Un Buen Gerente
Enviado por caemunoz • 16 de Marzo de 2014 • 1.376 Palabras (6 Páginas) • 376 Visitas
Cualidades que debería tener un buen gerente
RESUMEN
Están dadas las oportunidades para que se manifiesten en los actuales escenarios nuevos gerentes con mucha visión, proactivos, generadores de nuevos paradigmas, en donde los conocimientos administrativos se manifiesten en pro de garantizar a las empresas ese éxito que se requiere para ser altamente competitivos.
En este escrito exponemos algunas inquietudes al respecto, con el fin de que el lector interesado en estos tópicos los reflexione y considere en pro de su crecimiento profesional.
RELEVANCIA, ALCANCE, REPERCUSIONES
Cuando se decidió estudiar la carera de Administración, lo habrá hecho con la convicción de ser el mejor, de convertirse en un buen gerente, a fin de aportar sus conocimientos, habilidades, destrezas a favor de su profesión. Esperamos que eso este en usted y lo logre, aprovechando todas las oportunidades que se le da para incrementar sus conocimientos percepción y visión de la relevancia y el alcance de la ciencia administrativa en la época moderna.
Carolina Latroph al respecto nos recuerda, que, un buen gerente debe tener la capacidad de estar enterado de todo, de trabajar codo a codo con cualquiera para hacer cosas, saber del negocio y de la empresa, tener una meta clara, mantener la política de puertas abiertas y contagiar a sus subordinados su visión para que éstos adhieran a ella con entusiasmo. Nos agrega además, de que el gerente, además de poseer ciertos conocimientos de la industria o del mercado, debe tener sociabilidad para relacionarse y comunicarse con las personas. Tener un objetivo claro, el cual debe transmitir a sus subordinados, porque él está para dirigir y coordinar a las personas para lograr esa meta. Eso implica saber delegar, trabajar en equipo, escuchar a las personas, y hacerlas participar en la toma de decisiones. El gerente también debe saber motivar y promover la iniciativa, además de ser un muy buen planificador.
Lo cierto, que las personas que conforman la empresa están cobrando cada día más importancia. Y tal como una época fue la era de la informática, hoy estamos en una de recursos humanos que implica generar un ambiente laboral sano para que los individuos puedan desempeñarse de una buena manera., contando con la colaboración de un gerente que sabe interpretar sus necesidades y aportarle esa ayuda básica para su crecimiento.
No nos debe sorprender que sobre este tema ya se ha escrito, que es necesario considerar el hecho, que la formación dada a los ejecutivos, está más enfocada hacia el conocimiento técnico, que a entregar una formación más integral y humana. Aspecto que comparto y que ha sido una de las grandes preocupaciones de la cátedra de Problemática de la Administración Venezolana y de Desarrollo Personal, por los resultados que hemos percibidos no solo de los estudiantes de la ciencia administrativas, sino de muchos gerentes de la región. Es por eso que no nos sorprende que se comente, que esta realidad, en cierta medida ha sido reflejada en el mal desempeño de algunos ejecutivos, desembocado en casos de corrupción y engaños. Se nos recuerda, de que un buen gerente se define en cuatro capacidades básicas: liderazgo personal, visión de negocios, capacidad empresarial y ética profesional, la que permite generar confianza y armonía en la empresa. Características que no pueden ser descuidadas y sobre las que se debe trabajar constantemente. De ahí, que nos sugiere, el que para lograr estas capacidades, indica, se requiere de un proceso de formación que debe ser proporcionado por el sistema de enseñanza básica y media, universidades y postgrados, mediante programas que estén dirigidos a un desarrollo más integral de la persona, no descuidar su formación humanista.
Carolina Latroph nos afirma, que estamos invadidos de tecnicismos que rodean la gestión de las empresas, descuidando dos cosas importantes: el criterio personal que implica tener un marco bien definido y valorizado de actuación propia y el sentido común. Por supuesto, estas conductas no se imponen a las personas, ni dependen de las circunstancias de las organizaciones. Ellas trascienden en el tiempo y son universales. Las empresas que respetan estos principios naturales adquieren una mayor estabilidad y permanencia,
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