Sobre la enajenación.

Sobre la enajenación.

Marx aborda, el concepto de la enajenación, desde el contexto del trabajo y como consecuencia del modo capitalista de producción.

“La enajenación (o "extrañamiento") significa, para Marx, que el hombre no se experimenta a sí mismo como el factor activo en su captación del mundo, sino que el mundo (la naturaleza, los demás y él mismo) permanece ajeno a él. Están por encima y en contra suya como objetos, aunque puedan ser objetos de su propia creación. La enajenación es, esencialmente, experimentar al mundo y a uno mismo pasiva, receptivamente, como sujeto separado del objeto.”

Erich Fromm (1962)

En el contexto actual, la enajenación existe en la gran mayoría de la población del país. Sin embargo esta situación está lejos de terminar debido al triunfo constante del capital en las personas, siendo esto consecuencia de innumerables instrumentos de dominación como la televisión, la religión y el estado.

Si bien estos instrumentos son externos al sujeto, también existe un aspecto interno.

En el mundo actual, el analfabetismo alcanza bajos índices y el acceso a internet es cada vez más amplio, sin embargo la construcción de malls, los rating de televisión y la asistencia a las iglesias no ha disminuido, como podríamos pensar desde una perspectiva marxista.

Esto consiste en un aspecto interno, en donde la subjetividad de las personas sigue siendo dominada por el capital, aun cuando existen las herramientas necesarias para revertir esta situación.

Esta situación, es compleja para la construcción de un proceso revolucionario, en el sentido de cuáles son las motivaciones que tendrían los individuos para modificar su propia existencia. Aun siendo conscientes de su miserable situación el alienado o enajenado, en algunos casos disfruta de su esclavitud, asiste a las iglesias, goza con la adquisición de televisores y se disgusta ante la realización de un mínimo acto de protesta.

Para Marx la superación de la enajenación consiste en un elemento determinante para el hombre.

“El concepto del hombre activo, productivo, que capta y abarca al mundo objetivo con sus propias facultades no puede ser plenamente comprendido sin el concepto de la negación de la productividad: la enajenación. Para Marx, la historia de la humanidad es una historia del desarrollo creciente del hombre y, al mismo tiempo, de su creciente enajenación. Su concepto del socialismo es la emancipación de la enajenación, la vuelta del hombre a sí mismo, su autorrealización.”

Erich Fromm (1962)

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