La inversión en ladrillos no es sólo un rubro que se limite, por caso, al sector de real estate. Para sorpresa de muchos, beneplácito de otros y orgullo de su fabricante, en este caso una empresa familiar con más de 40 años, los ladrillos, en realidad, los ladrillitos, servirán para aportar su granito de arena al crecimiento de la industria juguetera nacional. Tras un período de investigación de tres años, la firma Dimare rescató las matrices originales de Rasti, una marca casi genérica del sector.
Dimare inició sus actividades en 1965 y siempre se orientó hacia la producción de juegos didácticos. Actualmente, la firma con sede en el barrio de Mataderos cuenta con más de 400 líneas de juguetes propios y unas 200 de importados. Durante 2006, la empresa familiar, presidida por Antonio Dimare y sus cinco hijos: Daniel, Fabián, Sergio, Gabriel y Sabrina, facturó casi $ 6 millones. Para 2007, los directivos estiman facturar más de $ 10 millones.
Hasta el momento, la firma tiene una participación en el mercado de juguetes de encastres del 12% (sin Rasti). Los responsables esperan que con el lanzamiento del tradicional juego la participación crezca hasta el 52% en apenas tres años. El informe del IAEF indica que el escenario internacional ofrece una suerte de “brisa de popa” que generaría un marco más favorable para la actividad económica doméstica en la Argentina en el último trimestre y, sobre todo, en el año 2010. Diversos indicadores internacionales muestran un aumento del apetito por el riesgo por parte de los inversores: - El incremento en las Bolsas mundiales. - La declinación de la prima de riesgo. - Un contexto de baja inflación mundial, que facilita el mantenimiento de la tasa de interés en niveles bajos. - Un renovado compromiso de los países del G20 por fortalecer la estabilidad del sistema financiero internacional.
La historia de Antonio Dimare encaja perfectamente en los típicos relatos de inmigrantes que llegaron a la Argentina para probar suerte y crecer. "Llegué a fines del ’57 de Italia, cuando tenía 14 años. En el ’65 inauguré mi primera fábrica de juguetes junto a mis hermanos", recuerda el empresario. "Estaba en Oliden al 900, muy cerca de donde nos encontramos actualmente. Siempre en Mataderos", agrega. Desde un primer momento Dimare tuvo en claro que quería fabricar juguetes didácticos. El empresario señala: "Siempre me interesó que los chicos, además de jugar, pudieran aprender algo".
A fines de los ’70, el industrial italiano diseñó la matricería para lanzar una serie de ladrillitos, que si bien no pretendía competir con Rasti, sí aspiraba a posicionarse en el sector. "Lancé la primera línea de ladrillitos, Plasti Block. Eran muy básicos", indica. Dimare explica que el desarrollo de su nuevo producto estuvo relacionado con la apertura económica de Martínez de Hoz. "La política económica de aquellos años, obligó a muchas empresas a cerrar sus puertas por la importación desmedida, pero también sirvió para que otras empresas, como en nuestro caso, desarrolláramos matrices para competir de igual a igual con los productos importados. Por suerte –aclara–, Plasti Block dio muy buen resultado y nos permitió posicionarnos en el mercado y no cerrar nuestra planta".[pic 1]
PROYECTO R. Bajo este nombre la familia Dimare guardó celosamente durante tres años (las gestiones se iniciaron en 2005) el secreto del operativo retorno de la marca Rasti. "Era una operatoria que sabíamos muy pocas personas en la empresa y nadie en el mercado. No queríamos dejar nada librado al azar que pudiera frustrar el negocio –revela Dimare–. Sobre todo teniendo en cuenta el antecedente de haber querido comprar la marca en los años ’70 y no haber podido cerrar la operación".
En este sentido, el empresario explica que el alto precio que había fijado Müller (antiguo dueño de Rasti) cuando ya se retiraba del mercado de juguetes truncó el negocio. "Pusieron un precio inalcanzable. Por eso seguí con el sistema de ladrillitos Plasti Block que había creado, recuerda el industrial.
Una vez que la familia alemana –fabricaba Rasti a través de la empresa Knittax– dejó de producirlo en la Argentina, las matrices fueron remitidas a la ciudad de Blumenau, en Santa Catarina, Brasil, "Estimo que la apertura de la economía a fines de los ’70 (Plata Dulce) obligó a que muchas industrias del sector bajaran sus persianas.
Calculo que entre ellos se encontraban los Müller", señala Dimare. "No sé cómo, ni por qué, pero las matrices terminaron en la fábrica Hering, una empresa textil de origen alemán que también fabricaba instrumentos y juguetes musicales".
