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TODO EL MUNDO DEBE


Enviado por   •  29 de Mayo de 2013  •  1.830 Palabras (8 Páginas)  •  596 Visitas

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Introducción

Lanchester describe, para el lector no especializado, la crisis económica mundial del capitalismo del final de esta primera década del siglo XXI.

Con gran conocimiento del tema, soltura estilística y ácida ironía, nos explica cómo funcionó esta economía de la pura especulación, que hacía circular en el comercio de sofisticados instrumentos financieros cantidades descomunales de dinero.

Así, entre interesantes toques sociológicos de la degradación urbana de Baltimore causada por las ejecuciones hipotecarias a las que llevó la desenfrenada política financiera de las hipotecas sub-prime o «basura», se describe en qué consisten los swaps, los VaR, las obligaciones de deuda colateralizadas y demás instrumentos financieros.

Destaca el papel que tuvieron en la crisis los cálculos demencialmente equivocados que los matemáticos financieros, conocidos como quants, realizaron acerca del riesgo, concepto clave del libro.

Otro factor fue la degación de la fundamental función reguladora y de control por parte de las instituciones oficiales que representan los intereses de los contribuyentes. Finalmente, encontramos la apelación económica y ética a la idea de respetar el concepto de «suficiente» y de tomar conciencia de poner los límites al afán de posesión con el fin de construir una economía sostenible y satisfactoria para la humanidad en su conjunto.

Desarrollo

1. Cajero automático

Islandia se había quedado sin dinero, es por eso que al recurrir al cajero automático ha retirar dinero, salía la frase saldos insuficiente y no era porque la persona se había quedado sin dinero sino más bien porque el país estaba sin dinero y no se sabían las razones de lo sucedido.

La implosión de los bancos islandeses los dejó expuestos a pérdidas de 116000 libras esterlinas por habitante, ya fueran hombre, mujer o niño. La crisis se basó en un problema, en un error, un fallo y una cultura

Hong Kong era un país donde prevalecía el capitalismo, no se pagaba impuestos, no existe ningún tipo de regulación, la mano de obra era salvajemente explotada, los habitantes no tenían agua, medicina, electricidad ni educación. Este país era como un experimento en el capitalismo de libre mercado.

Un banco bien administrado es una máquina de ganar dinero, el principio básico de la banca es pagar una tasa de interés baja a la gente que presta dinero y carga una tasa de interés mayor a la que lo toma prestado. Los bancos crean crédito, y el crédito hace funcionar la economía.

2. Ciencia espacial

Las finanzas, como cualquier otra forma de comportamiento humano, sufrieron en el siglo XX una transformación equivalente al surgimiento del arte moderno, una ruptura con el sentido común, un giro hacia la autorreferencia, la abstracción y conceptos imposibles de explicar en lenguaje ordinario.

Los derivados financieros eran ya un elemento antiguo de los mercados financieros, en la actualidad las formas más simples de derivados son las opciones y los futuros.

Una opción otorga el derecho, pero no obliga, a comprar o a vender algo en un periodo prefijado y a un precio estipulado.

Las opciones y los futuros han sido productos muy importantes en la historia financiera y no es casualidad que el primer gran desarrollo de estos derivados se produjera en los mercados de materias primas: en especial en el Chicago Mercantile Exchange.

3. Boom y bancarrota

En el mercado inmobiliario es fácil perder dinero. Uno de los recuerdos más vivos de la burbuja inmobiliaria de finales de los años ochenta es lo enfermizante aburrida que resultaba tanta charla sobre el tema. Había cenas de amigos en las que no se hablaba de otra cosa que de la necesidad de “subirse al tren de la propiedad inmobiliaria”, el inexorable aumento de los precios y la fascinación por las nuevas urbanizaciones, como el tentador nuevo producto de la especulación financiera, la hipoteca de inversión. Se trataba de un producto muy atractivo, por el cual el prestatario sólo pagaba directamente a la institución hipotecaria el interés; el capital se devolvía invirtiendo en un producto de inversión con éxito garantizado, que vencería en el momento en que hubiera que efectuar dicha devolución.

Lo único bueno de la explosión de la burbuja que se produjo a finales de los ochenta fue que todo se evaporó. Medio millón de personas perdieron sus casas, lo que para ellas fue terrible, pero la buena noticia fue que durante más o menos una década y media nadie volvió a hablar nunca más de los precios de las viviendas.

4. Que entren los genios

El rendimiento de las acciones es excesivamente bajo y el de los bonos también. Así las cosas, el capital comienza a buscar nuevos modos de crecimiento y de reproducción. Sí las fórmulas antiguas no funcionan, el dinero buscará nuevas fórmulas.

Donde sí están sucediendo cosas es el mercado inmobiliario. Allí, los precios aumentan a gran velocidad. En el mercado hipotecario se concentra un enorme volumen de dinero. Las hipotecas ofrecen una corriente continua de dinero en amortizaciones, además de la posibilidad de participar en el incremento del valor de las casas mientras los precios de la vivienda se mantengan al alza.

Además, aun cuando las tasas de interés sean bajas, las tasas hipotecarias lo son un poco menos; los que tienen una vivienda en propiedad pagan más por el préstamo que el gobierno o las empresas por los suyos.

Las obligaciones de deuda colateralizada comenzó con formas corporativas de deuda, para desplazarse hoy al campo de los acreedores hipotecarios que amortizan sus hipotecas.

En 2000 Li, consiguió aplicar una fórmula matemática, llamada función

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