Situacion Economica Financiera De Europa
Enviado por 707931jose • 15 de Marzo de 2013 • 2.042 Palabras (9 Páginas) • 866 Visitas
SITUACION ECONOMICA ACTUAL EN EUROPA.
Actualmente, la zona euro conoce una crisis violenta y profunda, y su fragilidad revela sus múltiples debilidades. En el pasado, la UE conocí crisis como los dos choques de los años setenta sobre los precios del petróleo que afectaron todas las economías, pero hoy la crisis de la Eurozona se revela más fuerte y peligrosa. El punto de partida de esta situación es la crisis financiera en los Estados Unidos de 2008 que, con la liberalización y la globalización del sistema financiero, se ha transmitido en Europa. Los bancos europeos y el sistema bancario en general fueron particularmente fragilizados. Los bancos dejaron de financiar la actividad económica, y muchos países europeos entraron en recesión. Los gobiernos tuvieron que intervenir para impedir la quiebra de algunos bancos que seria un catástrofe económico, y también para promover la actividad económica inyectando liquidez en el sistema con políticas fiscales. Por eso, numerosos países europeos se han endeudado, a un nivel tan grande que actualmente algunos de la zona euro tienen dificultades para respectar sus compromisos financieros.
Esta situación critica hace entrar la Eurozona al fin del año 2009 en la crisis de las deudas soberanas. Algunos países aumentaron sus niveles de deuda pública hasta niveles que hacen difícil o imposible refinanciarse sin la asistencia de terceros. En efecto, según el modelo del economista Keynes que incita el uso de las políticas fiscales y monetarias para promover la actividad económica, la aumentación de los egresos del gobierno (inversiones públicos) es compensada con ingresos más importantes (impuestos) gracias a una actividad más intensa. Pero el problema en Europea es que la aumentación de los gastos públicos no generó el crecimiento económico y los ingresos esperados, lo que agravó la situación financiera de algunos países como los “PIGS”: Portugal, Irlanda, Grecia y Spain (España) y también Francia, la segunda mayor economía de la UE. Ahora Irlanda esta en una situación más fácil y segura, pero Grecia, España e Italia son en un círculo vicioso: son endeudados a un nivel tan alto que pierden su credibilidad, la confianza de los inversionistas baja con las dificultades de estos países para devolver sus préstamos, los riesgos hacen aumentar las tasas de interés y por eso la carga de la deuda, y al final los estados se endeudan para devolver sus préstamos. Por eso, su situación es tan crítica con la combinación de déficits fiscales altos y crecientes deudas públicas con altas tasas de interés, que necesitan el apoyo de institutos financieros.
La UE tomó medidas a partir de 2009 para detener la crisis, con organismos fiscales y el Banco Central Europeo. En mayo 2010 fue creado el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para proporcionar una asistencia financiera a los estados de la Eurozona en dificultad económica con un presupuesto inicial de 440 mil millones de euros. Este fundo será pronto juntado con el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEE). Como los presupuestos del FEEF y del MEE no son suficientes, el Fondo Monetario Internacional también proporcionó una ayuda financiera. Sin embargo, cuando estos fondos ayudan financieramente los países europeos, exigen en contrapartida de ellos reformas estructurales de sus políticas económicas y fiscales, que pueden tener impactos sociales muy duros. Desde 2010 el Banco Central Europeo (BCE) es la institución la más activa y poderosa para apoyar los países que encuentran dificultades, como Grecia, España, Italia y Portugal. La estrategia que eligió el BCE para solucionar la crisis consista en la recapitalización bancaria como apoyo a la liquidez de los bancos comerciales, y la compra de bonos para reducir la carga de las deudas públicas (lo que fue posible después de una revisión del Tratado de Maastricht, porque al inicio Alemania estaba opuesta a estas practicas). Además, el BCE ha puesto en marcha recientemente planes para crear una unión bancaria.
A pesar de estas medidas de apoyo por los institutos europeos y mundiales, la situación de países como Grecia y España se queda muy critica. Las ayudas financieras que reciben les permiten endeudarse a tasas menos altas pero no de reactivar sus economías, lo que abre el debate sobre su salida de la eurozona. Como la zona euro registra una estancación económica y que las tasas de crecimiento de Alemania et Francia, los dos países mayores de la zona, no son altas, un sistema de transferencias de los estados miembros más a los estados miembros más pobres no es deseable en termino económico, y no factible políticamente. El apoyo que necesitan Grecia y España debilita una eurozona ya muy débil. El principal argumento por la salida de Grecia es que el abandono del euro le permitiría devaluar su moneda domestica para estimular su competitividad y promover su actividad económica, porque ahora una política fiscal no es factible. Este tipo de política de devaluación es por supuesto imposible si Grecia se queda en la eurozona, a pesar de los esfuerzos del BCE con recortes de su tasa de referencia.
Pero por la mayoría de los gobiernos europeos, incluido el alemán y el francés, una salida de Grecia no es posible y debe ser evitada, porque esta rompería la cohesión de la eurozona y favorecería la salida de otros países como la de España que, considerando el peso de su economía, comportaría posiblemente el fin de la unión. Para evitar eso, la Eurozona requiere una nueva forma de unión. Martin Wolf, en un articulo del Financial Times, sugiere la combinación de una unión de seguros con apoyos temporales y específicos a países encontrando dificultades, y una unión de ajustes simétricos a los cambios, incluyendo en materia
de financiamiento. Más generalmente, los europeos empiezan a realizar que la crisis actual en Europa se basa sobre un modelo económico, institucional y político desarrollado después del Tratado de Maastricht que no funciona. La UE se ha formado únicamente según criterios financieros y económicos, lo que el Tratado de Maastricht llama los criterios de convergencia que fijaban condiciones sobre el déficit fiscal, la inflación y la deuda pública que deben ser respetados para poder integrar la unión. Al final, las divergencias entre los países de la UE son tan grandes que una unión económica
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