Cuando Dimare inició su búsqueda, la única referencia que tenía era que las matrices originales estaban en Brasil. "Un año, como tantos otros, fui a una exposición del juguete en San Pablo y me contacté con un industrial del rubro, también de origen italiano. Justamente este ‘paisano’ fue quién descubrió que las matrices estaban en Blumenau. Por suerte, el nuevo dueño de Hering también era italiano, un empresario de apellido Bertolazzi", recuerda Dimare. Aquel fabricante había adquirido Hering después de una quiebra
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Tras dos años de negociaciones, Dimare llegó a un acuerdo con Bertolazzi, y compró finalmente las ansiadas matrices de Rasti. "Recién tomé conciencia cuando las matrices estuvieron en la planta. Fue un logro personal, más allá de lo que significaba la marca en sí. Fue una especie de revancha", asegura el juguetero.
Apenas las matrices fueron instaladas en las máquinas inyectoras de plástico, las primeras pruebas de producción en el país comenzaron, a mediados de 2006. Tanto Dimare como sus hijos estiman que se fabricarán 69 millones de ladrillitos en el primer año de producción en esta nueva etapa. Amparados en que en la Argentina se advirtieron algunas señales favorables en el segundo trimestre 2008 en términos de actividad económica, como el aumento de la producción industrial, aunque todavía incipiente y no generalizado. En la profundización de esas señales en lo que resta del año, radicaría la posibilidad de revertir el deterioro fiscal, visto el bajo crecimiento de la recaudación fiscal, que en agosto aumentó sólo un 4,2% en términos interanuales, y acumula un déficit anualizado equivalente a 1% del PBI. Lo que ayuda a mantener el curso establecido en el 2007
El Operativo Rescate de las matrices de Rasti requirió una inversión de casi $ 2.500.000, según explican Antonio y Daniel Dimare. "De acuerdo a nuestro plan de negocios, estimamos recuperar la inversión en tres años", indica Daniel, el hijo mayor del empresario, encargado del área de Marketing y Comunicación de la firma.
ESTUDIO DE MERCADO. Al tiempo que se gestaban las negociaciones en Brasil, los Dimare no se quedaron quietos. Sin saber aún cuál sería el resultado definitivo de la operación, apostaron todas sus fichas al éxito del proyecto: realizaron una serie de estudios de mercados, focus groups incluidos, que determinaron un buen posicionamiento de la marca. El hecho de haber estado Rasti fuera de circulación por casi 32 años no significó que la marca hubiera desaparecido del recuerdo de los argentinos. "Fue una sorpresa enorme para nosotros. La gente tenía muy presente a la marca. Si bien habían pasado casi tres generaciones de argentinos sin jugar con Rasti, aún la recordaban", asegura Daniel.
Entre las diferentes estrategias para posicionar Rasti, Dimare proyecta abastecer primero al mercado local y recién después salir al extranjero. "Es una idea que siempre implementé con mis productos", señala el empresario. "No es una buena política lanzar un producto al mercado y después no tener la posibilidad de reponerlo. Nunca me manejé así", agrega. Aun cuando sabe que El escenario internacional favorable podría quedar en parte limitado en la medida en que los Estados Unidos tenga una corrección más prolongada que la estimada, caracterizada por una tasa de ahorro más alta; un gasto doméstico más bajo; una presión tributaria más alta; un tipo de cambio real más depreciado que en el pasado, como parte de un proceso de adecuación de sus cuentas fiscales y externas.
Hasta el momento, los Dimare lanzaron al mercado sólo dos líneas de productos Rasti, Transporte y Construcción. Los valores de comercialización arrancan aproximadamente en los $ 65, para la caja más pequeña, de 250 unidades. Mientras que la caja más grande, con más de 1.300 piezas, ronda los $ 250.
Los próximos pasos de los Dimare se encaminan a la ampliación de las actuales líneas de juguetes. "En el futuro –indica Antonio–, pensamos incorporar todo lo que tenga que ver con engranajes, poleas, motores y electricidad. Nuestra idea es desarrollar la creatividad de los chicos". Tenemos claro también que en la era de la tecnología no podemos alejarnos de las tendencias del mercado. Para ello la idea es trabajar con las ultimas tecnologías para diseñar juegos en 3D, para lo cual estamos invirtiendo en nuevas tecnologías. De la mano de MICROSOFT, trabajamos con el cobranding. Vemos, pues, que, en todos los casos, la premisa básica del co-branding es lograr una asociación basada en la relación “win-win” que permita a cada una de las marcas involucradas obtener beneficios como consecuencia de esa unión. Pero es preciso destacar que tales ventajas no pueden evaluarse únicamente desde el punto de vista comercial –midiendo el aumento de las ventas o la captación de nuevos mercados– sino que también debe valorarse desde la óptica de la construcción de marca”. Asi mismo apuntando a darle un color local a la marca desarrollaron un co-branding con la marca Boca juniors, merchandising oficial para recrear el estadio.
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