Quien Se Llevo Mi Queso
Enviado por cjimenezd • 6 de Septiembre de 2012 • 5.320 Palabras (22 Páginas) • 441 Visitas
LA HISTORIA DE LA NARRACIÓN
por Kenneth Blanchard
Me entusiasma contarles la historia de cómo se creó la narración ¿Quién se ha
llevado mi queso?, porque eso significa que el libro ya se ha escrito y todos podemos
leerlo, disfrutarlo y compartirlo con los demás.
Eso es algo que he deseado que sucediera desde que escuche por primera vez
a Spencer Johnson contar su magnífica fábula del “Queso”, hace ya muchos años,
antes de que escribiéramos juntos nuestro libro El ejecutivo al minuto.
Recuerdo que en aquel entonces pensé en lo buena que era esta historia y en
lo útil que sería para mi a partir de ese momento.
¿Quién se ha llevado mi Queso? es una narración sobre el cambio que tiene
lugar en un laberinto, donde cuatro divertidos personajes buscan el “Queso”, siendo
ese queso una metáfora de lo que deseamos tener en la vida, ya sea un puesto de
trabajo, una relación, dinero, una casa grande, libertad, salud, reconocimiento, paz
espiritual, o incluso, una actividad como correr o jugar al golf.
Cada uno de nosotros tiene su propia idea de lo que es el Queso, y nos
esforzamos por encontrarlo porque estamos convencidos de que nos hará felices. Si lo
conseguimos, a menudo nos vinculamos a él. Y si lo perdemos, o nos lo arrebatan,
podemos pasar por una experiencia traumática.
El “laberinto” de la narración representa aquí el tiempo que cada uno de
nosotros dedica a buscar lo que desea. Puede ser la empresa u organización donde
se trabaja, la comunidad en la que se vive o las relaciones que se tienen en la vida.
En las conferencias que pronuncio por todo el mundo, suelo contar el relato del
Queso que usted se dispone a leer ahora y, con frecuencia, la gente me dice más
tarde la gran diferencia que supuso para ellos.
Lo crean o no, lo cierto es que esta narración tiene fama de haber salvado
carreras profesionales, matrimonios ¡y hasta vidas!.
Uno de los muchos ejemplos extraídos de la vida real procede de Charlie
Jones, un afamado presentador de la NBC-TV , quien reveló que el hecho de haber
escuchado la narración ¿Quién se ha llevado mi queso? salvó su carrera profesional.
Su trabajo como presentador es singular, pero cualquier persona puede utilizar
los principios que él aprendió.
Esto fue lo que sucedió: Charlie había trabajado duro y realizado una gran
tarea en la transmisión de las pruebas de pista y campo a través de unos Juegos
Olímpicos anteriores, por lo que se sintió muy sorprendido y alterado cuando su jefe le
comunicó que en los siguientes Juegos se le retiraría de la transmisión de esas
pruebas estelares y se le asignarían las de natación y saltos.
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Al no conocer esos deportes tan bien, se sintió frustrado y poco apreciado lo
que provocó en él un gran enfado. Dijo sentir que aquello no era justo. A partir de
entonces, su cólera empezó a afectar a todo lo que hacía.
Fue entonces cuando escuchó el relato de ¿Quién se ha llevado mi queso?.
Después de eso, aseguró haberse reído de sí mismo y cambió por completo de
actitud. Se dio cuenta de que su jefe no había hecho sino “cambiarle el Queso de
sitio”. Así pues, se adaptó. Aprendió a conocer los dos nuevos deportes que se le
habían asignado y, a lo largo del proceso, descubrió que hacer algo nuevo le permitía
sentirse más joven.
Su jefe no tardó en reconocer esta nueva actitud y energía, y pronto le ofreció
mejores cometidos. Charlie Jones empezó a tener más éxito que nunca y más tarde
quedó incluido en el apartado de presentadores del Salón de la Fama de Fútbol.
Esta no es más que una de entre las muchas historias de la vida real que he
oído contar acerca del impacto que ha tenido esta narración sobre la gente y que ha
afectado desde su vida laboral a su vida amorosa.
Estoy absolutamente tan convencido del poder de ¿Quién se ha llevado mi
queso? que entregué un ejemplar de una edición previa a todos los que trabajan en
nuestra empresa (más de doscientas personas). ¿Por qué?
Pues porque, como toda empresa que no sólo desea sobrevivir en el futuro,
sino seguir siendo competitiva, The Ken Blanchard Companies está inmersa en un
cambio constante. Es decir, sigue cambiándonos el Queso de sitio. Aunque en el
pasado queríamos contar con empleados leales, hoy necesitamos gente flexible, que
no sea posesiva respecto de “cómo se hacen las cosas por aquí”.
Y, sin embargo, como todos sabemos muy bien, vivir en una constante
corriente de aguas bravas, con todos los cambios que ocurren en el trabajo o en la
vida, puede ser algo muy estresante, a menos que la gente tenga una forma de
considerar el cambio que la ayuda a comprenderlo. Es decir, que entre en la historia
del Queso.
Cuando le cuento esta historia a la gente y luego leen ¿Quién se ha llevado mi
queso?, casi puede percibirse cómo empieza a producirse una liberación de energía
negativa. Uno tras otro, desde todos los departamentos de la empresa, se esfuerzan
por darme las gracias por el libro y decirme lo útil que les ha sido para ver, bajo una
luz diferente, los cambios que se están produciendo en la empresa. Créanme, se
necesita muy poco tiempo para leer esta pequeña parábola, pero el impacto que causa
puede ser profundo.
A medida que vaya leyendo, encontrará tres partes. En la primera, “Una
reunión”, antiguos compañeros de escuela hablan en una reunión de clase sobre cómo
afrontar los cambios que están teniendo lugar en su vida. La segunda parte, constituye
el núcleo del libro, es “La narración: ¿Quién se ha llevado mi queso?”
En “La narración” verá que a los dos ratones les va mejor cuando se enfrentan
al cambio, porque procuran que las cosas sigan siendo simples, mientras que los dos
liliputienses, con sus complejos cerebros y emociones humanas, no hacen más que
complicarlo todo. No quiere ello decir que los ratones sean más listos. Todos sabemos
que las personas son más inteligentes que los ratones.
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Sin embargo, a medida que se observa lo que hacen nuestro cuatro personajes
y se da uno cuenta de que los ratones y los liliputienses representan partes de
nosotros mismos (lo simple y lo complejo), se termina por comprender que tendríamos
muchas más
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