a las ciencias
empresariales. En países como Francia, cuna de esta escuela, e Inglaterra,
es cada vez más común ver trabajar a antropólogos y sociólogos,
construyendo el puente que una los valores con las actitudes, las habilidades
y los comportamientos requeridos para el logro de los objetivos del negocio,
basados en dichos valores.
Sintéticamente, podríamos resumir la base de la dirección por valores de esta
manera:
– Los valores se encargan de traducir nuestro sistema de creencias más
profundas; es decir, la forma en que nos representamos y percibimos la
realidad y sus consecuencias. En el ámbito organizacional los valores y
creencias, en general, versan sobre la importancia de los factores de poder,
la influencia otorgable a las jerarquías, autoritarismo vs. participación,
individualismo vs. cooperación, administración del conflicto, adaptación al
entorno, estilos de liderazgo y conducción de personas, etc. De esta manera,
asociando valores a nuestro sistema de creencias, inferimos a qué cosas le
otorgamos o no valor. Si usted cree en la importancia de las personas para
lograr objetivos, éstas, para usted, se constituirán en valor. El valor no es tal
si no creemos previamente en lo que valoramos; o dicho de otra manera:
para valorar, hay que creer. En consecuencia, los valores nos permiten entrar
en relación. De hecho, sucede que cuando un grupo o persona tiene
problemas con otro es porque no conoce los valores del otro, produciéndose
un “choque” de creencias, que muchas veces termina en desvinculaciones,
conflictos y desempeños irregulares. ¿Y todo por qué?, porque no hay
convergencia de valores entre las partes involucradas.
– Los principios de acción constituyen la aplicación de los valores y la
experimentación de los mismos. El principio traduce el valor. El valor se
transforma en principio cuando todos en la empresa lo practican. Ciertas
empresas proclaman como valor el trato a su personal, pero cuando uno las
“estudia”, observa que ese valor no es implementado, por lo tanto las
personas no constituyen, deliberadamente o no, un principio de acción rector
para el logro de su estrategia.
– De esta manera llegamos a las Normas. Las mismas son cláusulas que
dicen cómo hay que hacer las cosas. La norma regula la aplicación de los
principios; caso contrario, cada uno normaría según sus principios, dando
origen a un peligroso camino hacia la anomia organizacional, estado al que
se arriba cuando los valores no son compartidos por todos.
– Solamente si norma y principio están claros, usted podrá esperar
compromiso; si no se bajan norma y principio a la práctica, no hay
compromiso, habrá acatamiento (“lo hago porque no me queda otra, o porque
el jefe lo dice...”). Muchas organizaciones aún creen que el compromiso se
logra a través de un curso de capacitación o con un bonus anual. El
compromiso se logra desde el ejemplo y la práctica de los valores por parte
de la Dirección.
– Definiendo el marco axioloógico o valorativo de su organización, usted
estará en condiciones de fijar objetivos acorde con sus valores. Este enfoque
propone dar una visión complementaria a la APO (Administración por
Objetivos); enfoque de administración que se orienta al logro de resultados, y
donde cada puesto define objetivos en términos de resultados
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