VENTAJA COMPETITIVA VS VENTAJA COMPARATIVA
Enviado por Inspección Urbanimal • 17 de Enero de 2019 • Apuntes • 3.700 Palabras (15 Páginas) • 193 Visitas
INTRODUCCIÓN
El desafío que tiene el mercado mundial actualmente es la versatilidad en la demanda de los productos debido a que las preferencias del consumidor varían muy rápidamente dentro de una amplia oferta de productos con distintos grados de valor agregado, lo cual se convierte en una fuerte competencia para las empresas.
En este sentido el Ecuador debería apuntar al aprovechamiento de sus ventajas comparativas al tener el beneficio de estar ubicado geográficamente en una zona donde existe abundancia de recursos naturales y ambientales. Adicionalmente se cuenta con mano de obra y en algunos sectores productivos existe en cierto grado el recurso gerencial y de conocimiento.
Las industrias más grandes en el país se han vuelto conformistas con la producción que realizan por estar su zona de confort. Por su parte las industrias que buscan la innovación resultan ser muy pequeñas y no tener un desarrollo esperado. Ambas industrian deberían centrarse en invertir en innovación y tecnología, para realizar la diversificación de productos y adquirir una ventaja competitiva.
Al no disponer de los recursos tecnológicos ni del capital óptimo para la explotación de los recursos que sí se dispone, el estado debería actuar como un facilitador para la atracción de inversión extranjera así como el establecimiento de alianzas público privadas, las cuales actúan como un impulsor de la economía, y el estado se rige a tener un papel de regulación y control. Igualmente el estado debería ser el impulsor para que la industria infantil crezca en innovación y desarrolló y a su vez sirva como un apoyo para el desarrollo de la industria naciente, no sin antes mejorar aspectos de su institucionalidad para lograr una credibilidad y seriedad necesaria.
Por estas razones el propósito de este ensayo es empatar los recursos que tienen las industrias en la actualidad con las posibilidades de diversificación de sus productos para apuntar a mercados extranjeros e identificar el rol del estado para los fines consiguientes.
VENTAJA COMPETITIVA VS VENTAJA COMPARATIVA
Para países en desarrollo como el Ecuador es crucial el pensar y planificar en una política de desarrollo que permita su crecimiento. En este contexto se puede optar por dos caminos: aprovechar la ventaja comparativa del país, basándose en la disponibilidad de sus bienes primarios, yendo paso a paso por la escalara hacia el desarrollo o dar saltos más agresivos hacia sectores no necesariamente de los cuales se tenga disponibilidad, para de esa forma obtener una ventaja competitiva. Una u otra posición fue discutida en un famoso debate entre los reconocidos economistas Justin Lin y Ha-Joon Chang.[1]
Justin Lin propone una política industrial que permita desarrollar la industria aprovechando la abundancia de bienes primarios de tal forma que sean capaces de generar recursos humanos y tecnológicos, para de esa forma obtener los recursos que les permitan acelerar su desarrollo. Estas industrias gozarían de una ventaja comparativa frente a competidores en otras partes del mundo. En este contexto el estado debería ser, según Lin, un estado “facilitador” que impulse la capacidad del sector privado para aprovechar la ventaja comparativa del país. Lin justifica esta visión en fallas del mercado que se dan en países en desarrollo, concretamente dos: externalidades de información, que hace referencia a la limitación de empresas que no pueden invertir en costos de investigación frente a otras que si pueden hacerlo. La otra falla hace referencia es que se requiere en paralelo una mejora en instituciones educativas, financieras, legales e infraestructura. De su parte Ha-Joon Chang sostiene que la ventaja comparativa es una “línea de base” y que debe ser desafiada para mejorar la industria, es decir la política industrial no necesariamente debe ser enfocada de acuerdo a la ventaja comparativa de un país. El argumento de Chang se basa en que “no existe un capital o trabajo general” que pueda acumularse y desplegarse cuando sea necesario, si no que este capital humano o físico es mas bien específico para el sector en que se desenvuelve. El estado, en opinión de Chang, debe incentivar el que las empresas tomen el riesgo de instalarse en sectores nuevos. (Lin y Chang 2009, 483).
Tanto Lin como Chang coinciden en que un país en vías de desarrollo necesita modernizar su industria y que se necesita del apoyo del estado en este proceso. Esto es perfectamente aplicable al Ecuador. Tomemos unos ejemplos: Ecuador tiene sin duda una ventaja comparativa en productos como el cacao y las rosas. Sin embargo en ambos casos exporta bienes primarios. Debería primeramente mejorar la cadena de valor en ambos productos para generar valor agregado al producto final y, por otro lado, dar el salto tecnológico para obtener productos a partir de estas materias primas, como esencias para perfumes.
Es importante aprender del pasado para no cometer los mismos errores si pretendemos hacer propuestas para la industrialización del Ecuador. En el caso del desarrollo industrial ecuatorianos podemos dar una mirada hacia atrás y ver los intentos de desarrollo que se dieron, especialmente en las décadas del 60 y 70. Para ello podemos apoyarnos en el libro Del Desarrollo al Espejismo, un interesante estudio de Germánico Salgado, que precisamente trata de los intentos de desarrollo del Ecuador en los años del Estado Desarrollista[2] de los años 60 hasta el boom petrolero de los años 70.[3]Analicemos pues los errores y aciertos de estas dos décadas.
El Estado Desarrollista de los 60 partía de la visión del desarrollo basado en la combinación de la iniciativa privada con la intervención del Estado. Dice Salgado:
Propugnaba la intervención del Estado en sectores estratégicos mediante una planificación, la realización de reformas estructurales y la promoción de una industrialización vigorosa, todo ello en un conjunto de economías mixtas en que funcionase el mercado (Salgado1995, 13)
La política económica de los 60 estuvo marcada por la decisión política de dirigir la acción del estado hacia el desarrollo y la instauración de la Alianza para el Progreso, una iniciativa del gobierno de los Estados Unidos para impulsar el desarrollo hemisférico. En esta política también tuvo un especial protagonismo la CEPAL, que sistematizó las tesis económicas. “Las prioridades recomendadas por la CEPAL eran el fomento de las exportaciones tradicionales, es decir café, cacao, banano, sobre todo mediante un incremento de la productividad y la construcción de infraestructura de transportes y electricidad” Sin embargo “la pequeñez del mercado nacional y la pobreza de la planta industrial existente obligaban a posponer el énfasis en la industrialización”(Salgado 1995, 29). Hubo progreso en servicios sociales como educación, saneamiento ambiental y electricidad. Junto con el desarrollo se dieron hechos negativos: desequilibrio fiscal, inestabilidad en los precios y retraso en ciertos sectores.
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