Resposanbilidad Social Corporativa
Enviado por smckenzie • 30 de Abril de 2015 • 5.550 Palabras (23 Páginas) • 184 Visitas
El objetivo de creacion de valor para el accionista es propio , puesto que la evolución reciente de las empresas no aprueba bromas.
Se esta adivinand una crisis de de cultura empresarial nacida al calor del movimiento de la creación de valor para el accionista en beneficio de culturas alternativas.
Bueno se sabe que este movimiento de la creación surge a comienzo de los años 80 su mejor reflejo se encuentra en las pautas directas establecidas desde 1981por Jack welch en general electric que es una empresa que se había situado desde comienzos del siglo ala cabeza tecnológica de un buen numero de sectores , ella genero una paquete de innovaciones organizadas en las dos ultimas décadas del siglo pasado.
Las empresas que se han unido a la cultura empresarial deben a general electric de que la reestructuración permanente de la cartera de negocios corporativa mediante compras y ventas de empresas permite mantener posiciones de liderazgo , no hace falta invertir mucho en I+D basta con comprar empresas. También deben a general electric el dowsizing empresarial es decir la concentración de las actividades empresariales entorno alas competencias básicas y la reducción correspondiente de la estructura corporativa y el empleo.
Naturalmente, el movimiento de la creación de valor ha ocasionado beneficios importantes, especialmente para quienes los han obtenido. La desaparición de la espuma de las cotizaciones bursátiles invita a analizar sus patologías. La historia de las empresas que han querido hacer suya la cultura del valor empieza a ser bien conocida; puede ser escrita en clave de sus relaciones con los diferentes grupos de interés que concurren en la actividad empresarial. A diferencia de otras culturas empresariales, la que nos ocupa no aprecia demasiado el compromiso y lealtad entre empresas y trabajadores: un nonsense, según Welch. Dicen que un dicho recurrente en los círculos directivos americanos de esta clase de cultura corporativa era: «Si quieres lealtad, cómprate un perro». Queda por saber si la consecuencia inmediata de lo anterior, esto es, que las empresas prescindan de cualquier inversión en empleabilidad de los trabajadores y la ausencia de vínculo de largo plazo entre empresas y trabajadores favorecen el crecimiento de la productividad.
También sabemos que al menos en Estados Unidos, la fidelidad de los clientes a las marcas se ha reducido significativamente en los últimos años, como queda evidenciado por un buen número de estudios sobre comportamiento del consumidor en compras repetidas de un mismo producto.
Hablemos ahora un poco dobre el concepto de empresa sostenible –¿habría que decir de creación de valor sostenible?– es bastante antiguo y se refiere esencialmente a la evidencia de que en el 8 Libro 16/3/04 08:38 Página 8 largo plazo los resultados empresariales mejoran si se mantienen relaciones no oportunistas con los diferentes grupos de interés que concurren en la actividad empresarial: empleados, clientes, proveedores, y comunidades sociales donde se opera. La penúltima reaparición del concepto tuvo lugar en la recesión económica anterior y paradoja de las paradojas– respondió a la comprobación del estancamiento de la productividad en la economía americana en los primeros años de la década de los noventa. En la época, recibió cobijo doctrinal en el Partido Demócrata americano y disfrutó de la atención de académicos como Michael Porter, quien se atrevió a proponer al Congreso de Estados Unidos la presencia en los consejos de administración de las corporaciones americanas de representantes de clientes, proveedores, empleados y comunidades sociales.
Cada cultura corporativa es titular de un paquete de innovaciones organizacionales; además, sus protagonistas abrigan la ambición de elevarlas a la categoría de valores sociales. La cultura de la empresa sostenible ha venido desarrollando, sin estridencias, algunas de interés notable a lo largo de los últimos años. Una de las más prometedoras consiste en la potenciación de los derechos de propiedad de los ahorradores que confían la gestión de sus patrimonios a los inversores institucionales. El éxito de los fondos de inversión «verdes», es decir, que restringen sus inversiones en renta variable a empresas que disfrutan de un rating favorable en materia de medio ambiente, respeto a los derechos humanos, responsabilidad social o comunicación con los grupos de interés nos ha enseñado lo que cabía esperar: que los ahorradores quieren orientar la gestión de su patrimonio, que existe una correlación estrecha entre este tipo de rating y la calidad de los beneficios empresariales, y que en los ránkings de sostenibilidad no aparecen muchas empresas que hayan abrazado en el pasado la cultura corporativa de la creación de valor para el accionista.
Recordemos que el concepto de responsabilidad social corporativa de las empresas son los resultados alcanzados por las empresas en materia medioambiental, satisfacción de los grupos de interés que concurren en la actividad empresarial, y atención a diferentes mandamientos de orden ético, por ejemplo, respeto a los derechos humanos. La novedad es que el alejamiento de los enfoques reduccionistas habituales sobre el concepto de empresa tiene premio. Así, diversos estudios demuestran que la asunción del enfoque RSC mejora la reputación empresarial, permite fidelizar a clientes y empleados, ayuda a mantener relaciones de cooperación con las comunidades sociales donde opera la empresa, permite gestionar la variable medioambiental, y da acceso al ahorro ofertado en el mercado de productos financieros reservado a las empresas que acreditan niveles aceptables de RSC, de acuerdo con el rating de agencias independientes.
Otro punto que me pareció muy importante es que las empresas españolas los resultados alcanzados por las empresas en materia medioambiental, satisfacción de los grupos de interés que concurren en la actividad empresarial, y atención a diferentes mandamientos de orden ético, por ejemplo, respeto a los derechos humanos. La novedad es que el alejamiento de los enfoques reduccionistas habituales sobre el concepto de empresa tiene premio. Así, diversos estudios demuestran que la asunción del enfoque RSC mejora la reputación empresarial, permite fidelizar a clientes y empleados, ayuda a mantener relaciones de cooperación con las comunidades sociales donde opera la empresa, permite gestionar la variable medioambiental, y da acceso al ahorro ofertado en el mercado de productos financieros reservado a las empresas que acreditan niveles aceptables de RSC, de acuerdo con el rating de agencias independientes.
El capitalismo valiente se refiere a empresas que hacen productos donde sus consumidores son personas de bajos recursos, tanto en la india como Brasil, Congo, Filipinas. Ciudades y/o países
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