Stacy
Enviado por karitomm • 10 de Mayo de 2013 • 511 Palabras (3 Páginas) • 253 Visitas
mataste! —gritó delante de todos—. ¿Encontraste a alguien que te gustaba más y te llevaste a Stacy fuera del país y lejos de su familia para conducirla a la muerte en secreto?»
Aquella idea era, evidentemente, absurda, pero de todos modos a Jace le hizo daño. Él amaba a Stacy con toda su alma y no tenía ni idea de por qué se había quitado la vida sólo unos días antes de la boda.
—Tú crees que esta casa tiene algo que ver con la muerte de Stacy, ¿no? —preguntó Frank.
—No dispongo de ninguna otra pista. —Jace se levantó y empezó a pasear por la habitación—. Ya han pasado tres años, pero no puedo pensar en otra cosa. Aquel momento en el que la hermana de Stacy me lanzó la nota de suicidio a la cara y me acusó de haber matado a Stacy me persigue a todas horas y todos los días.
—¿Qué dice el psiquiatra? —preguntó Frank con voz tenue.
Jace sacudió la mano.
—He dejado de ir a verlo. Nos pasamos seis meses hablando de Stacy y de mí. No dejaba de preguntarme qué cosas horribles y ocultas, incluso a mi propia conciencia, le había hecho para que se quitara la vida. Como yo no encontraba ninguna, se sintió frustrado y entonces empezó a preguntarme sobre mi familia. Cuando llegó a la conclusión de que me sentía indigno porque había nacido en una familia adinerada me largué.
Frank lo miró con fijeza.
—¿Y después de comprar esta casa, que es más rara que un perro verde, qué?
Jace volvió a sentarse.
—No lo sé. Lo único que sé es que tengo que acabar con este dolor. —Cuando miró a su tío, sus ojos reflejaban tanta ansiedad que, durante un instante, a Frank se le cortó la respiración—. No he tocado a ninguna mujer desde hace tres años. Cuando salgo con una, me paso el rato pensando en Stacy.
—Nadie cree en serio que fuera culpa tuya. Stacy debía de estar desequilibrada. Ella…
—Todo el mundo me dice lo mismo. —Jace volvió a levantarse mientras la rabia crecía en su interior—. Pero Stacy no estaba desequilibrada. Ella era dulce, amable y divertida. Nos reíamos de cualquier tontería. A ella no le importaba mi apellido. Incluso se echó a reír cuando la revista Forbes declaró que éramos una de las familias más ricas… —Jace se interrumpió y se pasó la mano por la cara—. Le he dado vueltas a todo esto miles de veces, en mi mente y con el médico.
—Y con tu familia —añadió Frank.
—Así es —respondió Jace—. Con todo el mundo. Sé que he sido un pesado y un broncas, pero tengo la impresión de estar en las entrañas de un remolino. No puedo ir ni hacia arriba ni hacia abajo, ni hacia delante ni hacia atrás. A ningún lado. Si pudiera dejar atrás lo que ocurrió, lo haría. Continuaría con mi vida, como todo el mundo dice que debo hacer. —Jace se dejó caer en la silla—. Si pudiera averiguar qué sucedió y por qué, quizá podría
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